Historia
José María Córdova
Biografía de José María Córdova
José María Córdova o Córdoba Muñoz nació en La concepción el 8 de septiembre de 1799 y murió en El Santuario en 1829. Fue un militar colombiano reconocido como El héroe de Ayacucho por su papel protagónico en la batalla del mismo nombre y por este mismo sendero se le reconoce como un militar muy destacado en las Guerras de Emancipación de América Latina entre 1810 y 1826. Así pues fue parte de las tropas de José Antonio Páez, Simón Bolívar y Antonio José de Sucre. Es considerado además un prócer de la independencia de Colombia pues participó activamente en la Guerra de Independencia de Colombia entre 1810 y 1819.
Los padres de José María Córdova fueron Crisanto de Córdova y Mesa y Pascuala Muñoz Castrillón, su padre fue el alcalde de La concepción. En 1802 la familia se fue a vivir a San Vicente, un pueblo minero y fue ahí donde Córdova recibió su primera instrucción pues los sábados hacía catecismo. En 1808 la familia decidió que Rionegro era una mejor oportunidad para los negocios y para sus hijos y ahí José María aprendió a leer y escribir. Por la época, su condición económica y su condición social se vio obligado a ser autodidacta.
Inició su carrera militar en 1814 cuando Francisco José de Caldas organizó el Cuerpo de Ingenieros de la República de Antioquia al cual entró José María Córdova. Allí conoció al general Emmanuel Serviez a quien acompañó para apoyar al ejército patriótico que luchaba en el Cauca. Así cuentan su primer combate: “fue el de Río Palo, en un batallón comandado por José María Cabal; cumplió un brillante desempeño y el hasta entonces subteniente fue ascendido en el mismo campo de batalla a teniente efectivo”.
A continuación, Córdova combatió en la batalla del Bajo Apure, planeada por José Antonio Páez para vencer la caballada de los ejércitos realistas. Allí tuvo su primera victoria tras la reconquista española. Serviez fue asesinado en noviembre de 1816 por órdenes de Páez. Esa decisión afectó mucho a José María Córdova pues había sido su maestro en armar y por eso intentó fugarse del campamento pero fue capturado y acusado de deserción por lo cual lo condenado a muerte. Gracias a un grupo de oficiales encabezados por Juan Nepomuceno Moreno se salvó pues ellos intercedieron por él y por lo tanto Córdova fue perdonado y obligado a incorporarse de nuevo.
Simón Bolívar lo incorporó a su Estado Mayor cuando marchó a Guayana en 1817 donde participó de la toma de Angostura y observó el fusilamiento del general rebelde Manuel Carlos Piar. Por esa época ascendió a capitán de caballería y fue ayudante de campo de Carlos Soublette, jefe de Estado Mayor General.
En todas las batallas que continuaron como la de Cañafístula y la de punto de Calabozo el capitán Córdova mostró gran valentía y dotes de estratega y guerrero.
Una vez Bolívar es elegido como presidente de la República y decide liberar la Nueva Granada, José María Córdova comienza a ser más útil puesto que le dan misiones más importante como la del perseguir al virrey Juan Sámano, desalojó los últimos despojos del ejército realista en la provincia de Antioquia y en la costa Atlántica. Y aunque los españoles ejercieron mucha presión sobre Antioquia, Córdova supo enfrentarse a la situación fusilando a los que se opusieran a la república, incautando bienes y expulsando a los del bando contrario. Además se enfocó en cosas como reorganizar la imprenta, la pólvora y la regulación de la renta en los sitios que vendían tabaco y aguardiente.
Una de sus victorias más reconocidas es la del 12 de febrero de 1820 donde se enfrentó en Chorros-Blancos contra los coroneles españoles Francisco Warleta y Carlos Tolrá, a quienes derrotó en tan solo una hora. Cuentan que después:
“Bolívar le pidió que recuperara Mompós y el río Magdalena, arteria fluvial de capital importancia para la economía del país. Lo nombró comandante general de las columnas de operaciones del Cauca y Magdalena. Córdova marchó presto a cumplir la orden del Libertador y el 3 de junio de 1820 ocupó Magangué, el 20 de junio recuperó Mompós y a finales del mes el teniente coronel Hermógenes Maza, lugarteniente de Córdova, tomó Tenerife: así el río Magdalena quedó limpio de chapetones”.
Otras de sus grandes hazañas fue la toma de Cartagena el 10 de octubre de 1821 cuando expulsó a los realistas. Éste triunfo le permitió unirse a la logia masónica Beneficencia.
Bolívar entonces lo mandó junto al general Antonio José de Sucre que se encontraba en Guayaquil y ahí lo nombró jefe del batallón del Alto Magdalena.
Después de tantas batallas y títulos ganados regresó a visitar a su familia y en su paso por Bogotá el vicepresidente Francisco de Paula Santander lo nombró interinamente comandante de armas de Cundinamarca en reemplazo de Antonio Nariño porque no se llevaban bien. Aunque le ofrecieron otros puestos Córdova prefirió volver al sur a pelear contra Perú.
Sobre su vida amorosa se dice que fue muy activa pues sus valentía lo hacía atractivo pero al mismo tiempo aunque se sabe que estuvo con damas de todas las alcurnias solo se le conoce a una amante llamada Manuela Morales y Leiva que lo acompaño mientras fue comandante general de la provincia.
En Perú fue designado jefe de Estado Mayor y en Ayacucho jugó un papel definitivo pues el 9 de diciembre de 1824 dio el famoso grito: “¡División, de frente! ¡Armas a discreción! ¡Paso de vencedores!” y destruyó completamente las fuerzas realistas comandadas por José de la Serna, virrey del Perú. Con ésta victoria se independizó Perú y se acabó con el imperio colonial español en América del Sur.
A raíz de la conspiración contra Bolívar el 25 de septiembre de 1828, la relación entre éste y Córdova se enfriaron aunque Córdova apoyó a Bolívar y él siguió confiando en su estrategia militar. Pero a raíz de algunos problemas con su puesto renunció a sus cargos el 21 de junio de 1829 pero Bolívar no lo aceptó y lo nombró ministro secretario de Estado en el Departamento de Marina, un cargo que no lo instaba a realizar nada. Y ante los rumores de una monarquía por parte de Bolívar Córdova se rebeló del todo y dejando sus cargos creó un “Ejército de la Libertad” y aunque no encontró muchos seguidores se lanzó a la insurrección.
En Bogotá organizaron un gran ejército para aplastar la rebelión de José María Córdova liderada por Daniel Florencio O’Leary. Y aunque Córdova dio todo lo que tenía para defenderse, una traición por parte de uno de sus subalternos lo hizo caer a merced total y fue asesinado por el teniente coronel de origen irlandés Rupert Hand por orden de O’Leary el 17 de octubre de 1829. Así acabo la historia de uno de los militares más influyentes en la independencia de América y de Nueva Granada.