Luis Mariano Ospina Pérez fue un político perteneciente al Partido Conservador, ingeniero y presidente de la República de Colombia durante el periodo de 1946 a 1950. Nació en Medellín, el 24 de noviembre de 1891, y murió en Bogotá, el 14 de abril de 1976, a los 84 años. Ospina Pérez estuvo íntimamente ligado al aumento de la exportación cafetera, a la creación de Telecom, a la toma de decisiones políticas durante el Bogotazo, al golpe de estado del general Rojas Pinilla y al origen del Frente Nacional. Tras el asesinato de Gaitán, Ospina Pérez pronunció la frase: «Para la democracia colombiana más vale un presidente muerto que un presidente fugitivo».
Mariano Ospina Pérez fue el primer varón del matrimonio católico entre Ana Rosa Clara Pérez Puertas y Tulio Ospina Vásquez, quien era ingeniero de minas e historiador. Tuvo cinco hermanas y cuatro hermanos: Mercedes, Sofía, Gabriela, Margarita, Ester, Rafael, Tulio, Francisco y Jorge. Además, su núcleo familiar cercano estaba integrado por dos expresidentes: su abuelo paterno, Mariano Ospina Rodríguez, y su tío, Pedro Nel Ospina. En cierta ocasión, cuando era niño y visitaba una finca cafetera, Ospina Pérez tragó por accidente una semilla de café pergamino; y la semilla le lastimó las cuerdas vocales. Desde entonces le fue imposible alzar considerablemente el tono de voz. Lo anterior pareció darle un aspecto de tranquilidad a su figura, que sería fundamental para sus posteriores triunfos políticos. Pese al incidente, su amor hacia las plantaciones y la bebida no se afectó. En el futuro, entre 1930 y 1934, Ospina Pérez trabajaría como gerente de la Federación Nacional de Cafeteros; y siempre demostraría un abundante cariño e interés por la producción y exportación colombiana de café.
Ospina Pérez asistió al colegio San Ignacio de Loyola. Tras graduarse, ingresó a la Escuela de minas de Antioquia y en 1912 se tituló como ingeniero. Después viajó a Estados Unidos, más exactamente a Luisiana, donde la Universidad Estatal le otorgó la certificación de magíster. En 1926, luego de haber regresado a Colombia en la década anterior, Ospina Pérez se convirtió en el esposo de la escritora y política Bertha Hernández Fernández; fueron padres de una hija y cuatro hijos: María Clara, Mariano, Rodrígo, Fernando y Gonzalo. En un especial para El tiempo, alrededor de treinta y cinco años después de su muerte, su nieta Ximena Ospina Duque dijo lo siguiente sobre él: «Fue un abuelo generoso, cariñoso, consentidor de sus nietos, siempre juguetón y un gocetas de la vida. Él tenía la capacidad de divertirse con sus propios chistes y hasta de los cuentos paisas más sencillos, como los de ‘Cosiaca’, que disfrutaba muchísimo».
En el campo de la política, Ospina Pérez desempeñó diversos cargos y estuvo presente en algunas decisiones y momentos que marcarían la historia de su país. En sus inicios, entre 1915 y 1917, hizo parte del Concejo Municipal de Medellín. Luego fue elegido diputado de la Asamblea Departamental de Antioquia, oficio ejercido desde 1917 hasta 1919. Durante la presidencia de Pedro Nel Ospina, de 1922 a 1926, trabajó como senador de la República; es reconocido su apoyo al sector cafetero, mediante proyectos y debates, y su propuesta para la consolidación de un Banco Agrícola Hipotecario. También trabajó como rector de la Escuela de minas, en remplazo de su fallecido padre; como superintendente del Ferrocarril de Antioquia, en 1919; y como ministro de obras públicas, durante sólo ocho meses, entre 1926 y 1927.
En las elecciones presidenciales de 1946, Ospina Pérez fue inscrito como el candidato del Partido Conservador; y terminó siendo elegido. Así, el 07 de agosto de 1946, reemplazó a Alberto Lleras Camargo. Una vez en el cargo, Ospina Pérez, en primer lugar, se dio a la tarea de reducir los problemas agrícolas, con el fin de fortalecer la economía nacional; y, en segundo lugar, a mejorar las obras públicas y las comunicaciones. Durante el gobierno de Ospina Pérez aumentaron las exportaciones de café. También se destaca la creación de la Flota Mercante Grancolombiana y la unificación, en 1950, de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones y la Empresa de Radiocomunicaciones, cuyo resultado fue, en su momento, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, más conocida como Telecom.
Mariano Ospina Pérez era el presidente del país cuando Jorge Eliécer Gaitán fue asesinado y se iniciaron los enfrentamientos políticos entre los sectores liberales y conservadores, es decir, el periodo de la Violencia. A raíz de lo anterior, el 09 de noviembre de 1949, Ospina Pérez declaró al país en estado de sitio, con el fin de contrarrestar las protestas y desmanes generalizados y poder restablecer la tranquilidad del orden público. Lo anterior significó la suspensión de las actividades políticas normales, el cierre del Congreso, por ejemplo, y la omisión de muchas garantías constitucionales. El liberalismo criticó con vehemencia las decisiones presidenciales de Ospina Pérez, pues se buscaba quitarle la investidura. Los conservadores, por otra parte, se aferraron al poder. Así, Ospina Pérez concluyó su mandato y el sucesor designado fue el también conservador Laureano Gómez; en los años siguientes, ambos tendrían grandes desacuerdos políticos que ocasionarían una división en el movimiento. Lo anterior pudo haber derivado en que Ospina Pérez apoyara el golpe militar del general Gustavo Rojas Pinilla, quien fue su ministro de correos y telégrafos de 1949 a 1950. Pero, al cabo de dos años, se mostró en desacuerdo con el mismo. En busca de reducir las confrontaciones, apoyó la creación del Frente Nacional, un trato entre liberales y conservadores para turnarse el poder y repartir los ministerios de manera equitativa.