Historia
Historia de la Guerra de las Malvinas
Historia de la Guerra de las Malvinas
Guerra de las Malvinas (2 de abril – 14 de junio de 1982). La confrontación se dio entre Gran Bretaña y Argentina por el control territorial del archipiélago de las Malvinas. Está conformado por las islas llamadas Gran Malvina y Soledad, además de unos 200 islotes. Estas islas fueron descubiertas por Américo Vespucio en el año 1502. A los veinte años, la Isla fue bautizada por Esteban Gómez y simultáneamente se conoció el primer mapa geográfico de las Islas de las Malvinas.
Mediante el tratado de Tordesillas, el papa Alejandro VI fijó las posesiones españolas y portuguesas en América. Cuando se descubrieron las Malvinas, quedó incluida dentro de la jurisdicción española. Pero al pasar los años por medio de guerras, la Isla pasó a manos de ingleses y luego franceses. Finalmente, España compró las islas a los franceses y expulsó de las islas a los colonos ingleses, sustentados en el tratado de Tordesillas. Ahora bien, la situación cambió con la Independencia de Argentina de España, las Malvinas quedaron bajo jurisdicción argentina.
Pasaron trece años después de la posesión de las Malvinas por parte de la nación argentina cuando Gran Bretaña decidió tomar el control de las islas, declarándola colonia del Reino Unido en 1892, argumentando su conquista en tiempos pasados. Las confrontaciones entre grandes potencias por el control de las zonas conquistadas en tiempos coloniales eran muy comunes en este periodo. Por ello, la ONU exhortó a todos los países coloniales a devolver los territorios ocupados a sus legítimos propietarios. Gran Bretaña se comprometió a hacerlo con las Malvinas, pero el compromiso no se cumplió.
Ante varios años de incumplimiento, el 2 de abril de 1982, las tropas argentinas ocupan las islas. Al amanecer de este día, las tropas argentinas desembarcaron en Port Stanley, capital de las Islas Malvinas. Las tropas lograron ocupar la ciudad, aunque esto costó la vida del capitán Pedro Giacchino. En unas cuantas horas, la Primer Ministro británica, Margaret Thatcher, ordenó el envío de la flota Task Force para recuperar las islas, simultáneamente hizo un llamado a los acuerdos diplomáticos. Los llamados a la diplomacia no fueron escuchados por los argentinos. Estados Unidos intervino como mediador, pero no consiguieron evitar el conflicto armado.
Como resultado, Gran Bretaña impuso un bloqueo naval y estableció una zona de exclusión sobre la región en conflicto, luego atacó posiciones argentinas en las islas Georgias. Un mes después, incursionan en las Malvinas, iniciando los combates; al principio fueron rechazados tres intentos de desembarco de los británicos. Luego, lograron desembarcar en Puerto San Carlos. En junio los combates explotaron a 20 km de Port Stanley. La guerra desató reacciones a nivel mundial, el papa Juan Pablo II viajó a la Argentina e hizo un piadoso llamado a la paz.
El 14 de junio de 1982, tras sanguinarios combates, en cabeza del general Menéndez contra el comandante Jeremy Moore, jefe de la fuerza británica. Los hombres de las tropas argentinas se hallaban diezmados. La única opción que le quedó a Menéndez fue acordar la rendición, restableciendo el control administrativo británico sobre el archipiélago de las Malvinas. El resultado de esta guerra que vivió 74 días, fue la muerte de unos 1.200 argentinos y de 255 británicos. Pero el conflicto también tuvo impacto en las políticas de ambos países, pero especialmente en las argentinas.
La victoria obtenida en esta confrontación militar fue tomada como símbolo de hegemonía y patriotismo, comenzó a ser un instrumento que usaron todos los presidentes electos para ganar más popularidad entre los británicos. Por otro parte, en la opinión histórica de los habitantes de la Argentina, este suceso siempre aviva una actitud reaccionaria, ante un episodio de la historia que para ellos pareció injusto e indignante.
“La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”. Constitución argentina
Indubitablemente, la relación entre las dos naciones se endureció desde el término del enfrentamiento. En el año 1983, Gran Bretaña dotó a los habitantes de las Malvinas la ciudadanía británica, ya que antes solo portaban un tipo de ciudadanía especial como personas de un territorio dependiente de Gran Bretaña. Por otro lado, las relaciones comerciales y económicas fueron cada vez peor, aunque positivas para los habitantes de la isla, los británicos introdujeron medidas de liberación económica y de autogobierno. En la parte del orgullo argentino ha tenido un gran impacto, porque luego de cuatro años posteriores a la guerra se afirmó que el 95% de los habitantes de la isla preferían continuar bajo soberanía británica.
El contexto social y político de Argentina luego de perder la Guerra era desolador. Siete años de dictadura, regidas por cinco juntas militares, la presión internacional, la demanda popular, en cabeza de Las Madres de la Plaza de Mayo y el desgaste político de los grupos gobernantes debido a la derrota contra el Reino Unido. Pero este vergonzoso momento sirvió para motivar el llamado a elecciones nacionales. El 10 de diciembre de 1983, Raúl Alfonsín asumió como presidente constitucional de la Argentina y la población se agolpó en la Plaza de Mayo para festejar el regreso de la democracia y la libertad, exhortando justicia.