Dramaturgo
José Echegaray
Biografía de José Echegaray
José Echegaray (19 de abril de 1832 – 14 de septiembre de 1916) dramaturgo, ingeniero y político. Nació en Madrid, España. Luego de terminar la educación secundaria estudió en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid. Posteriormente, fue profesor de aquella institución. Desde temprana edad desarrolló un gusto por los pensamientos políticos y económicos de tipo liberal, estos fueron expuestos durante su participación en la Sociedad Libre de Economía Política en defensa de las ideas librecambistas.
A partir de 1868, luego de la revolución democrática, Echegaray, ocupó diversos cargos políticos aportando al afianzamiento del nuevo régimen: fue diputado en las Cortes constituyentes, director general de Obras Públicas (1868-69), ministro de Fomento (1869-70 y 1872) y ministro de Hacienda (1872-73). Además, participó activamente con Ruiz Zorrilla en la fundación del Partido Radical. Luego del fin de la monarquía de Amadeo de Saboya, procuró la instauración de la monarquía parlamentaria, pero no tuvo éxito, apoyó el efímero régimen de la Primera República, a la que sirvió en el cargo de ministro de Hacienda. Durante este periodo estableció la Ley de Bases de Ferrocarriles (1870) e impulsó el monopolio de emisión de billetes del Banco de España.
Sus ideales fueron completamente republicanos, aunque fue diputado en las Cortes de Arsenio Martínez Campos que restauró la Monarquía. Estratégicamente dentro de la monarquía defendió su gestión que era blanco de críticas por parte de los conservadores. Hizo parte del Partido Republicano Progresista desde su fundación con Cristino Martos y Nicolás Salmerón. Finalmente, aceptó entrar en el régimen de la Restauración, en el ala izquierda del Partido Liberal de Sagasta. En su vida no solo se destacó en la política, sino que en el campo de las letras fue presidente del Ateneo de Madrid (1888), y director de la Real Academia Española (1896). En el aspecto de la ingeniera asumió la presidencia de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Echegaray fue un dramaturgo reconocido en la época, aunque los dramaturgos de las siguientes generaciones aseguraron que sus obras no contenían ningún valor literario. En el año 1904 la Academia sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura, decisión que causó el enfado de las vanguardias literarias españolas y, específicamente, de los escritores de la generación del 98 (Pío Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu, Miguel de Unamuno). En definitiva, es considerado el máximo exponente del teatro de la Restauración.
Obras de José Echegaray
Sus dos primeras piezas: El libro talonario y La esposa del vengador. Pero fue el drama histórico En el puño de la espada (1875) el responsable de darle toda la popularidad. En adelante, escribió más de sesenta obras cómicas y dramáticas. Muchas de sus obras fueron traducidas a varios idiomas. Junto a obras de tema histórico, destacamos En el seno de la muerte (1879), abordó asuntos contemporáneos en O locura o santidad (1877) y El gran galeoto (1881). Su creación más célebre, Mariana (1892), fue escrita por encargo de la actriz María Guerrero.
Sus obras se caracterizan por la presencia de conflictos melodramáticos, con duelos, amores adúlteros y suicidios tratados de forma efectista y declamatoria, sin análisis psicológicos. José Echegaray prefirió recuperar los rasgos más truculentos y espectaculares del teatro romántico. Sus dramas tienen una hábil construcción escénica, momentos de exaltada pasión e incluso de aparente grandeza, es imposible que el espectador permanezca indiferente. El teatro de este español no hubiera sido nada sin el virtuosismo de grandes actores como Vico, Ricardo y Rafael Calvo, María Guerrero, etc. Muchos críticos posteriores consideraron sus obras una imitación insustancial de Calderón de la Barca. La Academia sueca había manifestado su preferencia por el dramaturgo catalán Ángel Guimerà, pero por presiones y conveniencias oficiales la balanza se inclinó a favor del madrileño.
Debemos mencionar que, las obras de su última etapa muestran una renovación a través de los dramas, tales como: El hijo de don Juan (1891) y El loco Dios (1900), se aproximó al lenguaje naturalista de Henrik Ibsen. No obstante, este intento fue inútil y el teatro de Echegaray fue superado por la visión satírica de Jacinto Benavente. Amor salvaje (1896), La calumnia por castigo (1897), El hombre negro (1898), Silencio de muerte (1898), Lances entre caballeros, A fuerza de arrastrarse (1905) son las últimas obras de publicó antes de su muerte el 14 de septiembre de 1916.