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Historia

Francisco Pizarro

Biografía de Francisco Pizarro
J. Vila y Prades - Dominio Público

Biografía de Francisco Pizarro

Francisco Pizarro (16 de marzo de 1478 – 26 de junio de 1541). Conquistador español. Su pueblo natal fue Cáceres, Trujillo, España. Hijo bastardo del capitán Gonzalo Pizarro, héroe de guerra que luchó a las órdenes de Gonzalo Fernández de Córdoba, siendo influido por su padre desde muy joven participó en las guerras locales entre señoríos y acompañó a su padre en las guerras de Italia. Desde su niñez, Francisco nunca demostró interés en la cultura, artes o la ciencia, algo que sin duda convenció a su padre de tomar la decisión de obligarle a criar y cuidar cerdos. Sin embargo, no tuvo mucho éxito, los animales a su cuidado contrajeron una grave enfermedad.  Francisco por temor a ser castigado, huyó a Sevilla con tan sólo 15 años, desde allí iniciaría su vida militar.

En 1502 embarcó en la flota de Nicolás de Ovando, nuevo gobernador de La Española, con destino a las Indias.  A partir de esta expedición su gusto por la vida militar, las conquistas, las expediciones y descubrimiento de nuevas tierras fueron en aumento. A los 24 años Pizarro comenzaría su andanza por las tierras del Nuevo Mundo. Al parecer, viajó a América, seducido por las aventuras y la posibilidad de ganar dinero. Tras su llegada participó como soldado en varias expediciones. Pizarro era consciente que su posición de hijo bastardo carente de cultura sería un obstáculo para ascender en la vida militar.

Años después decidió participar en la expedición de Alonso de Ojeda que tenía como fin explorar América Central. Esta expedición fue trágica porque se dieron rudos combates en los que los españoles perdieron muchos hombres, todo fue peor cuando el capitán Ojeda recibió un disparo en su pierna y fue evacuado en un buque. En ese momento Pizarro, un militar anónimo para todos, casi por obligación tomó el mando de la embarcación. Luego asistió a la expedición de Vasco Núñez de Balboa donde llegaron por primera vez al océano Pacífico en 1513.

Por aproximadamente cinco años, se instaló en la ciudad de Panamá, ejerciendo allí el cargo de regidor, encomendero y alcalde. Esta etapa de su vida le permitió conseguir una importante cantidad de dinero, para destinarlo a la empresa que tenía pensada. Para materializar su proyecto Pizarro se alía con Almagro y le propone financiar dos expediciones de conquista. Así que buscan recursos económicos y humanos, acudiendo al gobernador de Panamá, ante la negativa del gobernador, Pizarro viajó a España a fin de exponer sus planes al rey Carlos V, quien no dudó en financiar las expediciones. Además, lo nombró gobernador, capitán general y adelantado de las nuevas tierras, hecho que provocó el recelo y la frustración de Almagro.

Las promesas de riqueza cautivaron al novato conquistador español, que emprendió en 1524 una primera expedición formada por dos desvencijados barcos, 110 hombres, 4 caballos y un perro de guerra. No obstante, y a pesar del dinero invertido, esta primera aventura no tuvo excesivo éxito. A pesar de todo, las ansias de Francisco Pizarro eran muy fuertes, y dos años después planeó un nuevo viaje, a la región que nombraron Perú, tal vez por la proximidad del rio Virú, en el que se embarcó con un contingente de 180 hombres y 37 caballos hacia Perú. Sabiendo de la guerra que enfrentaba el emperador inca Atahualpa con su hermanastro Huáscar, el 16 de noviembre de 1532 el conquistador español trató de exhortar a Atahualpa para que se sometiera a la autoridad de Carlos V, pero esto no tuvo resultado, tiempo después lo capturó en un sangriento ataque.

Para conseguir su liberación, el inca pactó con los invasores suplirles una gran cantidad de oro, plata y piedras a cambio de su libertad, pero de nada le sirvió cumplir su parte del pacto, pues Francisco Pizarro, acusó a Atahualpa de haber dispuesto el asesinato de Huáscar desde la prisión y de preparar una revuelta contra los españoles, y ordenó su ejecución, cumplida el 29 de agosto de 1533. Gracias a este engaño ganó la confianza de la nobleza inca, lo cual facilitó la conquista de Perú sin notable resistencia, empezando por Cuzco, la capital del Imperio. Esto desato una rebelión indígena dirigida por Manco Cápac II contra el dominio español, que logró apaciguarse.

Es cierto que la unión de Pizarro y Almagro no fue del todo leal y sincera, por ello, al poco tiempo, de la posesión de Cuzco estos dos hombres terminaron enfrentados abiertamente en la batalla de las Salinas, en abril de 1538. Vencido y cautivo, Almagro fue procesado, condenado a muerte y vilmente ejecutado por Hernando Pizarro, hermano del conquistador el 8 de julio de 1538.

Francisco Pizarro tuvo el camino libre y pudo continuar tomando posesión de una gran parte del oeste de América del Sur. No obstante, esta empresa no se hubiera podido dar sin el sacrificio de cientos de españoles que, con la promesa de un futuro mejor, se imbuyeron en inhóspitos y deshabitados territorios sabiendo que su vida corría peligro. Tras varios meses, los españoles reunieron un botín próximo a 1.200.000 pesos, una cantidad que nunca antes había sido ganada en viajes pasados. Los soldados, al fin habían obtenido lo que llevaban buscando por años.

El 26 de junio de 1541 un grupo de partidarios del capitán Almagro liderados por su hijo Diego de Almagro el Mozo atacaron sorpresivamente a Francisco en su palacio en Lima. A pesar de que se defendió hasta el final, el veterano conquistador cayó muerto de una estocada en la misma ciudad que había fundado. Sus restos se encuentran actualmente en la catedral de Lima.