Marco Porcio Catón, también conocido como Catón el Joven o Catón de Útica (95 a. C – 46 a.C), fue un filósofo y político romano; defensor de la ideas republicanas. Hijo de Marco Pocio Catón, fue amigo de Cicerón, tribuno, cuestor y senador antes de convertirse en gobernador de Chipre. Ayudó a Cicerón en su lucha contra la conspiración de Catilina y se destacó por su defensa de la ideas republicanas, trabajando junto con Pompeyo. Tras la victoria del César, en el 46 a. C, decidió quitarse la vida convirtiéndose en un potente símbolo político y moral; esta considerado el ultimo defensor de la República en Roma. Autores como Plutarco, Séneca y Cicerón escribieron sobre su vida y dolorosa muerte.
Nacido en el 95 a.C e hijo de Marco Porcio Catón y de Livia Drusa, su nombre Catón el joven, deriva precisamente de lo mucho que se parecía su carácter al de su bisabuelo Catón el Viejo. No en vano, ambos han pasado a la historia como personajes severos, antipáticos y controversiales, por lo que son muchas las historias sobre terquedad y austeridad. Después de la muerte de sus padres fue dejado al cuidado de su tío Marco Livio Druso, quien tío fue asesinado cuando tenia cuatro años. Esto le forjó un carácter terco y solitario. Según Sarpedon, su siguiente tutor, fue un niño obediente e inquisitivo, aunque difícil en algunas ocasiones.
Durante su juventud fue conocido por desafiar públicamente las opiniones de Lucio Cornelio Sila, el dictador romano, quien fuera amigo de su familia.
Su carrera política comenzó luego de regresar a Roma, en el año
En el año 63 a. C se convirtió en tribuno de la plebe. Durante su trabajo ayudo a su amigo Marco Tulio Cicerón, en su lucha contra la conspiración de Catilina. Cicerón y Catón, no sólo acabaron con Lucio Sergio Catalina, un noble patricio que amenazaba con convertirse en rey, sino que también persiguieron a todos los involucrados en la conspiración, sentenciándolos a muerte. Durante el debate publico, Julio Cesar abogó por una sentencia menor como el exilio de por vida, mientras los compañeros de los conspiradores siguieran armados, yendo en contra de Catón y Cicerón. Fue entonces que comenzaron las diferencias entre Cesar y Catón.
Tras la conspiración, Catón empleó todas sus habilidades para oponerse a Julio César y a el llamado Triunvirato (Pompeyo y Craso). Estos ostentaban un cuasi-monopolio del poder sobre el estado romano. Con Julio César, Pompeyo y Craso tenían acceso a la asamblea popular, gracias a Pompeyo, César y Craso tenían acceso a legiones romanas y con Craso, obtenían el apoyo de los recaudadores de impuestos y la fortuna derivada de las provincias.
Su oposición a César y sus aliados lo llevó finalmente fuera del país, aunque con el incentivo de convertirse en gobernador de Chipre. Catón les acuso de intentar deshacerse de él por medio del nombramiento, aunque finalmente acepto el honor. Ejerció su labor de la manera más diligente. La provincia era rica, por lo que preparó cuentas inmaculadas que probaran su trabajo. De acuerdo a Plutarco,
El triunvirato de Cesar, Craso y Pompeyo llegó a su fin en el año 54 a. C, al mismo tiempo que Catón era elegido pretor. Se convirtió entonces en aliado y asesor político de Pompeyo, defendiendo a capa y espada los principios republicanos. Cuando César fue declarado enemigo del Estado, en el año 49 a.C, abandonó la ciudad junto a Pompeyo para buscar aliados en toda Grecia. Aunque inicialmente consiguieron reducir a César en la batalla de Dirraquium, Pompeyo y su ejercito cayeron en la batalla de Farsalia. Esto no detuvo, Catón y Escipión, quienes escaparon a la África para continuar con la resistencia desde Utica (de ahí que se le llame Catón de Utica). Durante otros dos años, Cesar continuó con la persecución hasta derrotar a Catón y Escipión en la batalla de Tapso en el 46 a.C.
Segura la derrota y negándose vivir en un mundo gobernado por César, Catón decidió suicidarse. Según la crónica de Plutarco, Catón intento primero quitarse la vida arrojándose a su propia espada, pero fallo al estar herido en una mano. Unos esclavos los encontraron y llamaron a un medico, quien después de curarlo lo dejo solo. Despierto y solo, Catón se quitó los vendajes y con sus propias manos se extrajo los intestinos, completando así su suicido.
Tras su muerte, Catón pasó a la historia como el ultimo defensor de la República en Roma. Se convirtió en un potente símbolo político y moral, pues prefirió sacarse los intestinos a ser gobernado por un dictador. También fue un modelo de sabio para los estoicos, quienes escribieron sobre su vida y honorable muerte.