Rita Hayworth, nacida bajo el nombre de Margarita Carmen Cansino, fue una de las actrices más importantes y hermosas, emblema en la época dorada del cine de Estados Unidos, así como una celebridad de Hollywood durante los años cuarenta.
Nació el 17 de octubre de 1918 en Brooklyn, Nueva York. Protagonizó 33 películas y la prensa rosa de su época la bautizó como la Diosa del Amor, producto de su enorme belleza y su sex appeal sobre los hombres, quienes la elevaron al estatus de leyenda fílmica.
Su influencia en el séptimo arte es tal, que incluso el prestigioso American Film Institute la nombró la decimonovena estrella más grande del cine, además de vivir una vida de altas y bajas, así como de tragedias. Si bien nunca deseó ser actriz, su hermoso rostro le permitió robar miradas en la gran pantalla, al punto de que se inmortalizó en Gilda (1946), convirtiéndose en un ícono y logrando que todos los hombres la desearan por su protagónico en la película que Charles Vidor dirigió.
De origen español, Margarita Carmen Casino nació en Nueva York, hija del bailarín español Eduardo Cansino Reina, así como de la bailarina Volga Margaret Hayworth, con raíces irlandesas e inglesas.
De hecho, su familia está fuertemente vinculada con el mundo artístico, pues su padre era pariente de Rafael Cansinos Assens, un escritor, poeta, ensayista y crítico literario, quien se encargaba de traducir al español obras de grandes plumas como Johann Wolfgang von Goethe, Honoré de Balzac, León Tolstói y Fiódor Dostoyevski.
Fue su propio padre quien descubrió su potencial artístico, por lo que la incursionó como bailarina. Fue así como, a sus 3 años, tomó sus primeras lecciones de baile y, mientras que comenzó su carrera profesional a los 13 años, presentándose en diversos escenarios.
“Desde que pude mantenerme en pie con tres años, recibí clases de baile. No me gustaba, pero no tenía el valor de decírselo a mi padre. Ensayar, ensayar y ensayar. Así fue mi infancia”, reconoció la actriz en una entrevista.
De hecho, muy pocos saben que, antes de darse a conocer en Hollywood, la emblemática actriz llegó a presentar una demostración de baile en el Patio Andaluz del Casino de Agua Caliente en Tijuana, uno de los más concurridos por los artistas a finales de los años 20. Fue en Tijuana donde un productor de la Fox la descubrió y le propuso convertirse en la nueva Dolores del Río. Ahí utilizó el nombre artístico Rita Casino y debutó en el cine a los 16 años, con una breve aparición en El infierno de Dante (1935), así como Charlie Chan en Egipto (1937).
Sus comienzos fueron bastante complicados, pues su padre la obligaba a fingir que se trataba de su esposa y no su hija, al punto de que abusó sexualmente de ella y le afectó en su comportamiento ya en la etapa adulta.
Harta del yugo opresor de su progenitor, Rita decidió casarse a la tierna edad de 18 años con Edward Judson, influyente amigo de productores en Hollywood, quien la volvería una estrella de cine, pero a un muy alto costo, pues la iba a obligar a acostarse con otros hombres para ascender en el complicado mundo del espectáculo.
Para esto, Rita fue obligada teñirse el pelo de rojo, perder unos cuantos kilogramos y someterse a una complicada transformación física, la cual incluyó una depilación a base de electrólisis, con lo que consiguió una frente más amplia y retrasó la línea donde nacía su cabello. Así fue como dejó atrás el apellido Cansino y utilizó el de su madre: Hayworth.
Hudson no amaba a Rita, la veía como un proyecto en el cual invertir. “Él me ayudó con mi carrera y se ayudó a sí mismo con mi dinero”, llegó a asegurar la actriz, pues si bien su primer marido le permitió llegar a firmar con Columbia, la obligó a ceder algunas de sus propiedades. La pareja se divorció en 1942, afectándole severamente a Rita Hayworth, incluso en el aspecto económico.
En Columbia, Rita Hayworth se convirtió en el imán taquillero de la productora, pues su sola presencia ayudaba a atraer el dinero de los hombres. Incluso Harry Cohn, dueño de la productora, llegó a enamorarse de ella, pero nunca logró ser correspondido.
Ahí logró actuar en películas como Sólo los ángeles tienen alas (1939), de Howard Hawks, ganándose las miradas de la crítica cinematográfica. También filmó comedias como Una dama en cuestión (1940), de Charles Vidor.
Tras esto, pudo llegar a la 20th Century Fox por petición del director Rouben Mamoulian, para quien interpretó a Doña Sol en Sangre y arena (1941), una superproducción basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez, compartiendo créditos junto a Tyrone Power y Linda Darnell. Fue esta película en la que se estableció como un sex symbol y logró convertirse en la actriz mejor pagada de la época.
Otros filmes como Desde aquel beso (1941), Bailando nace el amor (1942), The Strawberry Blonde (1941), Mi mujer favorita (1942) y Esta noche y todas las noches (1945) le ayudaron a hacerse de un nombre en Hollywood.
El mítico director y actor de Ciudadano Kane fue su siguiente pareja. Welles se enamoró al verla en la portada de la revista Life y logró casarse con ella en 1943, dos años después del estreno de la emblemática película de Orson.
Rita Hayworth y Orson Welles tuvieron una hija, a la que llamaron Rebecca. Aunque todo parecía viento en popa con la pareja, la relación se deterioraba con los múltiples proyectos del cineasta, así como sus infidelidades.
Llegó 1946 y con ello el lanzamiento al estrellato de Rita con Gilda, una película polémica, pero fundamental en la historia del séptimo arte, al consolidarla como estrella. Volvió a ponerse bajo las órdenes de Vidor en esta película de cine negro, al interpretar dos escenas que causaron revuelo: un striptease sugerente (pese a que solo se quita un guante) y una bofetada que Glenn Ford, su pareja en la película, le propinó.
La película incluso fue censurada, pero ayudó a Rita Hayworth en una de las más importantes mujeres de la industria, al punto de que su imagen fue colocada en la bomba atómica que Estados Unidos lanzó en las pruebas de las Islas Bikini en 1946, el mismo año en que Gilda fue estrenada.
Pero Gilda no solamente fue su lanzamiento, también su maldición. La actriz se lamentaba muy a menudo de cómo la marcó este papel, pues “los hombres iban a la cama con Gilda, pero despertaban” con ella, una mujer quebrada y herida.
Su gran éxito en Gilda contrastaba con la mala suerte de Orson Wells, quien no lograba que Estambul o El Cuarto Mandamiento, dos de sus filmes en aquellos mismos años, tuvieran la misma repercusión que lo que hacía su mujer. Esto provocó celos en el cineasta, quien incluso llamaba “idiota” a su esposa, limitada a callarse y aguantar los ataques, a causa de los traumas de su niñez.
Aún con esto, la pareja también trabajó junta, pues Welles la dirigió en La Dama de Shanghái (1947), filme basado en la novela If I Die Before I Wake, de Sherwood King y en el que Orson también fue protagonista. Los malos tratos no cesaron, pues obligó a su mujer a teñirse de rubia y recortarse el cabello. El matrimonio no resistió más y ese mismo año terminó por separarse.
Dos años después, se unió en matrimonio con Ali Khan, quien fuera príncipe de la dinastía Qajar y embajador en las Naciones Unidas por parte de Pakistán. Su pareja le ayudó a alejarse un poco de Hollywood, sobre todo de Harry Cohn, quien trataba de manipular la carrera de Rita Hayworth al no conseguir su amor.
La pareja tuvo una hija, Yasmín, pero ni la descendencia pudo ayudar al matrimonio, el cual se deterioró porque Ali era mujeriego. Rita y Ali se divorciaron en 1953; en ese mismo año, Hayworth quedó en bancarrota y se refugió en el alcohol.
Su cuarta pareja fue, al igual que las anteriores, un tormento. Dick Haymes, cantante argentino, se casó con ella para evitar ser deportado, además de que se aprovechó para tratar de establecerse en el mundo del entretenimiento. La pareja duró muy poco: entre 1953 y 1955.
El quinto matrimonio tampoco fructificó. James Hill, productor de cine, buscaba que su mujer siguiera en Hollywood, mientras que Rita Hayworth trataba de salirse de la industria. Solo duraron tres años juntos, pues Rita lo acusó de crueldad mental, incluso Charlton Heston, figura del cine y estrella de Ben-Hur, fue testigo de cómo la trataba, cuando él y su esposa cenaron con la tormentosa pareja en España.
Tratando de encontrar felicidad efímera en los brazos de otros hombres, Rita Hayworth tuvo muchos amantes, como Glenn Ford (su coprotagonista en Gilda), Victor Mature, Anthony Quinn, Kirk Douglas y David Niven, entre otros.
Gilda no solamente fue su mayor éxito, sino que también su perdición, pues no pudo emular aquel éxito e incluso el tiempo le pasó factura: sufrió Alzheimer y se refugió aún más en la bebida, lo cual terminó por deteriorarle su salud.
“Tenía ataques de furia y yo pensaba que era una especie de demencia alcohólica. Fue un alivio cuando nos dijeron que era Alzheimer. No fue diagnosticada hasta 1980”, confirmó su hija Yasmin.
El tiempo se le terminó el 14 de mayo de 1987, cuando murió a los 68 años, muy alejada de aquel sex symbol que había enamorado a todo el mundo. Sus últimos años fueron bastante complicados, al punto de que en 1987 cayó en un semicoma, hasta que dejó este mundo en la fecha anteriormente mencionada, de forma silenciosa en su departamento en Manhattan.
Su servicio fúnebre ocurrió el 19 de mayo de 1987 en la iglesia del Buen Pastor, en Beverly Hills. Los actores Ricardo Montalbán, Glenn Ford, Don Ameche y el coreógrafo Hermes Pan fueron los encargados de cargar el féretro. Rita Hayworth fue enterrada en el cementerio de Holy Cross en Culver City (California).