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Amedeo Modigliani

Biografía de Amedeo Modigliani

Amedeo Modigliani (12 de julio de 1884 – 24 de enero de 1920) pintor. Nació en Livorno, Toscana, Italia. Su familia era judía y tuvieron que llegar a esta región para refugiarse. Su madre, Eugenia Garsin, una francesa proveniente de una familia intelectual. Ella hablaba varios idiomas ya que sus padres administraban su propia agencia de crédito con sucursales en Marsella, Túnez y Londres. Mientras que, su padre, Flaminio Modigliani, se dedicaba al préstamo, pero era mal negociante. Luego de un inconveniente con la justicia, antes que Amedeo naciera, dejaron a la familia con pocos recursos económicos.

Flaminio se trasladó a otra localidad para probar suerte en la minería. Eugenia decidió fundar una escuela de lenguas para señoritas, a la vez que se dedicaba a escribir cuentos y artículos literarios para algunos periódicos. La situación no logró ser estable, Amedeo pasó su infancia entre la pobreza y la enfermedad. A los 14 años empezó a acercarse al mundo del arte, específicamente de la pintura, asistió a clases con Guglielmo Micheli, un discípulo de Fattori, uno de los pintores del movimiento florentino conocido como los macchiaioli.

El joven tuvo que parar sus estudios dos años después porque sufrió un ataque de fiebre tifoidea y más tarde una tuberculosis. Luego, al recuperarse ingresó a la Escuela libre del Desnudo ubicada en Florencia y al terminar se trasladó a Venecia al Instituto de las Artes. En 1906 se trasladó a París, donde frecuentó los círculos artísticos y literarios, tuvo la oportunidad de conocer a Utrillo y a Pablo Picasso

, y recibió notables influencias de Henri de Toulouse-Lautrec, Georges Braque y Paul Cézanne. Sus primeras obras expresan la influencia de los macchiaioli.

Tiempo después comenzó a indagar el movimiento modernista y el de la secesión, además del arte primitivo. Cuando su nombre empezó a ser más popular expuso cinco cuadros en el Salón de los Independientes, el mas famoso fue La judía. Un año después empezó a seguir detalladamente las obras del escultor rumano Constantin Brancusi, cuya obra lo impresionó y sirvió como influencia, desde ese momento siguió el camino de la escultura. También estudió las esculturas griegas arcaicas de los kúroi y las máscaras africanas en las que los rasgos son alargados.

En 1912 expuso un Conjunto decorativo de ocho cabezas de piedra en el Salón de Otoño. Modigliani volvió a los campos de la pintura y ya su estilo mostraba un gran cambio, realizó una combinación con lo aprendido como escultor. Se reflejó en la simplificación de la imagen y en el uso del color. Redujo y en algunos casos eliminó el claroscuro, consiguiendo una solidez en la imagen plana, similar a la escultórica. Realizó varios retratos por lo que es considerado uno de los maestros del retrato del siglo XX.

Tienen sus obras un aire familiar en su elegancia y alargamiento, pero al mismo tiempo el retratado es reflejado con gran agudeza. Entre sus retratos más importantes podemos nombrar los de Kisling, Paul Guillaume, Zborowsky y el de Beatrice Hastings, una de sus amantes, titulado Madame Pompadour realizado en 1915. Desde 1915 hasta 1920, Modigliani enfocó sus obras en retratos y desnudos femeninos. Retrató a Max Jacobs (1916) Jacques Lipchitz y su mujer (1917), aunque también lo hizo con personajes de los cuales no se sabe su identidad como La criadita (1916).

Sus mejores desnudos femeninos: Desnudo rojo con los brazos abiertos (1917) se caracteriza por su gran sensualidad lánguida y complacida; se caracterizó, Amedeo, por utilizar líneas sutiles que perfilan los cuerpos de un modo melodiosa y elegante; sus figuras son testigo de una mórbida melancolía que recuerda a Botticelli. Debemos comentar que este importante pintor tuvo problemas con las drogas y el alcohol hasta el día de su muerte. Esto le produjo serios problemas de salud algunos años antes de su fallecimiento. En 1917 realizó una serie de desnudos muy aplaudidos en el futuro. Para ese momento mantenía una relación con la pintora Jeanne Hébuterne, con la que tuvo una hija.

Finalmente, Modigliani murió tras un largo sufrimiento a causa de la tuberculosis en el Hospital de la Caridad de París, el 24 de enero de 1920. Antes de ese momento, el poeta Zborowsky decidió ser su colaborador y le ayudó cuanto pudo, pero el artista estaba sumido en un completo abandono físico y moral. A pesar de todo, los últimos cinco años de su vida fueron los más productivos. Aunque el pintor italiano admiró la obra de Cézanne, sólo pintó tres paisajes y no se conoce ninguna naturaleza muerta suya.

Claramente el arte africano, que conoció gracias su amigo Brancusi, fue el influenciador máximo de su obra. La estilizada geometrización de las formas denota el impacto. Su escultura más representativa de dicho arte se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Claramente, su práctica escultórica fue determinante para la configuración de la pintura de futuras generaciones y de tendencia como el cubismo y futurismo. La sencillez de líneas y la pureza de los rostros en los retratos del pintor italiano Modigliani aportaron una singular inspiración.