Jaime Nunó (8 de septiembre de 1824 – 18 de julio de 1908) compositor, concertista, director de orquesta y director de óperas español. Nació en San Juan de las Abadesas, Gerona, Cataluña, España. Es reconocido especialmente por ser el responsable de la musicalización de las estrofas del Himno Nacional Mexicano escritas por Francisco González Bocanegra. Sus padres fueron Francisco Nunó y Magdalena Roca. Siendo todavía muy niño, recibió clases de música, aprendió mucho de su hermano Juan, quien tocaba el órgano de la iglesia de San Juan de las Abadesas.
Tuvo que afrontar la pérdida de su padre, quien falleció en un accidente, su madre tuvo que emigrar con sus hijos a Barcelona, para asegurar un futuro mejor. Magdalena Roca murió cuando Jaime Nunó contaba apenas nueve años, a causa del cólera. Nunó pasó al cuidado de su tío Bernardo, un comerciante de telas de seda que incentivo sus aptitudes musicales. Nunó fue admitido en la catedral de Barcelona, pronto se convirtió en un virtuoso solista. Estuvo durante siete años en el coro de la catedral; tocaba también el órgano. Posteriormente, obtuvo una pensión para estudiar en Italia, fue guiado por el maestro Saverio Mercadante. Tras terminar su formación, regresó a Barcelona, Nunó había compuesto un gran número de piezas de baile, y también para misas.
Fue nombrado por el gobierno, en 1851, director de la Banda del Regimiento de la Reina, en Madrid, su vida tomó un giro notable, empezó a asumir muchas responsabilidades y viajó constantemente. Ese mismo año, el gobierno español le encomendó la misión de organizar las bandas militares regionales de Cuba. Allí conoció a Manuel Concha, gobernador y capitán general de Cuba. Del mismo modo conoció al general mexicano Antonio López de Santa Anna, con quien trabó una estrecha amistad. Cuando Santa Anna regresó a México, le nombró en el año 1853 director general de bandas militares, con el grado de capitán de infantería de la milicia activa.
Antonio López de Santa Anna, convocó a un concurso de composiciones poéticas para definir la letra del himno nacional de México. El ganador de este concurso fue el poeta Francisco González Bocanegra, uno de los motivos por los que ganó fue que la labor de Santa Anna fue exaltada en varias estrofas. Bocanegra nació en San Luis Potosí, fue hijo del español José María González Yáñez y de la mexicana Francisca Bocanegra Villalpando. Pero la música que Bocanegra presentó no gusto a los jurados, entonces semanas después, la comisión organizadora integrada por Tomás León, Agustín Balderas y Antonio Gómez, eligió la música del español Jaime Nunó Roca, quien recién había llegado de Cuba.
En el concurso logró vencer a veinticinco poetas. Su Himno nacional se destacó la fuerza de las palabras de tendencia beligerante, la música se encontraba a tiempo de marcha, era interpretada por una banda de guerra, sin dotación de cuerdas. Para realizar este himno se comenta que Bocanegra recibió un impulso por parte de su novia Guadalupe González del Pino, quien, confiando su talento, casi que lo obligó a realizar la letra que adorna hoy día la música del himno mexicano.
Luego el Himno fue arreglado en varios aspectos musicales, se realizaron varios ensayos. Finalmente quedó listo y fue interpretado por vez primera la noche del 15 de septiembre de 1854, en el teatro Santa Anna ubicado en la capital mexicana, que poco después cambio su nombre por el del Teatro Nacional. La primera interpretación estuvo en manos del maestro italiano Juan Bottesini al mando de una compañía de ópera de Italia que se encontraba por ese periodo en México, en la dirección también participaron Miguel Masón y Pedro Carbajal. La obra conjunta fue interpretada por el Tenor Lorenzo Salvi y la Soprano Claudia Florenti. Originalmente el himno contenía 84 versos decasílabos, cuatro estrofas de ocho versos cada una.
Gracias a su reconocimiento fue elegido director del Conservatorio Nacional de Música. Sus proyectos se truncaron por la derrota de Santa Anna, su protector, tuvo que salir del país en octubre de 1856. A raíz de los cambios políticos acaecidos, el solemne himno de Nunó dejó de interpretarse oficialmente y, se omitieron las estrofas que mencionaban Santa Anna y a Agustín de Iturbide. Terminó sus días en Estados Unidos, dirigió una banda. Posteriormente, fue concertista de piano y director de orquesta. En 1862 fue contratado por una importante compañía de ópera italiana con la que realizó una larga gira por Estados Unidos, Cuba y también México.
Fundó una escuela de música en Buffalo. Durante el porfiriato se oficializó el himno de Jaime Nunó, entonces fue invitado a México para recibir un homenaje el 12 de septiembre de 1901. Volvió a México cuando se celebró los cincuenta años del Himno Nacional. Nunó pasó los últimos años de su vida junto a su hijo, hasta su muerte el 18 de julio de 1908. En 1942, sus restos mortales fueron llevados a México y depositados en la Rotonda de los Hombres Ilustres, el monumental panteón nacional de Ciudad de México.