Biografía de Musonio Rufo

Musonio Rufo (siglo I) filósofo estoico. Nació en Roma, Italia. Es conocido como Cayo o Gayo. Su padre fue Capitón. Cuando Nerón era rey, Musonio Rufo enseñaba filosofía estoica en Roma.

Tuvo una gran amistad con Cayo Rubelio Plauto quien fue enviado al exilio en el año 60 por orden de Nerón. Así que, Musonio decidió seguirlo. Retornó dos años después de la muerte de su amigo. Al volver continúo compartiendo sus enseñanzas, pero, rápidamente provocó animadversión en la corte, siendo exiliado en el año 65, ahora a la isla de Giaros, en las Cícladas. El motivo principal es que se le culpó de participar en la conspiración de Pisón.

Retornó en el año 68. Cuando Marco Antonio Primo, general de Vespasiano marchaba sobre Roma, se unió a los embajadores que fueron enviados por Vitelio al general victorioso y aprovechó dicha oportunidad para mezclarse entre los soldados de este predicando sobre los peligros de la guerra y las bendiciones de la paz. Esto le permitió acusar y obtener la condena de Publio Egnacio Céler, filósofo estoico que había recibido una recompensa por parte de Nerón a cambio de testificar en la condena de Barea Sorano.

Musonio fue maestro de Epicteto, su más famoso alumno. Musonio aseguró el exilio de todos los filósofos de Roma, en razón de su arrogancia y autosuficiencia, menos el de él. Debemos indicar que según las fuentes esto ocurrió en el año 71. Fue exiliado alrededor del 75, pudiendo volver sólo a la muerte de Vespasiano en el 79. Después de esto, nada se sabe de su vida, salvo que murió antes de 101. De este filosofo no ​hay rastro de obras escritas, solo se tiene registro de algunos fragmentos de escritos y se encuentran en las obras de Estobeo, Plutarco, Gelio y su discípulo Epicteto.

Ahora bien, para conocer sobre su filosofía, podemos referirnos a la de su pupilo Epicteto, marcada por una fuerte tendencia pragmática. Aunque no despreció la lógica y la física, se centró en la ética. Para Musonio Rufo, la virtud es el único objetivo real del hombre, siendo esta virtud no teórica, sino práctica, e idéntica a la filosofía. Así que, siguiendo sus planteamientos, la persona realmente buena es también verdaderamente filosófica.

Podemos tener acercamientos a sus pensamientos sobre la mujer de la época en la filosofía, argumentando que, tantos hombres como mujeres tienen la capacidad de comprender la virtud, por ello, ambos deberían ser adiestrados en la filosofía.

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