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Mitología

Rea Silvia

Biografía de Rea Silvia
Peter Paul Rubens [Public domain]

Biografía de Rea Silvia

Rea Silvia. Mitología romana, conocida como la madre de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo. Hija de Numitor, descendiente de Ascanio, fundador y rey de la ciudad de Alba Longa, ubicada a orillas del rio Tíber. La historia de Rea inicia con el ataque a su padre por parte de su hermano Amulio; cuando era el momento de que Numitor reinara, Amulio, hermano de este decide tomar el poder, atacó a Numitor, lo destronó y asesino a los hijos varones de este. Amulio forzó a Rea Silvia, hija del rey destronado, a convertirse en sacerdotisa de la diosa Vesta, dado que estas sacerdotisas debían mantenerse castas por treinta años, lo cual evitaría el nacimiento de un descendiente al trono durante su mandato.

 

¿Quién fue Rea Silvia?

Hija del destronado rey Numitor, se convirtió en sacerdotisa vestal por órdenes de su tío Amulio, usurpador del trono. Amulio esperaba que Rea Silvia, al ser sacerdotisa no tuviera descendencia mientras este gobernaba, sin embargo, su plan fracasó, puesto que durante el servicio de Rea a la diosa Vesta, Marte el dios de la guerra romano quedó prendado de la joven. La cortejó por mucho tiempo y esta rehuyó todo lo posible al dios, pero este no se dio por vencido. Según los relatos el dios forzó a la joven sacerdotisa, después del acto esta quedó embarazada, lo cual enojó profundamente a su tío quien ordenó su muerte. La escena entre Rea y Marte ha sido representada en la pintura Marte y Rea Silvia del pintor Peter Paul Rubens (1617), en la actualidad esta se encuentra en el Museo Liechtenstein de Viena (Austria).

 

La leyenda de Rómulo y Remo

Rea se salva y da a luz a dos gemelos, Rómulo y Remo; para evitar que estos fueran atacados por el rey los colocó dentro de una cesta, la cual dejó en el cauce del rio Tíber, la cesta llegó hasta una zona pantanosa cerca de las colinas del Capitalino y Palatino, en ese lugar fueron encontrados los dos recién nacidos por la loba Luperca, quien los alimentó junto a un pájaro carpintero; estos dos animales son animales sagrados del dios Marte. El pájaro y la loba cuidaron de los hijos del dios. Más tarde son encontrados por Faustolo, un pastor quien cuida de los niños en secreto con el apoyo de su esposa; con el paso del tiempo los descendientes del dios y la hija del rey Numitor, crecieron y les fue revelado el secreto de su nacimiento. Enojados por la injusticia cometida por su tío buscaron venganza, derrotaron a Amulio y restauraron el reinado de su abuelo Numitor.

 

Fundación de Roma

Después de restaurar el gobierno de su abuelo, los dos jóvenes querían fundar su propia cuidad en la zona donde fueron salvados por la loba Luperca, en ese momento empezaron las discusiones entre los dos hermanos, quienes no llegaban a un acuerdo sobre el lugar exacto para fundar la ciudad, Rómulo quería fundar Roma en el monte Palatino y Remo quería fundar Remoria en el monte Aventino, discutieron y decidieron que esperarían una señal de los dioses, esta sería trasmitida por la forma del vuelo de un ave. Paso el tiempo y los dos hermanos vieron la señal Remo vio seis buitres volando sobre el monte Aventino, y su hermano vio doce, por lo cual procedió a la demarcación de la ciudad, mientras hacía esto su hermano se burlaba.

Al terminar la demarcación dijo que quien traspirara los límites de la cuidad moriría, Remo no creía lo dicho por sur humano, así que en modo de desafió cruzo la línea, al traspasarla Rómulo lo asesinó, posteriormente lo enterró en el monte Aventino donde quería fundar Remoria. Así nació Roma y su primer emperador Rómulo, la ciudad surgió a comienzos del año 753 a.C. Esta leyenda sobre la fundación de Roma aparece en la epopeya La Eneida de Virgilio, creada a petición del emperador Augusto en el siglo I a.C, en el texto se buscaba glorificar y mitificar el imperio.

Sobre Rea Silvia y su vida después del nacimiento de los gemelos, existe poca información. Según los relatos sobre la hija de Numitor, esta se casó con Tiberino, dios del rió Tíber, junto a este, años más tarde ayudó a los hijos de Atenea a buscar la escultura Atenea Parthenos, obra de Fidias, la cual estuvo alojada en el Partenón de la Acrópolis de Atenas.

 

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