François-Marie Arouet, Mejor conocido como Voltaire, fue uno de los principales pensadores de la Ilustración, escritor, filósofo, historiador y abogado francés, reconocido por haber sido elegido en integrante de la Academia Francesa en 1746, en la que ocupó el asiento número 33. Nació en París, Francia el 21 de noviembre de 1694; y fue hijo de François Arouet y Marie Marguerite d’Aumary.
Estudió en el colegio Jesuita Louis-le-Grand de París entre los años 1704 y 1711, esto le proporcionó un amplio conocimiento del latín y griego. Luego estudió derecho y frecuentó la Sociedad Libertina del Temple. Cerca del año 1706 Voltaire escribió la tragedia Amulius y Numitor.
Para el año 1713 estuvo en la Haya como secretario de embajada, pero un idilio con la hija de un refugiado hugonote le obligó regresar a la ciudad de París. En esa época escribió su tragedia “Edipo”, la cual fue publicada en 1718.
En el año 1717 estuvo recluido por un año en la Bastilla, tiempo en el que se dedicó a estudiar literatura. Cuando lo liberaron lo desterraron a Châtenay-Malabry, donde adoptó el seudónimo de Voltaire.
En 1723 “La Henriada”, un poema épico dedicado al rey Enrique IV, alcanzó gran éxito. Con estas dos obras, Voltaire se destacó como autor. Pero un desacuerdo con el noble De Rohan ocasionó que fuera encarcelado de nuevo en 1726. En esa ocasión fue puesto en libertad, con la condición de que se exiliara en Gran Bretaña. Ese periodo vivido en el país anglosajón fue fructífero, ya que compartió con personalidades de la política y la cultura como Isaac Newton
“La belleza complace los ojos; la dulzura encadena el alma”. Voltaire
Para el año 1728, Voltaire regresó a Francia y se dedicó a difundir sus ideas políticas y el pensamiento del científico Newton y del filósofo Locke.
En 1731 escribió la Historia de Carlos XII, donde planteaba los problemas y tópicos que, más adelante, manifestó en su famosa obra: “Cartas filosóficas”, publicada en 1734. En el mes de mayo se ordenó su detención por defender la tolerancia religiosa y la libertad ideológica. Voltaire se refugió en el castillo de Émilie du Châtelet, mujer con la que estableció una larga relación amorosa y con la que trabaja en su obra “La filosofía de Newton”, donde resumía y divulgaba en francés la nueva física del genio inglés.
Voltaire, aprovechó ese tiempo y escribió obras de teatro, novelas, cuentos, sátiras y poemas breves. Viajó frecuentemente a París y Versalles, donde, gracias a la influencia de la Marquesa de Pompadour, se convirtió en uno de los favoritos de la Corte. Fue nombrado “Historiador de Francia” y después “Caballero de la Cámara Real”.
En el año 1746, Voltaire fue escogido como miembro de la “Academia Francesa”.
Para el año 1762, publicó bajo el título de Testamento de J. Meslier, un texto que presentaba como extracto de otro más voluminoso, encontrado por él y en el cual el sacerdote católico Jean Meslier, cura de Étrépigny, profesaba con determinación su ateísmo y se entregaba a una crítica radical de las injusticias sociales de su tiempo. Dos años después, escribió el “Tratado sobre la tolerancia”, y en 1764 su “Diccionario filosófico”.
Tiempo después, Voltaire intervino en distintos casos judiciales, como el caso Calas y el de La Barre, que estaba acusado de impiedad, defendiendo la tolerancia y la libertad frente a todo dogmatismo y fanatismo.
Voltaire falleció el 30 de mayo de 1778 en París, a los 83 años y fue sepultado en el monasterio benedictino de Scellières, cerca de Troyes. Murió siendo muy rico y uno de los mayores rentistas de Francia.
Voltaire, no creía en la mediación divina en los asuntos humanos. Fue un ferviente opositor de la Iglesia católica. En 1791 sus cenizas fueron trasladas con gran ceremonia al Panteón de Hombres Ilustres, en París.
Sus escritos siempre se caracterizaron por la sencillez del lenguaje, huyendo de cualquier tipo de pomposidad. Fue considerado maestro de la ironía, la cual utilizó siempre para defenderse de sus enemigos, sobre todo de los que en ocasiones hacían burla demostrando en todo momento un finísimo sentido del humor.