Historia

Heródoto

Biografía de Heródoto

Heródoto de Halicarnaso nació, como su nombre indica, en Halicarnaso, alrededor de 484 a.e.c y murió en 426 a.e.c. Hoy en día es uno los personajes más importantes de la historia, pues fue el primer historiador del mundo occidental o al menos así se le reconoce.

Se le reconoce por su extensa obra titulada Historias donde narró el devenir de las Guerras Médicas (nombre que recibe la guerra de Grecia contra el Imperio persa) en donde narra la victoria de los griegos. El relato está imbuido de sentido moral y religioso, pero también intenta mostrar la forma de los pueblos bárbaros, es decir, de alguna manera buscó contar la historia de otros pueblos con lo que ganó su título de padre de la historia. Cuando nos referimos a su sentido moral es porque en su obra habla del fracaso de la expansión imperialista persa desde la religión pues según él éste movimiento fracasó porque así lo deseaban los dioses, es parecido a las obras trágicas de Esquilo. No hay que olvidar que aunque renovó el género de contar los sucesos, fue un hombre de su época.

Halicarnaso es hoy conocido como Bodrum, una ciudad turca del Asía Menor. Irónicamente no sabemos mucho de su historia aunque se creé que nació cuando la ciudad estaba bajo el dominio persa, que en su familia corría sangre griega y que su estirpe pertenecía a la aristocracia de la ciudad. En su infancia su familia se trasladó a Samos donde comenzó a relacionarse con la cultura jónica, allí aprendió el dialecto jónico que es una variante del griego clásico y es el lenguaje en el que está escrito su obra.

Se cree que Heródoto volvió a Halicarnaso y se sabe con seguridad que en la época de la fundación de la colonia de Turios, Heródoto de alguna manera obtuvo la ciudadanía, lo que lo conecta con la ciudad entre 444 y 443 a.e.c. Algunos biógrafos creen que Heródoto pasó algunos años viajando por diferentes ciudades griegas y ofreciendo lecturas de sus obras.

“Dad todo el poder al hombre más virtuoso que exista, pronto le veréis cambiar de actitud” Heródoto

Mientras estuvo en Atenas conoció a grandes hitos de la historia como Protágoras y Sófocles, un sofista y un poeta trágico, respectivamente. Además se sabe que estuvo cuatro meses en Egipto y luego viajó a Fenicia y Mesopotamia. Se supone que sus viajes tenían la intención de aumentar sus conocimientos y saciar las amplias ansias de saber que poseía Heródoto. Algunos historiadores ven a través de su obra a un hombre curioso y observador que por esas cualidades logró captar el momento que vivía. Se sabe poco de su última etapa de su vida, solo se piensa que murió en Turios entre 426 y 421 a.e.c. Aristófanes

hizo una parodia de su obra por lo cual se supone que su obra era conocida algunos años después de su muerte (el comediante y el poeta trágico utilizaban personajes reales y míticos).

En vida no fue conocido como padre de la historia, éste sobrenombre fue gracias a los eruditos alejandrinos quienes además distribuyeron su obra en nueve libros, cada una con el nombre de una musa. Los primeros cinco tratan sobre los aspectos de fondo de la guerra y los últimos cuatro sobre la historia de la guerra que termina con la invasión de Grecia por el rey Jerjes y las victorias por parte de los griegos en Salamina, Platea y Micala.

Una de las características más importantes en su obra es no solo toda la información y datos que maneja sino también las indagaciones que hace en la tradición oral y cultural para escribir sobre los sucesos. Al parecer recogía información y daba cuenta de ella aun cuando él no estaba totalmente seguro: “Mi deber es informar de todo lo que se dice, pero no estoy obligado a creerlo todo igualmente” (lib. 7, pág 152).

Así Heródoto pasó de la especulación mítica y la compilación de noticias geográficas y etnografías a la investigación de sucesos importantes y aún más interesantes, pensar en las personas implicadas en ellos.

Dicen en una de las biografías hechas en su honor: “Si, en realidad, concede escasa importancia a la mitología, la concede muy grande, en cambio, a las noticias geográficas y etnográficas, sacando provecho de sus múltiples viajes. Sobre todo, sus intereses en el terreno de la geografía y la etnografía se orientan hacia todo cuanto le resultaba extraño y maravilloso, y sus descripciones, en sustancia, son un índice de las curiosidades recogidas, directamente o de oídas, sobre pueblos y países. Y como le atrae el detalle concreto y pintoresco, sin sutilizar demasiado sobre la importancia de los hechos referidos o sobre su credibilidad, su obra tiene a veces el encanto de una fábula”

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A pesar de esto hay que reconocer a Heródoto desde su pensamiento crítico pues unió la tradición oral, la investigación, la inmersión en tierras extrañas y la etnografía para crear lo que después le daría un hilo conductor a la realidad, la historia.

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