Sofía Alekséyevna Románova (27 de septiembre de 1657-14 de julio de 1704) fue princesa y regente de Rusia perteneciente a la dinastía Romanov. Hija del zar Alejo I, sirvió como regente de Rusia a la muerte de su hermano Teodoro III, tras la revuelta que instauró el gobierno conjunto entre Pedro I y su hermano Iván V. Sofía estuvo detrás de las conjuras que llevaron a la elección de Iván, de quince años, así como del asesinato de varios miembros de la familia Narishkin. Fue derrocada cuando Pedro I se hizo con el poder en 1689.
Tercera hija del zar Alejo I (que gobernó entre 1645 y 1676) y de su primera esposa, Mariya Miloslavskaya, Sofía fue instruida por el monje bielorruso Simeon Polotsky. Recibió una educación excepcionalmente buena y mantuvo un perfil relativamente bajo hasta la muerte de su hermano el zar Teodoro III (Fiódor Alekséievich), de 20 años sin dejar descendencia. Es entonces que inesperadamente entró en política, oponiéndose a la elección de su medio hermano Pedro, de 10 años, hijo de Alejo y de su segunda esposa Natalia Narýshkina. Sofía se puso al frente de la elección Iván, quien, a pesar de ser el heredero legítimo, tenía pocas posibilidades al ser física y mentalmente disminuido.
Como líder de la familia Miloslavsky, Sofía se ganó el apoyo de la guardia imperial, los streltsi, extendiendo el rumor de que los Narishkin querían asesinar a Iván, de 15 años, para hacerse con el poder. El 15 de mayo de 1682, los streltsi, acompañados por miles de personas, se dirigieron al Kremlin en Moscú y asesinaron a varios miembros de la familia Narishkin. Tras la revuelta los alzados solicitaron a la asamblea que Iván y Pedro gobernasen juntos con Sofía como regente.
El 25 de junio de 1682, se proclamó a Iván Zar Mayor y a Pedro Zar Menor y Sofía fue luego nombrada regente.
Ya en el trono, Sofía, siguió la guía de su principal asesor el príncipe Vasily V. Golitsyn y tomó medidas para consolidar su régimen. Evitó que los poco confiables streltsi cambiaran su posición y la destituyeran, reemplazando a su comandante Ivan Andreyevich Khovansky (ejecutado por traición), con uno de sus favoritos, Fyodor Leontyevich Shaklovity. Luego, transfirió 12 de los 19 regimientos de Moscú para vigilar la frontera y revocó muchos de los privilegios que había otorgado a las tropas al tomar el poder.
Hizo algunas concesiones a los burgueses y atenuó las penas impuestas a los siervos fugitivos, lo que causó una gran insatisfacción entre la nobleza. Promovió además el desarrollo de la industria y alentó a los artesanos extranjeros a establecerse en Rusia. Sin embargo, pese a sus muchos planes de reforma, no logró satisfacer el descontento entre los campesinos y los disidentes religiosos, especialmente tras la firma de los Doce artículos (1685)
En política internacional, aprobó el plan de Golitsyn para lograr la paz permanente con Polonia (1686), por la que Rusia obtuvo Kiev y el territorio al este del río Dniéper, a cambio de la promesa de coalición contra los turcos. En 1687 y 1689 patrocinó dos campañas militares desastrosas contra los turcos, dirigidas por Golitsyn. Aunque su gobierno también logró el favorable Tratado de Nerchinsk con China (1689), estableciendo la frontera oriental rusa en el río Amur, los continuos fracasos de Golitsyn reforzaron la creciente insatisfacción entre los Naryshkins y la población en general en su gobierno. Reconociendo el peligro, Sofía intentó incitar a los streltsi contra los Naryshkins una vez más para eliminar definitivamente a Pedro en 1689. No obstante muchos de los coroneles streltsi, apoyaron a Pedro
En 1698, sus partidarios entre los streltsy hicieron un intento fallido de restaurarla en el trono; aunque Sofía no inició dicho complot, fue luego juzgada por un tribunal y obligada a tomar el velo en octubre de 1698.
Desde entonces estuvo bajo la más estricta clausura con instrucciones para que el resto de las monjas no la vieran a excepción del día de Pascua. Sofía murió en el convento el 14 de julio de 1704, a los 46 años. Su medio hermano Pedro I el Grande gobernó hasta 1725 y fue sucedido por su segunda esposa, Catalina I de Rusia, la primera emperatriz de Rusia. De las cinco hijas que tuco su hermano Iván, Ana se convirtió emperatriz en 1730.