Políticos
Francisco I. Madero
Nombre Completo | Francisco Ignacio Madero González |
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Nacimiento | octubre 30, 1873 |
Fallecimiento | febrero 22, 1913 |
Causa de Muerte | Fusilamiento |
Ocupación | Político y empresario |
Apodo/Pseudónimos | El Apóstol de la revolución |
Nacionalidad | Mexicana |
Cónyugue | Sara Pérez de Madero |
Biografía de Francisco I. Madero
Francisco Ignacio Madero, llamado erróneamente en ocasiones como Francisco Indalecio Madero, o simplemente Francisco I. Madero; nació en Coahuila el 30 de octubre de 1873 y murió el 22 de febrero de 1913. Fue un político mexicano famoso por su posición contra el régimen de Porfirio Díaz que al pronunciarse desencadenó la revolución mexicana, uno de los grandes eventos históricos de México.
Francisco I. Madero nació en el seno de una familia de terratenientes e industriales y por tanto recibió una gran educación en Francia y en Estados Unidos. Al volver se hizo cargo de la hacienda familiar y se dice que ahí se vieron los primeros atisbos de su pensamiento progresista pues modernizó los sistemas de cultivo e intentó crear una mejor situación para sus trabajadores.
Se le consideró un hombre de convicciones democráticas y de sincera preocupación social puesto que decidió hablar sobre la dictadura que vivía el país en la época, y se presentó como dirigente del partido antireeleccionista en las elecciones de 1910. Pero, como se esperaba, fue capturado durante su campaña y se le forzó al exilio.
Su problema con la dictadura de Porfirio Díaz residía en su posición frente a la oligarquía agraria, su protección a los privilegios de la iglesia y las inversiones europeas. Su estabilidad económica no mejoró la situación social, sino que la empeoró por lo cual los desequilibrios sociales se agudizaron y se deterioró las condiciones de vida del campesino y el ciudadano de a pie. Un poco antes, en 1908, Madero habría de publicar La sucesión presidencial de 1910, una obra en defensa de la libertad civil y la democracia que tuvo gran impacto en un país asociado con el régimen.
“Sufragio efectivo, No reelección.” Francisco I. Madero
Es en el exilio donde parece que comprende que para ganar el poder y derrotar a Porfirio Díaz debe mover a la gente y redacta el plan de San Luis que fue un programa político y social que dictaminaba una propuesta para alzarse en armas contra el régimen el 20 de noviembre de 1910. Es ahí cuando comienza la revolución. Decía su manifiesto: “Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al Gobierno del general Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la Patria del porvenir sombrío que le espera continuando bajo su dictadura y bajo el gobierno de la nefanda oligarquía científica, que sin escrúpulo y a gran prisa están absorbiendo y dilapidando los recursos nacionales, y si permitimos que continúe en el poder, en un plazo muy breve habrán completado su obra: habrá llevado al pueblo a la ignominia y lo habrá envilecido; le habrán chupado todas sus riquezas y dejado en la más absoluta miseria; habrán causado la bancarrota de nuestra Patria, que débil, empobrecida y maniatada se encontrará inerme para defender sus fronteras, su honor y sus instituciones”. En éste además pedía desconocer la reelección de Porfirio Díaz y anular las recientes elecciones además de regresar el anulado principio de no reelección recogido en la constitución de 1857 y de poner en duda la ley de territorios baldíos.
En ésta revolución se habrían de juntar los considerados líderes de la misma: Pascual Orozco, Pancho Villa y Emiliano Zapata. La revolución a pesar de sus problemas duró seis meses puesto que el sistema del gobierno de Porfirio Díaz había debilitado al ejército y así la revolución se extendió por todo el país. Pero no es sino hasta fines de mayo de 1911 cuando los rebeldes se toman la ciudad Juárez y Díaz renuncia. Francisco Madero entra triunfalmente a la capital mexicana el 7 de junio.
Su revolución triunfó y lo llevó a la presidencia de 1911 a 1913, pero se vio en problemas al intentar consolidar una buena relación con los líderes agraristas radicales y por los sectores conservadores y Estados Unidos. Eso sí, antes de comenzar su gobierno, decidió dimitir a su puesto usurpado a la fuerza para ganar por medio de las urnas. Dicen que su mayor problema fue la perdida de cohesión del bloque social que lo había ayudado, el frente reaccionario compuesto de campesinos y clases urbanas. Así pues, unos creían que sus medidas eran muy suaves y la tierra debía expropiarse para ser devuelta, otros se enfocaban en mejorar laborales.
“Es mentira que todos podamos ser iguales; hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde”. Francisco I. Madero
Los esfuerzos de Francisco I. Madero resultaron mal, pues los enfrentamientos entre los revolucionares agraristas y los contrarrevoliconarios conservadores se unieron contra su gobierno. Emiliano Zapata fue el primero en levantarse contra el gobierno de Madero, creó el plan de Ayala donde lo acusaba de traidor y proponía como líder de la revolución a alguien más radical. Aun así, ese texto es muy importante porque sí estableció una reforma agraria consolidada y una distribución de tierras en base a la ideología política revolucionaría.
Entre todos estos problemas el general compañero de Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, cobró poder y con la confianza de Madero como comandante de las fuerzas del ejército lo traicionó en lo que se llamó Decena Trágica, los acontecimientos violentos en México entre 9 y 19 de febrero de 1913. Con la ayuda de EE.UU Victoriano capturó a Madero y alegando que había intentado escapar, mandó a que lo fusilaran.