Cecilia Bartoli (4 de junio de 1966) Nació en Roma, Italia. Mezzosoprano italiana, considerada una de las figuras más destacadas del bel canto de los últimos años. Bartoli recibió sus primeras lecciones por parte de sus padres y posteriormente acudió al Conservatorio de Santa Cecilia de Roma. Su carrera empezó a mediados de la década de 1980, momento en el que Bartoli apareció por primera vez en televisión. Debutó a los veinte años interpretando a Rosina en El Barbero de Sevilla (1986) y posteriormente realizó las exitosas grabaciones de la obra de Mozart, Rossini, Vivaldi y Gluck. Entre sus obras más reconocidas están: Mozart Arias (1991), Arie Antiche: Se tu m’ami (1992), Chant d’Amour (1996), Vivaldi Operistico (1999), Salieri (2008), Sacrificium (2009) y St. Petersburg (2014).
Hija de los cantores profesionales Angelo Bartoli y Silvana Bazzoni. Bartoli creció siendo parte del ambiente musical y escénico de Roma, siempre estaba tras bambalinas viendo los ensayos de sus padres junto a los hijos de otros artistas. Sus padres influyeron profundamente en su formación, fueron estos quienes estuvieron encargados de sus primeras lecciones de técnica vocal e interpretación. Bartoli interpretó su primer papel a los nueve años en la ópera Tosca de Giacomo Puccini presentada en la Ópera de Roma. Posteriormente ingresó al Conservatorio de Santa Cecilia de Roma, institución en la que desarrollo su técnica vocal y estilo propio, encontrando en el canto su única pasión.
A mediados de la década de 1980, Bartoli hizo su primera aparición en televisión, en un programa de talentos italiano, con la suerte de que el programa fue visto por el reconocido director de orquesta Riccardo Muti, quien encantado por su voz decidió invitarla a cantar en el teatro la Scala de Milán. Un año más tarde debutó en la Opera de Roma interpretando el papel de Rosina en El Barbero de Sevilla de Rossini. Su interpretación de la obra de Rossini, dejó encantados a todos sus espectadores y a reconocidas figuras del mundo de la ópera, quienes no perdieron el tiempo y empezaron a trabajar con la nueva estrella del bel canto.
Tras su debut como profesional, Bartoli empezó a trabajar con reconocidas figuras como Herbert von Karajan, Daniel Barenboim y Nikolaus Harnoncourt. En 1990, fue invitada por Herbert von Karajan para interpretar la Misa en si menor de Bach en Salzburgo e interpretó por primera vez la obra de Mozart bajo la dirección de Daniel Bar enboim en el Lincoln Center de Nueva York. Poco tiempo después interpretó a Zerlina en Don Giovanni (1993) y a Dorabella en Così fan tutte (1996); desde entonces su carrera se desarrolló en los escenarios internacionales.
En el trascurso de la década de 1990, Bartoli comenzó a publicar sus primeros trabajos discográficos con obras de Mozart y Rossini, como Mozart Arias (1991), Las heroínas de Rossini (1992) y Mozart Portraits (1994), álbumes que consolidaron su carrera como belcantista especializada en la obra de Mozart y Rossini. Tras su debut en el Metropolitan Opera House como Despina en Così fan tutte, Bartoli se presentó en Zurich interpretando el papel de Cherubino en Las bodas de Fígaro de Mozart (1998), bajo la dirección de Nikolaus Harnoncourt. Desde entonces se vinculó al teatro de Zurich, motivo por el que decidió radicarse en esta ciudad, aunque viaja con frecuencia a otros países.
Ese mismo año interpretó a Susanna en Le nozze di Figaro (1998) y poco tiempo después apareció junto a Natalie Dessay, Giuseppe Sabbatini y Brian Asawa en Mozart: Mitridate (1999). Iniciando el nuevo milenio interpretó a Donna Elvira en Don Giovanni de Mozart (2000), en la Ópera Alemana de Berlín (Deutsche Oper Berlin). Seguido trabajó junto a Bernarda Fink, David Daniels, Gerald Finley y Luba Orgonasova, en Handel: Rinaldo (2000). Por este mismo periodo publicó los éxitos de ventas: Rossini: Cantatas Vol. 2 (2001), Gluck: Italian Arias (2001), The Art of Cecilia Bartoli (2002) y The Salieri Album (2003).
En 2005, regresó con Opera Proibita junto a Les Musiciens du Louvre, dirigidos por Marc Minkowski. Este exitoso álbum centrado en las arias de Händel, Antonio Caldara y Domenico Scarlatti, aborda el periodo histórico en el que la opera estaba prohibida por la Iglesia Católica. De este álbum sobresalen los temas: Oratorio La Santissima Vergine del Rosario, Vanne pentita a piangere, Lascia la spina cogli la rosa y Si piangete pupille dolente. Dos años después publicó María (2007), tributo a la destacada cantante de ópera María Malibrán. Este álbum coremozar, ntiene piezas de Giovanni Pacini, Giuseppe Persiani, Vincenzo Bellini, Johann Nepomuk Hummel, Jacques Fromental Halévy y Michael Balfe, entre otros. Posteriormente lanzó La Sonnambula (2008), Sacrificium (2009) y Sospiri (2010).
En el trascurso de los últimos años ha publicado los álbumes: Mission (2012), Steffani: Stabat Mater (2013), Bellini: Norma (2013), St. Petersburg (2014), Dolce Duello (2017) y Antonio Vivaldi (2018). En todos estos puede apreciarse el crecimiento de la artista y la magia de la voz de la belcantista, más influyente de los últimos años. Si bien se ha interesado por la obra de Mozart y Rossini, no ha dejado de lado a grandes compositores del periodo barroco y del clasicismo como como Domenico Scarlatti y Johann Nepomuk Hummel.