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Giordano Bruno

Biografía de Giordano Bruno
Dominio Público

Biografía de Giordano Bruno

Giordano Bruno (9 de febrero de 1548 – 17 de febrero de 1600) filósofo, teólogo, matemático y poeta. Nació en Nola, Nápoles, Italia. su nombre de nacimiento fue Felipe Bruno. Es uno de los personajes más trágicos de la historia de Italia, estuvo en el olvido hasta el Risorgimento. A los catorce años fue enviado a Nápoles para continuar con su formación académica, y en 1565 tomó la decisión de ingresar como novicio en el convento de Santo Domingo; ordenado sacerdote en 1572. Posteriormente, se doctoró en teología. Durante su periodo de estudio se interesó por los problemas de exégesis bíblica, y sobre todo analizó la forma de concordar la teología cristiana con el emanantismo neoplatónico.

Siguiendo la línea, consideró a las tres “personas” de la Trinidad con atributos: poder, sabiduría y amor, así que Dios era único. Siguiendo el pensamiento de Bruno Dios se halla sobre la naturaleza; Dios es sembrador en la naturaleza; y, en cuanto Espíritu, Dios es la misma alma universal. El teólogo tuvo que huir de Nápoles porque estaba siendo culpado de un asesinato que aseguró no había cometido, así que cuando se le abrió un proceso de herejía, huyó y llegó a Roma, primeramente, a Liguria; luego estuvo en Turín, después en Venecia. Durante su estadía escribió y publicó su primer libro, lamentablemente no hay rastros de aquel libro. Luego, se trasladó a Bérgamo, Saboya y Ginebra. Estudió en una universidad calvinista.

Al cabo de poco tiempo se dirigió a Francia; dictó una cátedra en Toulouse durante dos años, y luego se trasladó a París, donde ofreció al rey Enrique III de Francia su libro De las sombras de las ideas. Aunque fue un profesor extraordinario en París, la indocilidad de los estudiantes le incitó a trasladarse a la corte de Isabel I de Inglaterra, para acompañar al embajador de Francia. Se dice que ese lapso fue de los más productivos en su vida académica porque fue el momento en el que publicó las dos trilogías de los Diálogos italianos. En importancia también se encuentra sus textos como:  El Candelero, La Cena del Miércoles de Ceniza, De la causa, principio y uno, hoy la obra más leída de Giordano Bruno, y básicamente es la que impulsó la nueva “filosofía nolana”.

El filósofo italiano propuso el concepto de una materia viviente que se da ella misma infinitas formas abandonadas luego paulatinamente. Ha expuesto su crítica hacia la física y la cosmología aristotélicas, que sustituye por una idea del universo infinito en su extensión y el número astros que lo integran. Ahora bien, la segunda trilogía es una comedia mitológica en la que los dioses resuelven hacer penitencia, ahuyentan del cielo a osas y escorpiones y los reemplazan por los signos de las virtudes. En La cábala del caballo Pegaseo y del asno Cilémico se da una sátira de la humildad y la sencillez recomendadas por el cristianismo. Los Heroicos furores exaltan, en verso y prosa, el amor de la inteligencia para alcanzar la verdad.

Giordano Bruno fue uno de los mayores críticos de los pensamientos de Aristóteles. Una de sus obras que ataca ciertamente este pensamiento aristotélico es Nuevos “tumultos”, fue publicado en Alemania. Giordano Bruno marchó a Venecia porque Juan Mocenigo quería aprender de él la mnemotécnica y quizá también la magia, pero Mocenigo, no satisfecho de la enseñanza y molestado por los discursos heréticos de su invitado le denunció al Santo Oficio. Así que, fue extraditado por orden de la Inquisición romana, luego Giordano Bruno fue encarcelado, lo sometieron a varios interrogatorios y torturas y, finalmente, condenado a una muerte cruel.

Debemos mencionar que, ha considerado símbolo del pensamiento libre rebelado frente al dogma religioso: retomando el naturalismo antiguo “renacido”, logró sostener sus opiniones en todos los países de Europa y defenderlas ante los poderosos y doctos. Su valentía y la seguridad que tenía sobre sus ideas fueron tal que antes de morir le permitieron retractarse para salvar su vida, y no lo aceptó. Bajo este aspecto, aparece como héroe sublime de una humanidad resuelta a reivindicar y defender el derecho a pensar de acuerdo con una razón autónoma y filosófica. Siempre se vio inclinado por interpretación racionalista y naturalista de los máximos dogmas, especialmente de la Trinidad y la Encarnación. Siempre afirmó que no les temía a las instituciones religiosas como la Inquisición.  Realmente los debates que sostuvo acerca de estos temas religiosos se hallan muy lejos de tocar a su fin; de todas formas, nadie puede discutir el valor del entusiasmo mental con que Giordano Bruno defendió y argumentó la existencia de diversas formas de la naturaleza.

Cuando Giordano Bruno fue quemado en la hoguera como hereje, no fue como muchos aseguran por sus escritos en apoyo de la cosmología copernicana. Sino por afirmaciones vistas como heréticas: que Cristo no era Dios, sino meramente un mago excepcionalmente hábil, que el diablo se salvará, entre otras. Realmente es contunde el impacto negativo que su muerte tuvo en el avance científico de la civilización, particularmente en las naciones católicas, pero, esto no quiere decir que sus observaciones científicas no hayan seguido influyendo en otros pensadores, y se le considera uno de los precursores de la Revolución científica.

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