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Hermanos Grimm
Biografía de los Hermanos Grimm
Los Hermanos Grimm fueron filólogos y folcloristas. Nacidos en Hanau, Berlín, Alemania. Jacob Grimm fue el mayor (1785 – 1863) y Wilhelm Grimm (1786 – 1859). Su padre repartía su tiempo siendo abogado y pastor de una Iglesia Calvinista. Por influencia de su padre estudiaron Derecho y Literatura Medieval en la Universidad de Marburgo. Con la muerte de su padre, los hermanos Grimm tuvieron que afrontar complejas situaciones para continuar con sus estudios y tuvieron que pedir asistencia a una tía materna.
En este lugar, ambos conocieron al poeta y folclorista Clemens Brentano, pronto construyeron una relación estrecha. Él les adentro en el mundo de la poesía, especialmente la poesía popular. En alguna reunión especial, conocieron al jurista e historiador del derecho Friedrich Karl von Savigny, gracias a él aprendieron un método para realizar investigaciones de fuentes escritas. Este evento fue clave porque de ahí se desprendería el trabajo realizado por los hermanos Grimm, trabajo que les regalo popularidad. Jacob viajó a París en el año 1805 como ayudante del profesor Von Savigny. Después de licenciarse ambos trabajaron, como bibliotecarios y profesores de universidad en las Universidades de Gotinga y Berlín.
Los hermanos sintieron gran exaltación por la literatura anónima tradicional del filósofo Johann Gottfried Herder, por otra parte, del filósofo tomaron algunas de sus ideas sobre la poesía y la narrativa popular; esta último fue estudiada por los hermanos porque sentían que su valor era mayor que el de la literatura culta en tanto que era una representación genuina del sentir del pueblo. Emprendieron investigaciones sobre las tradiciones de su pueblo; sus creencias, cultos, festividades, mitos y leyendas, entre otros. Ciertamente el paso por la universidad para estudiar derecho, les había servido para conocer estos grandes e influyentes personajes.
Entre 1812 y 1822, los hermanos Grimm escribieron en la redacción de su primera publicación: Cuentos infantiles y del hogar, colección de cuentos en la que expresaban distintas tradiciones populares de Alemania. Posteriormente, fueron conocidos como los cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Esta publicación fue muy popular y vendida porque las personas pudieron recordar tradiciones un tanto olvidadas o simplemente entretenerse con las que vivían en su mente. Los hermanos Grimm procuraron no hacer reinterpretaciones literarias para mantener el carácter original de los relatos, preservar su viveza y frescura popular. Simultáneamente, trabajaron en Leyendas alemanas, otra reunión de textos sobre las leyendas históricas del pueblo germano.
Los hermanos empezaron a tener intereses no comunes: Wilhelm Grimm se enfocó en la tradición medieval, mientras que Jacob Grimm se orientó en la filología, específicamente estudió la historia de la lengua. Como resultado, trabajó en el libro La gramática alemana entre 1819 a 1837. Texto que luego se volvió fundamental en los estudios contemporáneos de lingüística histórica y comparada. En 1829 los hermanos Grimm fueron como invitados a la Universidad de Gotinga, y luego a la de Berlín, representando a la Real Academia de las Ciencias. Desde este centro comenzaron la creación del Diccionario alemán, un riquísimo y complejo trabajo que arrancaron desde el primer volumen. Aunque, este siguió en manos de varias generaciones de estudiosos.
Retomando, Cuentos infantiles y del hogar fueron publicados en tres volúmenes. El deseo de los Grimm, era que esta obra fueron un homenaje a la literatura popular, un documento que pudiera expresar fielmente la tradición oral nacional que suponía pérdida. Sus fuentes principales fueron, sus recuerdos de la propia infancia, y los testimonios de las personas de los pueblos: niños, jóvenes, adultos y ancianos. Por ejemplo, en la ciudad de Kassel, la hija del farmacéutico Wild les compartió historias oídas sobre “la vieja María”.
En la transcripción de los cuentos procuraron conservar fielmente la trama, el tono y las expresiones que aquellas utilizaban. Aunque, en ocasiones había confusiones se respetó al máximo la narración y su estilo oral, dando inicio con ello a los métodos etnográficos modernos. Muchos estudiosos comenzaron a usar los cuentos populares como una estructura básica para efectuar una reelaboración estilística y literaria y aprender sobre una comunidad. Los hermanos Grimm decidieron innovar tomando como base fuentes literarias, de autores como Lutero, Hans Sachs, Johann Michael Moscherosch o Johann Heinrich Jung-Stilling. De estos se enfocaron en hallar la ingenuidad de la trama, analizando proverbios o dichos.
Lo cierto es que ellos supieron darles tanta frescura que pocos libros hacen revivir de inmediato la misteriosa y profunda intimidad de la naturaleza germánica, permitiendo sentirla con el espíritu con que a ella acude el pueblo alemán. De estas colecciones figuran narraciones tan famosas como Blancanieves, La Cenicienta, Pulgarcito, Juan con suerte, Leyenda de los duendecillos, La hija del molinero, Caperucita Roja, Rabanita, En busca del miedo, Los músicos de Bremen o Barba Azul. Realmente, la obra no estaba destinada a ser un libro infantil, pero principios del siglo XIX en Alemania se convirtió en el libro preferido de los infantes, con el cual generaciones y generaciones dejaron volar su imaginación.
El éxito de estas obras fue tal que emprendieron sus traducciones, lo que acabó por convertirlo en un éxito de carácter universal. Se afirma que 200 años después de su publicación se habían editado mil millones de ejemplares en ciento setenta idiomas, una divulgación superior a la obra de otro gran exponente de la época clásica de la literatura infantil, el danés Hans Christian Andersen. Al final, Clemens Brentano terminó por desmeritar la obra de los hermanos Grimm, porque la encontró desaliñada y pobre en redacción. A esta obra se la han realizado una cantidad enorme de reediciones, adquiriendo nuevos títulos como: Los cuentos de hadas de los hermanos Grimm o Cuentos de los hermanos Grimm, creando algo de distorsión, ya que muchos lectores llegaron a creer que estas obras eran creaciones de los hermanos. Relegando el carácter de la tradición oral y de la cultura popular.
Wilhelm falleció en Berlín a los 73 años de edad, el 16 de diciembre de 1859. Cuatro años después, el 20 de septiembre de 1863, Jacob falleció en la misma ciudad. A los 78 años. Ambos fueron sepultados en el Alter Sankt-Matthäus-Kirchhof, cementerio de Berlín. Su legado fue tan importante que su trabajo ha sido llevado a la pantalla grande y chica; también al teatro. Indudablemente los cuentos que los hermanos Grimm recopilaron y publicaron son conocidos a nivel mundial y han marcado la infancia de varias generaciones.