Realeza

Fernando IV de Castilla

Biografía de Fernando IV de Castilla

Fernando IV de Castilla (6 de diciembre de 1285 – 7 de septiembre de 1312) Rey de Castilla. Nació en Sevilla, España. Sus padres fueron Sancho IV y María de Molina. El infante Fernando fue bautizado en la Catedral de Sevilla e inmediatamente le proclamaron heredero de la Corona. Su crianza estuvo a cargo de Fernán Pérez Ponce de León, quien fue mayordomo mayor de Alfonso X. De este modo, Fernán Pérez Ponce de León y su esposa, influyeron notablemente en la formación del carácter del infante, por ello cuando ocupó el poder demostró un gran afecto y una profunda gratitud.

En el año de 1291 se firmó un acuerdo entre Sancho IV y el rey Dionisio I de Portugal para establecer el compromiso matrimonial entre el infante Fernando y la infanta Constanza de Portugal, hija del soberano portugués. A la edad de nueve años su padre murió, en el testamento rezaba que su esposa, María de Molina, quedaría como tutora de su hijo Fernando. Los primeros años de reinado de Fernando IV, bajo la tutoría de su madre, representaron un periodo conflictivo para la historia de Castilla.

Luego, Fernando IV fue proclamado rey en Toledo, lamentablemente su reinado también fue caótico pues los infantes y las cabezas de las principales casas nobiliarias, generaron un ambiente de perturbación social y política. Siendo así, se desataron varias guerras civiles e invasiones por parte de los vecinos de Castilla. Para mejorar la situación y salvar la monarquía fue necesario poner en riesgo el campo económico y político; entregar posesiones y villas a costa del patrimonio real, y realizar concesiones territoriales con la intención de evitar conflictos fronterizos con el rey de Portugal.

Por otro lado, el rey de Aragón, Jaime II, decidió aprovechar la situación vulnerable de Fernando IV para apoderarse del reino de Murcia, para ello buscó la alianza con el reino musulmán de Granada y con Alfonso de la Cerda, quien pretendía el trono de Castilla. Además, contó con la colaboración del infante Juan, hermano de Sancho IV, que recibió el trono de León, Galicia y Asturias. A esta intención se sumaron Navarra y Portugal, y el infante Pedro de Aragón, encargado de la invasión de Castilla.

Por fortuna, las Cortes de León, no quitaron su apoyo al hijo de Sancho IV. De manera sorprendente la mayor ayuda llegó de la naturaleza con una terrible epidemia que atacó al ejército de sus enemigos e invasores. Al estar diezmado el ejército, y María de Molina volvió a negociar con los portugueses: se concretó el acuerdo de matrimonio entre Fernando IV y Constanza de Portugal, y de paso se acordó el de su hermana Beatriz con el futuro Alfonso IV el Bravo, heredero del reino lusitano.

Llegó la edad en donde Fernando IV podía asumir el poder, era el año 1301. La influencia sobre Fernando IV ya no la tenía su madre sino su nuevo mayordomo, Juan Núñez de Lara, y su tío el infante Juan. De manera injusta su madre quedó relegada. Por desgracia, los problemas no cesaban tanto en política interior como exterior. Aunque, en 1303 firmó la paz con Muhammad III. En cuanto a las confrontaciones territoriales entre Castilla y Aragón trataron de solventarse a través de una sentencia arbitral, en donde intervino el rey de Portugal, el obispo de Zaragoza y el infante castellano Juan como árbitros o mediadores. El resultado fue la mediación en cuanto a la disputa por la Corona castellana a favor de Fernando IV.

Sin embargo, este acuerdo no sobrellevó la pacificación entre el infante Juan y Diego López de Haro por el señorío de Vizcaya, más bien generó una grave perturbación que afectó la autoridad política del rey. Fernando IV sostuvo una breve guerra en la primavera de 1306, nuevamente el resultado fue negativo pues agravó la situación del reino y la relación con la nobleza.  

Los nobles fueron liderados por Juan Núñez de Lara, quien fue la cabeza de una revuelta. El resultado fue la imposición de nuevas condiciones a favor de la nobleza. Aunque tuvo el apoyo de Jaime II de Aragón, el asedio de las intrigas y el conflicto lo acompañaron toda su vida. Luego de fracasar en Algeciras, pactó varios acuerdos con el rey de Granada. Fernando IV fue contagiado con tuberculosis, al igual que su padre. Al morir quedó como heredero Alfonso XI de Castilla también conocido como Alfonso XI el Justiciero. Existieron personas que no reconocían al nuevo rey. No faltó quien se resistió a reconocer al heredero e intentaron deponerlo.