Bernardo Bertolucci (16 de marzo de 1941 – 26 de noviembre de 2018) director de cine y escritor. Nació en Parma, Italia. Su padre es Attilio Bertolucci, poeta y crítico de quien recibió gran influencia. La estética que desarrolló su padre tuvo como base las concepciones marxistas. Bertolucci durante su infancia realizó composiciones literarias y despertó un gran interés por la fotografía. Conoció a Pier Paolo Pasolini, gracias a su padre, de él aprendió sobre literatura y sobre marxismo, hecho que se reflejaría en buena parte de su obra posterior.
Para ese momento se vivía en Europa una necesidad de cambio promulgada por los jóvenes, ellos utilizaron el cine como una herramienta para cambiar el mundo. El primer paso del italiano en el cine lo dio con Accatone (1961), en la que participó como ayudante. Poco después produjo su primera película, La commare seca (1962), una cinta de carga marxista, en donde su objetivo era describir la vida en los suburbios de Roma. El filme no tuvo éxito alguno. Al poco tiempo, publicó su primer libro de poemas.
En 1964 rodó Prima della Revoluzione, película en la que narra la historia de un personaje desengañado de su vida burguesa. La crítica italiana aseguró que llegaría ser un director de auténtica categoría. Así pues, se destacó en un cine militante que pretendía transformar las estructuras sociales. el italiano conoció las técnicas de la “Nueva Ola”, difundidas por el francés Jean-Luc Godard y empezó a experimentar con ellas. Es así como llegó Partner (1968),
En la década del 70, estrenó La estrategia de la araña (1970) y, luego, El conformista (1970). La primera estaba inspirada en un cuento de Jorge Luis Borges, fue admirada por su excelente puesta en escena y la perspicaz utilización de la música, en este punto se nota el desarrollo de su propio estilo. Por otro lado, El conformista es una auténtica obra maestra, apoyada en las excelentes interpretaciones de Jean Louis Trintignant y Stefania Sandrelli. Ambientada en el régimen fascista de Mussolini. En suma, la ambientación de Néstor Almendros es totalmente adecuada para comprender los diferentes estados de ánimo del protagonista y las situaciones por las que atraviesa.
En 1972 Bernardo Bertolucci estrenó uno de sus trabajos más populares, El último tango en París. Se trata de un filme desgarrador, triste, donde los seres humanos no han sido capaces de encontrar la auténtica felicidad, o mejor, el sentido de la vida. Muchos indican que hay una sodomización de la actriz principal, María Schneider
Su siguiente título: Novecento (1976). La distribución fue boicoteada debido a que los productores americanos no estaban contentos con el argumento de la película por su cercanía a la revolución rusa. El elenco de actores de este film era envidiable: Gerard Depardieu, Robert De Niro, Burt Lancaster y Dominique Sanda, Donald Sutherland entre otros.
Algo desconfiado, Bernardo Bertolucci prefirió desarrollar un trabajo más intimista, La luna (1979), sobre los avatares de una diva de ópera, papel que encarnó la norteamericana Jill Clayburgh. El director empezó a experimentar una etapa de cambios, La tragedia de un hombre ridículo (1981), alcanzó a llegar a Hollywood. El marxista que había peleado por un cine de denuncia que aportara a la sociedad; acompañado de su fiel compañera Claire People, Bertolucci decidió hacer las Américas. En 1987 viajó a Pekín para realizar un gran proyecto, El último emperador (1987), narra la vida de Pu-yi, el último emperador de China; la cinta obtuvó nueve Óscar, entre ellos el de mejor película y el de mejor director
Brillante, culto, arriesgado, Bertolucci se atrevió a lo largo de su trayectoria a mostrar nuevas propuestas que impactaron al público. Es probablemente el realizador italiano más polémico, se ganó el aprecio de minorías y mayorías, que siempre estaban al pendiente de su siguiente producción. En ocasiones fue cuestionado por su creencia atea. Fue un hombre que defendió el marxismo y fue uno de los firmantes del llamamiento al gobierno suizo para liberar a Roman Polanski, director y actor polaco. Su vida terminó el 26 de noviembre de 2018, a la edad de 77 años a causa de un cáncer de pulmón.