Parménides de Elea (530 a. C. – 470 a. C.) filósofo y fundador de la ontología. Nació en la ciudad de Elea, colonia del sur de Magna, Grecia. Su padre, Pires, era parte de una familia rica y noble. Parménides fue discípulo desde edad temprana de Jenófanes, y luego se asoció con un pitagórico, Aminias, con el que tuvo una mejor conexión. Por otro lado, dice la tradición que fue discípulo de Anaximandro. En realidad, debemos mencionar que muchos datos sobre su vida son poco verídicos debido a la escaza información sobre su vida.
Parménides fue seguidor de Jenófanes de Colofón, fundador de la escuela eleática. Desde su juventud demostró el potencial de sus planteamiento e ideas. Enfatizó en el pensamiento político y aunque no fue un gran escritor, existen algunos testimonios que reflejan su postura. Su intervención en el gobierno, aunque no fue directa fue muy importante, realizó varias disertaciones sobre las leyes de la ciudad. Actualmente y desde que se conoció su pensamiento filosófico ha sido muy importante para el avance de esta disciplina gracias al rigor de sus argumentaciones y la profundidad de sus análisis.
Platón lo caracterizó como un hombre venerado y terrible, y lo más importante es que lo reconoció como padre espiritual. Su prestigio se justificó desde que Parménides sostuvo, y fue el primero, la superioridad de la interpretación racional del mundo y negó la veracidad de las percepciones sensibles: ver, oír o sentir esto no produce certezas, sino sólo creencias y opiniones. Lo anterior fue producto de múltiples debates, y hoy por hoy sigue siendo un tema de debate, a pesar de que se fundamente en fragmentos que se conservan de su única obra: Sobre la naturaleza
El poema consta de dos partes; en la primera de ellas se señala y recorre el camino necesario para llegar a la verdad, usando la razón como medio. La segunda parte explica el camino que conduce meramente a la opinión, en este caso el medio son los sentidos, estos posibilitan la llegada de las cosas. Naturalmente, su postulado y su idea de razón es lo que ha causado gran admiración por ser un planteamiento innovador en la filosofía del momento. Es necesario mencionar que Parménides se alejó del principio común defendido en ese momento, el de los seres de la naturaleza.
Esto con la intención de acercarse a la cuestión desde una perspectiva racional, Parménides dejó de lado la observación naturalista y optó más bien, por la vía del intelecto, qué es lo que tienen en común todos los seres. Innegablemente todos los seres son, existen, hasta el punto de que los seres que no son no pueden considerarse seres. Siguiendo esta línea, el ruido o la luz son seres; el silencio o la oscuridad no existen, ya que esta es la ausencia de ruido y de luz. Claramente de esta consideración surgió su reconocido y muy estudiado principio: el ser es y el no-ser no es. Parménides presenta este punto de partida en su poema como la primera de las revelaciones que recibe de una diosa.
Sólo a posteriori se capta su verdadero sentido y la naturaleza cuanto menos problemática de ese axioma. En síntesis, para este importante filósofo griego «el no-ser no es» significa que no existen la nada, el vacío o el espacio. Siguiendo los postulados de Parménides el ser o lo real es imperecedero y eterno: no puede proceder del no-ser, debido a que como mencionamos anteriormente este no existe. El ser es uno, continuo y macizo: no puede estar dividido en varios seres. El ser o lo real es idéntico a sí mismo en todas partes. Por último, el ser o lo real, es inmóvil e inmutable.
Por lo anterior, Parménides es considerado el fundador de la ontología; es una vertiente de la filosofía que enfatiza en el estudio del ser en cuanto ser. Parménides fue el primer filósofo que, sólo a través de la razón (y no por los sentidos) se llega a una verdad necesaria y racional. Dicho en otras palabras, Parménides identifica el plano lógico con el ontológico; según él, nada en el mundo puede contradecir lo que es forzosamente verdadero desde el punto de vista del pensamiento lógico. Su tesis afirma que la pluralidad y el movimiento al ser sometidos a un riguroso análisis lógico manifiestan su irracionalidad y, por ende, su imposibilidad.
Esta doctrina ha sido comparada y ha dado pie para muchas polémicas en la que no es posible afirmar si primero fue postulada por su contemporáneo Heráclito de Éfeso, para quien lo real se caracteriza precisamente por hallarse inmerso en un perpetuo devenir. El hecho es que dicha antinomia, fue percibida por los filósofos posteriores, que tomaron como labor la conciliación de ambas posturas. Para agrandar la labor se tomaron los postulados de otros filósofos como Empédocles
Para mencionar algunos filósofos y pensadores que analizaron y dieron un punto de vista sobre su pensamiento se encuentran: Platón, quien reconoció la importancia de sus planteamientos, pero no dudo en decir que era complejo entenderlo. Aristóteles reconoció la importante posición que ocupa Parménides dentro de los primeros filósofos, lo destaca del grupo de los monistas. Ahora bien, personajes como Hegel y Heidegger han reconocido los postulados de Parménides como el comienzo de la historia de la metafísica. Es correcto expresar que sus doctrinas tuvieron un fuerte impacto en el ambiente ateniense.