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Nadia Comăneci
Biografía de Nadia Comăneci
Nadia Elena Comăneci nació en Oneşti, Rumania el 12 de noviembre de 1961 (actualmente, 56 años). Es una ex gimnasta de nacionalidad rumana y estadounidense. Desde temprana edad, Nadia se inclina por el deporte. En 1970 (a sus ocho años) es reclutada por el reconocido entrenador nacional Béla Károlyi y su esposa Marta. Precursores de la nueva gimnasia rumana; emigrarían a Estados Unidos para crear a nuevas estrellas estadounidenses como Mary Lou Retton, la primera campeona olímpica en Los Ángeles.
A los 13 años Nadia Comăneci obtuvo su primer éxito importante: ganó tres medallas de oro y una de plata en el Campeonato Europeo de Gimnasia en Skien, Noruega. Un año después, en 1975, la gimnasta superó con cuatro victorias individuales a la soviética Liudmila Turíshcheva, pentacampeona; Nadia logró la primera posición en la clasificación general individual de las competiciones preolímpicas de Montreal. Ese mismo año, The Associated Press la eligió Atleta del Año.
Poco a poco la pequeña fue mejorando y obteniendo grandes triunfos en el mundo de la gimnasia, pero es hasta 1976, a sus 14 años de edad, en los Juegos Olímpicos de Montreal donde se reveló como una auténtico prodigio de la gimnasia: obtuvo 10, el puntaje perfecto, en siete pruebas de gimnasia, algo inédito hasta ese entonces en la era moderna de las justas olímpicas. Aquel día, Comăneci deleitó a todos los aficionados con sus grandes giros y vuelos. Aunque era su primera participación en unos Juegos Olímpicos, la joven rumana no se dejó afectar por la presión y los nervios, demostró ser una verdadera deportista. Se convirtió en una popular figura del deporte, y en su país fue reconocida como una heroína nacional.
En 1977 Comăneci fue separada de sus entrenadores de toda la vida, este hecho sumado al divorcio de sus padres significó una baja en su nivel competitivo. En el mundial de 1978 logró una medalla de oro y una de plata, pero cayó en las barras asimétricas. Luego de que se le permitió volver con los entrenadores que la convirtieron campeona olímpica, brilló de nuevo en los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú, donde obtuvo dos medallas de oro y dos de plata.
Tras la edición de los Juegos Olímpicos de Moscú, Nadia se retiró de la alta competición. Su última aparición en un torneo mayor fue en el Campeonato Mundial Universitario que se celebró en Bucarest en 1981. Ganó cinco medallas de oro, pero hubo acusaciones de parcialidad contra los jueces, dado que la mitad de ellos eran rumanos.
Entre 1984 y 1989 la gimnasta fue miembro de la Federación Rumana de Gimnasia y entrenó a los jóvenes gimnastas de su país. En noviembre de 1989 decidió emigrar a Estados Unidos, primero a pie, luego en la cabina de un camión desde Hungría. siendo la amante ocasional del camionero, y acabando por fin en un motel de Florida, en compañía de un compatriota que también abusó de ella a cambio de refrescos, palomitas y la habitación en la que convivieron. Por suerte, cuando llegó a Estados Unidos, fue acogida como una deportista legendaria, así que no tuvo problemas para trabajar; se dedicó a realizar viajes promocionales de equipos para gimnasia, ropa interior y lencería de la firma Jockey, equipamiento de aeróbic y vestidos de novia.
En 1994 se comprometió con el gimnasta norteamericano Bart Conner y regresó a Rumania por primera vez tras su huida. Juntos invirtieron en una cadena de gimnasios, en la venta de artículos deportivos y en su propia línea de ropa, además de invertir en una revista de gimnasia. Se casaron en Rumania en abril de 1996.
Actualmente continúa vinculada con el mundo de la gimnasia mientras se ocupa de diversas obras de caridad en todo el mundo. Ella y su esposo son propietarios de la Academia Conner de Gimnasia, la Compañía para Producir el 10 Perfecto y de algunas tiendas de material deportivo. Ambos publican la Revista Internacional de Gimnasia (International Gymnast Magazine).
También es vicepresidenta del Consejo de Dirección de Olimpíadas Especiales, Presidenta de Honor de la Federación Rumana de Gimnasia, Presidenta Honorífica del Comité Olímpico Rumano, Embajadora de Deportes de Rumania, vicepresidenta del consejo de Dirección de la Asociación para la Distrofia Muscular y miembro de la Fundación de la Federación Internacional de Gimnasia. Ha recibido dos veces la condecoración de la Orden Olímpica de manos del Comité Olímpico Internacional, y ha puesto en marcha en Bucarest una clínica de misericordia para ayudar a los niños huérfanos.
En diciembre de 2003 salió a la luz su primer libro, Cartas a una gimnasta joven. El 3 de junio de 2006 dio a luz, en Oklahoma City, a su primer hijo, a quien llamó Dylan Paul (Dylan por Bob Dylan y Paul por su ex entrenador, socio de negocios y padrino del niño, Paul Ziert). Actualmente vive en EE. UU.