Biografía de Pedro Pablo Atusparia

Pedro Pablo Atusparia (29 de junio de 1840 – 25 de agosto de 1887) Nació en Huaraz, departamento de Ancash, Perú. Alcalde indígena y líder revolucionario, que condujo la rebelión de los nativos de Huaraz en 1885, en el marco de la guerra civil entre caceristas e iglesistas. Tras haberse negado a seguir las órdenes de Francisco Noriega, prefecto del departamento de Ancash, fue hecho prisionero y torturado por varios días. Al ser dejado en libertad, Atusparia, lideró el pueblo indigena

Hijo ilegitimo del señor Juan José Sender Taboada y su empleada María Mallqui, Ataspuria fue puesto al cuidado de Martina Ángeles, ama de leche de la casa Sender. Poco tiempo después fue adoptado por Ángeles y su esposo Cayetano Atusparia, quienes se encargaron de velar por su educación. Al cumplir la edad establecida por las tradiciones indígenas, Atusparia fue enviado a la casa de su padrino, Manuel Alzamora, para servirle y ser instruido como tintorero. Durante este periodo el joven, aprendió a teñir cordellates, bayetas y otras telas de lana que se vendían entre en los indígenas de la región. Con el paso del tiempo, comenzó a ejercer su profesión, sobresaliendo por la calidad de su trabajo.

En octubre de 1869, contrajo matrimonio con María Fernanda Yauri, joven con la cual tuvo cuatro hijos, de los cuales el primero murió a temprana edad, debido a una extraña enfermedad.  Atusparia trabajó como tintorero y vivió entre Huaraz y el campo por largo tiempo, ganándose el respeto y el aprecio de su gente, la cual empezó a verlo como un líder capaz. A comienzos de la década de 1880, fue nombrado subinspector de la estancia de Marián, cargo que le permitió ganar el apoyo y el reconocimiento de los habitantes de la región.

Trayectoria política de Pedro Pablo Atusparia

Tras ser nombrado subinspector de la estancia de Marián en 1880, Atusparia se ganó el reconocimiento de los vecinos de la región, quienes, en asamblea en diciembre de 1884, lo eligieron Alcalde Ordinario del primer distrito de la ciudad, La independencia. En enero del siguiente año recibió junto a sus dos ayudantes la vara de chonta, símbolo del mando y su capa de terciopelo. Durante los primeros meses de su mandato, Atusparia tuvo que enfrentar diversos problemas, pues eran tiempo convulsos, la mayoría de los hombres habían sido reclutados y los campos se habían visto afectados por el conflicto entre Miguel Iglesias y Andrés Avelino Cáceres.

El cual estalló tras la firma de la Paz de Ancón, acuerdo que dio por terminado los enfrenamientos entre Chile y Perú, en el marco de la Guerra del Pacifico (1879 -1883). Por ese entonces el territorio de Huaraz, había quedado bajo el control de las fuerzas de Iglesias, quien nombró como Prefecto del departamento a Francisco Noriega. Al llegar al poder Noriega intentó reactivar la cobranza de los impuestos de contribución personal y los trabajos de república, una suerte de trabajos comunales llevados a cabo por los indígenas. Atusparia, aconsejado por Mosquera redactó un memorial en el que pedía la rebaja al impuesto de contribución personal y la suspensión de los trabajos de república.

Negándose a escuchar el pedido Atusparia, Noriega prosiguió con sus planes, pidió que llamaran a los indígenas de la región para que trabajaran en los techos de las viviendas de Huaraz, pero Atusparia se negó a dar la orden. Su negativa llevó a que lo apresaran las fuerzas de Noriega, quien además lo sometió a tortura para que confesara quien era el autor del memorial.

Tras ser capturado, los demás alcaldes indios fueron ante las autoridades a pedir por la libertad del líder indígena. Éste fue liberado, pero como signo de escarmiento, sus trenzas y la de todos sus seguidores fueron cortadas. Esta afrenta a su cultura y tradiciones provocó la ira del pueblo indígena. El 1 de marzo 1885, el pueblo indígena liderado por Atusparia y Pedro Cochachin, se rebeló contra el gobierno del prefecto iglesista. Luego de dos días de enfrentamientos lograron tomar la ciudad y expulsar a las autoridades. Poco tiempo después la rebelión se extendió a los territorios de Yungay y Caraz, los cuales fueron tomados por los indígenas entre marzo y abril del mismo año.

En abril de 1885, fue nombrado el nuevo Prefecto, el coronel José Iraola, quien llegó a la región con los decretos que suprimían los impuestos de contribución personal y el trabajo de república. Desde entonces los rebeldes comenzaron a separarse. El 4 de mayo de 1885, Huaraz fue recuperada por el ejército de Iraola, tras una sangrienta lucha en la que Atusparia salió herido. Buscó refugio en la casa Julio Aristibel y poco tiempo después se entregó a Iraola. Después de varios enfrentamientos entre las autoridades y los indígenas, la rebelión fue suprimida en agosto de 1885.

En junio de 1886, Atusparia fue liberado por el entonces presidente Andrés Avelino Cáceres. Hablando por el cautiverio el líder indígena se mostró arrepentido por la rebelión ante el presidente y como muestra de sometimiento a este, le entrego su hijo, Manuel Ceferino para que lo educara y protegiera. Hecho que fue visto como una traición a su pueblo. Posteriormente regresó a Huaraz, territorio en el que vivió hasta su muerte. Este destacado líder indígena falleció el 25 de agosto de 1887, víctima del tifus.