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Historia

Rodrigo Díaz de Vivar

Biografía de Rodrigo Díaz de Vivar
Basilio [GFDL, CC-BY-SA-3.0, FAL, GFDL or CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons

Biografía de Rodrigo Díaz de Vivar

Rodrigo Díaz de Vivar (1043 – 10 de julio de 1099) Caballero castellano. Nació en Valencia, España. fue conocido bajo el nombre del Cid Campeador. Su padre fue Diego Laínez, lamentablemente él murió cuando Rodrigo era infante, así que fue criado y educado por el infante Sancho, hijo del rey Fernando I de Castilla y León. En 1065 el mencionado inició su reinado como Sancho II de Castilla; el nuevo monarca nombró a Rodrigo Díaz alférez real. Un año después, la figura de Rodrigo Díaz de Vivar se popularizó por su victoria en el combate que mantuvo con el caballero navarro Jimeno Garcés, para arbitrar el dominio de unos castillos fronterizos que se disputaban los monarcas de Castilla y Navarra; gracias a este triunfo fue llamado el Cid Campeador.

Fue jefe de las tropas reales, y participó en la guerra que enfrentó a Sancho II de Castilla con su hermano Alfonso VI de León, quien, aunque era un dirigente y un caballero muy capaz cayeron en las batallas de Llantada (1068) y Golpejera (1072), así que se vio obligado a buscar refugio en la corte musulmana de Toledo. Por desgracia Sancho II murió en el año 1072, cuando intentaba tomar Zamora, así que Alfonso VI se convirtió en soberano de Castilla y León. A partir de ese momento surgió una rivalidad entre Alfonso VI y el Campeador, a pesar de ello, consciente de la valía de sus servicios, lo honró concediéndole la mano de su sobrina, doña Jimena, con quien se casó en 1074.

En 1081, una inoportuna expedición de Rodrigo Díaz de Vivar a tierras toledanas sin el visto real, afectó las negociaciones emprendidas por Alfonso VI para obtener la emblemática ciudad de Toledo. El castigo fue el destierro de Castilla del Campeador y la confiscación de sus posesiones. Rápidamente, buscó una alternativa y acompañado de su hueste, ofreció sus servicios primero a los condes Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II de Barcelona, pero, no encontró acogida y decidió ayudar al-Muqtadir, rey de Zaragoza, en la disputa que mantenía con su hermano al-Mundir, rey de Lérida, Tortosa y Denia, este estaba apoyado por el monarca Sancho Ramírez de Aragón.

Al servicio de al-Muqtadir, logró salir victorioso en el año 1082, y cerca de Morella a al-Mundir y al soberano aragonés (1084). Dos años más tarde, surgió la reconciliación del monarca con Rodrigo Díaz de Vivar, quien recibió importantes dominios en Castilla. Ahora bien, el Cid Campeador partió hacia Levante, entre 1087 y 1089, hizo tributarios a los monarcas musulmanes de las taifas de Albarracín y de Alpuente e impidió que la ciudad de Valencia, gobernada por al-Qadir, aliado de los castellanos, cayera en manos de al-Mundir y Berenguer Ramón II. En 1089 fue desterrado de Castilla de manera definitiva porque fue acusado de traición por el rey

Rodrigo Díaz de Vivar regresó al oriente peninsular, y se convirtió en el protector de al-Qadir, derrotando una vez más a Berenguer Ramón II en Tévar (1090). Cuando su protegido murió el Cid Campeador actuó siguiendo sus propios intereses, y en julio de 1093 puso sitio a Valencia, aprovechando el conflicto interno que buscaba librar a la ciudad de los almorávides. El 15 de junio de 1094, el Cid entró en Valencia y organizó una taifa cristiana que luego de su muerte no duro mucho, este hombre falleció el 10 de julio de 1099. Doña Jimena, su viuda y sucesora, continuó con la lucha y consiguió defender la ciudad con la ayuda del conde Ramón Berenguer III de Barcelona (quien estaba casado con su hija María). Desafortunadamente, en el año 1101 Valencia cayó en poder de los almorávides.

Debemos mencionar que, Rodrigo Díaz es considerado un héroe nacional, especialmente en Castilla, o cruzado en favor de la Reconquista, es de admirar que a lo largo de su vida se puso a las órdenes de diferentes caudillos, tanto cristianos como musulmanes, aunque luchó para beneficio de sus superiores también tuvo la capacidad de hacerlo para su beneficio. Muchos autores que han escrito sobre él lo asemejan a un mercenario, un soldado profesional. Definitivamente, es una figura histórica y legendaria en el proceso de la Reconquista, su vida y labor inspiró el más importante cantar de gesta de la literatura española: el Cantar de mio Cid. También inspiró a los escritores cultos y eruditos, como lo demuestra el Carmen Campidoctoris, un himno latino escrito hacia 1190 que cantan al Campeador ensalzándolo al modo de los héroes y atletas clásicos grecolatinos.

Por otro lado, debemos decir que fue objeto y protagonista en varias pinturas de la época, tales como: Primera Hazaña del Cid, óleo sobre lienzo de Juan Vicens Cots (1864), conservado en el Museo del Prado, Jura de Santa Gadea (1864), actualmente en el Palacio del Senado, Las Hijas del Cid, óleo de Ignasi Pinazo i Camarlench (1879), conservado en la Diputación de Valencia, La Jura de Santa Gadea (1887), conservado en el Ayuntamiento de Alfafar, Se va ensanchando Castilla (1906), presidiendo la escalera principal del Ayuntamiento de Burgos. Y por último, El Cid Campeador, mural de José Vela Zanetti en la cúpula del Palacio de la Diputación Provincial de Burgos (1965).

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