Militar
Milcíades el Joven
Biografía de Milcíades el Joven
Milcíades II el Joven, también conocido únicamente como el Maratonómaco por su participación en la batalla de Maratón, fue un estadista militar y político griego. Nació en la ciudad de Atenas, Grecia, en el 550 a. C.; y murió en la misma en el año de 488 a. C., a la edad de 78 años. Fue hijo de Cimón I el Viejo y nieto de Esteságoras I. Fue hermano de Esteságoras II y esposo de Hegesípila, la hija del rey de los tracios, Óloro. Con esta tuvo a su hijo Cimón II, y tuvo por hijo también a Metíoco antes de casarse.
El primero de sus cargos políticos importantes fue el de tirano del Quersoneso tracio en el 516 a. C. Ahí había sido enviado en trirreme por Hiparco e Hipias luego de que el sucesor de su tío Milcíades I (el cual era hermanastro de Cimón I, su padre), su hermano Esteságoras II, muriera. Por lo que se necesitaba que alguien tomara el control para mantener los suministros de trigo que llegaban desde el Ponto hasta Atenas. Para conservar este cargo y buscando reestablecer el desorden que se había generado durante el gobierno de su hermano, Milcíades se recluyó en la casa de este para supuestamente guardarle luto; aunque en realidad se trataba de una trampa para emboscar a los principales líderes de la localidad y darles muerte. De esta forma, y armado con 500 mercenarios tracios, Milcíades consolidó su tiranía en Quersonero luego de casarse con la princesa del lugar, Hegesípila I.
Cerca del 513 a. C., el rey de Persia, Darío I, dirigió sus tropas hasta el Quersoneso tracio, logrando que Milcíades y sus súbditos se sometieran bajo su mando. Cuando Darío I se enfrentó contra los escitas, Milcíades se unió a sus fuerzas, aunque con la intención de traicionar a los persas. De esta manera, mientras Milcíades protegía un puente que Darío había construido sobre el Danubio para ir a la guerra contra Escitia, este les propuso a los otros soldados que destruyeran la construcción para así condenar a las tropas persas. No obstante, ninguno quiso unirse a su causa y luego Darío se enteró de su intento de traición. Por esta razón Milcíades huyó entre el 511 y el 510 a. C. del campo de batalla e hizo parte de la Revuelta jónica, en la cual varias ciudades bajo el dominio persa se rebelaron sin mucho éxito entre el 494 y el 492 a. C.
Viendo nuevamente sus planes frustrados, Milcíades huyó junto a su familia con rumbo a Atenas. Aquí no fue muy bien recibido porque, a diferencia de la ciudad que él había dejado en su juventud, esta ya no era una tiranía sino una democracia. De tal forma que se comenzó un juicio en su contra por haber gobernado tiránicamente en el Quersoneso tracio. Sin embargo, este fue absuelto luego de respetar las leyes griegas y de suministrar información de las fuerzas persas que había aprendido durante su campaña con Darío I, las cuales tenían la intención de tomar Atenas. Así, Milcíades fue nombrado como uno de los diez generales de la batalla de Maratón. Contrario a lo que los demás pensaban, de mantenerse en a la defensiva; Milcíades propuso que se ejecutara un ataque rápido antes de que Atenas fuera sitiada. Para ello convenció a Calímaco, polemarca (título de gobernante de la guerra) y finalmente los griegos vencieron a los persas comandados por Datis gracias a sus consejos. Aunque algunos historiadores señalan que, si bien las estrategias de Milcíades tuvieron gran mérito en la victoria, también es de señalar que lo más probable es que los persas no contaran con caballería, lo que supuso en últimas su derrota.
Luego de esta gran victoria en la batalla de Maratón, Milcíades se encaminó junto a un grupo de hombres hacia la isla de Paros, con la intención de hacerlos pagar el haber dado su apoyo a las fuerzas de Darío I durante la guerra contra Grecia. De esta forma, Milcíades llegó para el 489 a las costas de la isla, y poco después alcanzó la capital homónima. Aquí, exigió a los habitantes cien talentos (más de dos toneladas y media de plata) a cambio de no aniquilarlos. No obstante, los Parios en lugar de acatar sus mandatos, doblaron la seguridad de su ciudad. Viendo que sus peticiones no eran tomadas en cuentas, y sospechando que los persas habían vuelto al ver incendiarse un bosque, Milcíades saqueó el santuario de Deméter Tesmófora para desalentar a los parios, quienes tenían en el lugar una estatuilla de Atenea que los hacía invencibles, según creían. No obstante, mientras cometió este robo, Milcíades se hirió la rodilla y enfermó gravemente por la infencción.
De tal forma que tuvo que regresar a Atenas con sus hombres, donde fue acusado de haber recibido sobornos para dejar sin castigo a los parios. Pese a que fue condenado a muerte, el Joven obtuvo el perdón de sus jueces al recibir el apoyo de sus soldados. Así que se le cambió su pena por la multa de 50 talentos. Pero como no pudo pagarla, Milcíades fue encarcelado y finalmente murió en prisión. Su hijo Cimón pagaría la multa de los 50 talentos.