Historia

Historia del conflicto entre Rusia y Ucrania

Historia del conflicto entre Rusia y Ucrania

Las raíces del conflicto entre Rusia y Ucrania son profundas, se remontan hasta la Edad Media cuando ambos países pertenecían a un solo pueblo:  el Estado eslavo oriental de Kievan Rus.  Tras la separación de éste ambos países avanzaron de manera separada durante varios siglos. En la segunda década del siglo XVIII Rusia se convertía en un Imperio, mientras que Ucrania no había logrado establecerse como nación. Instalado el Imperio Ruso muchos de los territorios ucranianos quedaron bajo el poder del imperio, hasta que hacia el final de la Primera Guerra Mundial, Ucrania se independizó. En 1944, la Rusia Soviética recuperó el control. No fue hasta su disolución, que Ucrania surgió nuevamente como nación.

Antecedentes

La historia común entre Rusia y Ucrania se remonta hasta finales del siglo IX. Entonces, ambos países formaban parte del Estado eslavo oriental de Kievan Rus (c.882 d.C -1240), regido por la dinastía rúrika. El estado alcanzó su máxima extensión hacia mediados del siglo XI,  cuando se desplegaba desde el mar Báltico en el norte hasta el mar Negro en el sur, y desde la península de Tamán al este hasta las cabeceras del Vístula en el oeste, abarcando la mayoría de las tribus eslavas orientales. El declive comenzó hacia finales del mismo siglo y durante el siglo XII, momento en el que Estado se desintegró en varias tribus rivales. La decadencia de Constantinopla y el cese de lazos comerciales entre  Rus y el Bizancio, se sumó a otros factores económicos, agudizando la inestabilidad del Estado. Así, el Estado cayó finalmente en 1240 con la invasión mongola.

Después de la caída del Kievan Rus, tanto Rusia como Ucrania tomaron caminos separados durante varios siglos. En el trascurso surgieron dos idiomas y culturas diferentes, si bien ambos territorios continuaron reivindicando a la Rus como el origen de su legado cultural.  Hacia el año 1547 -tres   siglos después de la disolución de la Rus –  Rusia se convirtió en Estado bajo el gobierno de los zares, periodo que sería conocido como el zarato (véase: zarismo), instaurado por Iván IV “ El Terrible”. Muerto éste en 1584 le sucedió Teodoro I (1584-1598). Más tarde vendrían Borís Godunov (1598-1605), Teodoro II (1605), Demetrio I (1605-1606) y Basilio IV (1606-1610); este fuel el último perteneciente a la antigua dinastía de rúrika.

No fue hasta 1613 con Miguel I que inició la dinastía Románov. El fin del zarato llegó con la conquista de los territorios entre el mar Báltico y el océano Pacífico en el año 1721,  iniciada por Pedro I.

Ese año nacía el Imperio. Mientras Rusia transitaba del Estado al Imperio, Ucrania, por su parte, había avanzado de manera desigual. Pasados varios siglos no había logrado consolidarse como Estado. Para finales del siglo XVII, muchos de los territorios de la actual Ucrania formaban parte del incipiente Imperio Ruso.

Imperio Ruso

Imperio Ruso 1914Milenioscuro, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

Una vez consolidado el Imperio Ruso en las primeras décadas del siglo XVIII, los territorios ucranianos se reorganizaron en provincias rusas administradas por gobernadores enviados desde la capital del imperio, ubicada en San Petersburgo. Desde entonces y hasta el siglo XX,  con la Unión Soviética, Rusia llevo a cabo un programa de rusificación sobre las provincias con el objetivo de desalentar la identidad nacional ucraniana. El Imperio abarcó grandes zonas del continente europeo, incluyendo algunas parte de Asía y América.

Hasta su disolución en 1917, el Imperio ruso incluía territorios de los Estados bálticos como Estonia, Letonia y Lituania; Ucrania y Bielorrusiaa, Moldavia y Rumania; en el Cáucaso naciones actuales como Armenia, Georgia y Azerbaiyán; la mayor parte del Asia Central con Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Tayikistán, y Uzbekistán y una parte de Turquía. Por un tiempo también controló la región de la Manchuria china, parte del norte de Irán, la mitad norte de Hövsgöl y,entre 1741 y 1867,  tenía a Alaska, al otro lado del estrecho de Bering.

Independentismo y  Ucrania bajo la URSS

En 1917, después de la Revolución Rusa y hacia el final de la Primera Guerra Mundial, Ucrania se independizó por primera vez por corto tiempo. En 1944 la Rusia soviética recuperó el control del país y expandió sus fronteras hasta incluir el territorio tomado de Polonia, Rumania y Checoslovaquia. Aunque en esos años la rusificación continuó, Ucrania ya tenía plantada la semilla de la independencia. Tuvo que esperar hasta el final de la U.R.S.S para retornar finalmente como nación.

Ucrania independiente

En diciembre de 1991, Ucrania, Rusia y Bielorrusia pusieron fin a la Unión Soviética. Sin embargo,  Moscú que aún esperaba conservar su influencia, vio en la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), un instrumento para lograrlo. No fue así, pues mientras Rusia y Bielorrusia formaron una estrecha relación, fortalecida con varias alianzas de todo tipo, Ucrania puso su mirada en Occidente. Esta postura pro-occidente desagradó al Kremlin, convirtiéndose en el origen de las tensiones entre ambas naciones, pero no hubo conflicto.

Entonces, la propia Rusia se encontraba económicamente debilitada, además Occidente no quería integrar a Ucrania. Con la firma del Gran Tratado en 1997 Rusia reconoció las fronteras de Ucrania, incluyendo la parte habitada por rusos en la península de Crimea. Las tensiones no escalaron hasta  2003 cuando, bajo el gobierno de Putin

, se produjo la primera gran crisis diplomática entre el Kiev y Moscú.

En el otoño de 2003, Rusia comenzó a construir una presa en el estrecho de Kerch, lo que Kiev vio como un intento de redefinir las fronteras. El conflicto se resolvió luego de una reunión bilateral entre ambos presidentes. Aunque las obras se paralizaron, la amistad se resquebrajó. Desde entonces, la relación entre ambos gobiernos tuvo varios impases.

Para elecciones presidenciales en Ucrania, en 2004, Rusia apoyó al candidato prorruso Viktor Yanukóvich, sin embargo, el ganador fue candidato pro-occidental Viktor Yúshchenko. Durante su mandato, el país ruso cortó el suministro de gas a Ucrania en dos ocasiones, en el año 2006 y  en 2009 y los suministros de tránsito a la Unión Europea también quedaron interrumpidos.

Surge la amenaza de la OTAN

En 2008, el presidente George Bush intentó propiciar la integración de Ucrania y Georgia en la OTAN por primera vez. Moscú se mostró en contra desde el primer momento, ya que esto acercaba aun más a Occidente. Ya no se hablaba solo de una postura prooccidente sino de la presencia de Occidente en el país independiente. Alemania y Francia impidieron los planes del entonces presidente estadounidense, pero la amenaza no desapareció por completo.

Después de no avanzar las cosas con la OTAN, Ucrania intentó impulsar otra conexión con Occidente mediante un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. Antes de la firma del acuerdo en 2013, Moscú ejerció una enorme presión económica sobre el Kiev, lo que obstaculizó las importaciones. Ante ese contexto,  el Gobierno del presidente Yanukóvich, no obtuvo otra opción que suspender el acuerdo negociado. Su decisión provocó varias protestas, con lo que, el presidente huyó a Rusia en febrero de 2014.

Crimea como punto de inflexión

Aprovechándose del vacío de poder en Kiev, el Kremlin anexó Crimea en marzo de 2014, un mes después de la huida de  Yanukóvich. Este fue un punto de inflexión y el comienzo de la guerra no declarada entre ambas naciones. Simultáneamente, las fuerzas militares rusas comenzaron a movilizarse hacia las fronteras con Ucrania, primero en el este. Pronto en Donetsk y Lugansk, nacieron las repúblicas populares con los rusos a la cabeza. El gobierno del Kiev  tuvo que esperar hasta después las elecciones de mayo de 2014 para lanzarse ofensiva iniciando la llamada “Operación antiterrorista”.

A mediados de 2014, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y Putin se reunieron por primera vez con motivo de las celebraciones del 70 aniversario del Día D en Normandía con Alemania y Francia  como mediadores. De ahí nació el Cuarteto de Normandía (Francia, Alemania, Ucrania y Rusia) y por un momento las tensiones y avances parecieron detenerse.

El Ejército ucraniano pudo hacer retroceder a los separatistas, hasta que a fines de agosto, Rusia intervino militarmente. Moscú negó la intervención públicamente pero las unidades militares continuaron su avance en las fronteras ucranianas cerca de Ilovaisk. Este sería otro punto de inflexión, en la escalada del conflicto. La guerra en el frente no se hizo esperar, terminando en septiembre con la firma del acuerdo en Minsk.

Guerra de trincheras

Desde ese momento y hasta la actualidad, tiene lugar una guerra de trincheras en las ciudades de la frontera de Ucrania. A principios de 2015, los separatistas regresaron a la ofensiva acompañados por un nuevo despliegue del Ejército ruso. Moscú también lo negó. Las fuerzas ucranianas sufrieron una segunda derrota, esta vez en la ciudad de Debaltsevo. Le sucedió un nuevo acuerdo de paz: Minsk-2, con la intervención de Occidente, pero este sigue sin cumplirse.

Para el otoño de 2019, se retiraron las tropas de ambos bandos, lo que no supuso el fin del conflicto. Las tensiones volvieron a escalar, en 2020 y 2021, ante los acercamientos de Ucrania y Estados Unidos y la intención del primero de unirse a la OTAN. Desde diciembre de 2021, Putin ha exigido a Estados Unidos que Ucrania nunca pase a formar parte de la OTAN y que no reciba ayuda militar. Sin embargo, la OTAN y Occidente han rechazado todas su demandas, con lo que, la escalada bélica se hace inminente.