Biografía de Alexandre Dumas

Alexandre Dumas (24 de julio de 1802 –  5 de diciembre de 1870), castellanizado como Alejandro Dumas, novelista. Nació en Villers-Cotterêts, Aisne, Francia. Su padre se desempeñó como General del ejército francés comandado por Napoleón Bonaparte, él murió cuando Alexandre tenía tan solo cuatro años de edad y dejó a su familia prácticamente en la ruina. Esta situación imposibilitó que la madre de Alexandre, Marie-Louise Labouret, pudiera ingresarlo a la escuela a tiempo. En ese sentido,  no recibió una buena educación académica. Al crecer tomó la decisión de trasladarse a Paris valiéndose de algunas cartas de recomendación realizadas por los antiguos compañeros de su padre.

En la capital francesa pasó momentos de hambre y desolación pero con el tiempo logró conseguir una plaza, con ayuda del General Foy, como escribiente en la secretaría del Duque de Orleáns, con un sueldo de 1,200 francos anuales. Con cierta estabilidad laboral y económica comenzó a adentrarse en el mundo de la literatura, así consiguió completar su formación de manera autodidacta. Dumas empezó a editar poemas y relatos largos, y representó comedias en teatros de variedades.

Su carrera como dramaturgo se produjo en 1829, con Enrique III y su corte, primera manifestación de la nueva generación literaria romántica, en 1831, marcó los principios de una etapa de creación imparable de dramas, tragedias y melodramas, casi todos enfocados a la exaltación de la historia nacional de Francia. La influencia de sus obras tuvo mucha relación con su admiración por Walter Scott, a partir de 1832 incursionó en la escritura de novelas históricas, Dumas no sólo lo hizo por gusto sino pensando estratégicamente en el auge que el género estaba experimentando para ese momento. Realizó varias entregas en diversos periódicos.

“El hombre nace sin dientes, sin cabello y sin ilusiones. Y muere lo mismo: sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones”. Alexandre Dumas

La aparición de Los tres mosqueteros, en 1844, significó un cambio en su vida, su nombre llegó a varias partes del mundo, realmente esta historia se popularizó rápidamente y gusto a todo el público, actualmente sigue siendo una obra muy leída. Gracias a esta obra ganó grandes cantidades de dinero, la creciente demanda de sus novelas por parte del público, motivó una  verdadera explosión en la producción de Dumas. Este talentoso novelista llegó a trabajar durante largas jornadas al día, luego de un tiempo consiguió la ayuda de varios colaboradores.  Tales como, el historiador Auguste Maquet, con quien trabajó de 1839 a 1851, llegó a producir ochenta novelas, todas de gran calidad.

Sus obras más famosas fueron las relacionadas al género histórico o al de aventuras, ejemplo de ello es El conde de Montecristo. Dumas se caracterizó por no darles mucha profundidad psicológica a sus personajes pero lo compensó con una exuberante inventiva a la hora de crear las intrigas, y por el perfecto dominio de los diálogos, de carácter ágil y vivaz. Sin duda, por este motivo sus obras fueron usualmente trasladadas al teatro. Valiéndose de ello, decidió fundar en 1847 el Théâtre Historique, en la capital francesa, a pesar del éxito obtenido, la empresa quebró cuatro años más tarde debido a las deudas contraídas.

Dumas fue un literato que nunca quiso encajarse en una solo género literario por eso probó muchos de ellos, si bien es cierto que sus ensayos históricos no tuvieron mucha relevancia, la serie de sus Impresiones de viaje (1835-1859), por el contrario, lo convirtió en el primer maestro del gran reportaje. Dumas hizo parte del universo político por un corto periodo; fue nombrado capitán de la Guardia Nacional parisina, pero tuvo una confrontación con Luis Felipe de Orleans, y, tras un estrepitoso escándalo en las Tullerías, decidió alejarse y rechazar el nuevo régimen y volver a la literatura. Tras dos fracasos electorales sucesivos en marzo y junio de 1848, en 1851, decidió trasladarse  a Bélgica, donde redactó sus apasionantes y pintorescas memorias, y creó nuevas novelas de aventuras.

“No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo”. Alexandre Dumas

Luego de regresar a Francia y pagar sus cuantiosas deudas, fundó la revista satírica El mosquetero, que luego cambió su nombre a El Monte-Cristo. Pero, la situación social y política comenzó a complicarse, fue censurada su producción por órdenes de Napoleón III, Duma tuvo que abandonar de nuevo Francia y se sumó a la expedición de Garibaldi en Sicilia, en 1860. Colaboró en la compra de armas para el revolucionario italiano y se instaló, durante cuatro años, en Nápoles, donde Garibaldi lo dio el cargo de conservador del museo de la ciudad. Enemistado con el cardenal Francesco Zamparini, decidió regresar a París e intentar nuevos proyectos periodísticos, que fracasaron al poco tiempo.

De nuevo las deudas abrumaron su vida, por ello tuvo que depender casi por completo por su hijo Alexandre Dumas, también escritor, y de su hija, Madame Petel. Realmente, sus más de mil obras, no fueron suficientes para asegurarle una vida estable, en suma el dinero que llegó a ganar por su obra celebre los Tres Mosqueteros fue derrochado en mujeres y obras de arte. Pero esto lo hizo el escritor romántico francés más popular. A partir de 1870 Alexandre Dumas se estableció en la casa de campo de su hijo en Puys donde falleció el 5 de diciembre de 1870.

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