Isabel Petrovna Románova o Isabel I de Rusia “La Clemente” (29 de diciembre de 1709- 5 de enero de 1762), fue una emperatriz de Rusia de la dinastía Romanov. Hija de Pedro I el Grande y de Catalina I, accedió al trono tras la revuelta que derribo a Ana Leopoldovna, regente de Iván VI (nombrado zar con apenas dos meses de nacido). Bajo su reinado, llevó a cabo varias reformas importantes, como la restauración del Senado y la creación de un consejo político supremo. Se preocupo por la educación y las artes fundando la Universidad de Moscú y la academia de las Artes de San Petersburgo. Su política exterior se caracterizó por su acercamiento con Inglaterra y Austria.
Isabel I nació el 29 de diciembre de 1709 (o el 18 de diciembre del calendario juliano) en Kolomenskoe, hija de Pedro I el Grande y de Catalina I. Antes de ascender al trono, Isabel fue testigo, tras la muerte de su padre (1725), del reinado de su madre (1725-1727), la sucesión de su sobrino, Pedro II, muerto a los 14 años (1730) y del gobierno de su prima Anna Ivanovna (1730-1740). Pese a su formación y talento solo desempeñó un pequeño papel durante los dos últimos reinados. Desde muy joven, Isabel había vivido retirada, ajena a la política, en las afueras de Moscú, dedicándose a los deportes, las artes y la caza.
En 1740 su prima Anna Ivanovna cayó muy enferma. Isabel había ganado el apoyo de la población y se esperaba que sucediera a su prima. Sin embargo, Anna nombró a su sobrino-nieto, Iván VI, de apenas tres meses de nacido como heredero. Al morir Anna, Iván Antónovich fue proclamado Emperador en octubre de 1740 y su madre Ana Leopoldovna, fue puesta en la regencia. A su elección le sucedieron meses de caos y altos impuestos, por lo que, apoyada por los militares, Isabel tomó el poder dando un golpe de estado el 24-25 de noviembre de 1741. Isabel hizo arrestar al emperador, a su madre y a todos sus principales consejeros y después de una asamblea con los nobles, civiles y eclesiásticos fue proclamada emperatriz de Rusia.
Al ascender en el trono, Isabel abolió inmediatamente el sistema de gobierno empleado por sus predecesores. Restauró formalmente el Senado, tal como lo había creado su padre, y en un principio su política dejo entrever un retorno a los principios y tradiciones de Pedro el Grande.
Se preocupó por las artes y la educación fundando la primera universidad de Rusia (en Moscú) y la Academia de las Artes en San Petersburgo. Sus tíos Pedro y Alejandro Shuvalov, quedaron a cargo de la dirección de la política de Rusia, administrándola de un modo eficiente. Durante esos años la economía y el comercio tuvieron una pequeña reactivación. Sus medidas favorecieron a la nobleza y las clases bajas al contrario vieron su situación agravada. Durante su gobierno, el prestigio de Rusia creció convirtiéndose en una de las principales potencias europeas. Guiado por Aleksey Bestuzhev-Ryumin, uno de los hombres de confianza de Isabel, el país se adhirió firmemente a una política exterior pro-austríaca, mantuvo guerras con Suecia (1741-1743), anexó una parte del sur de Finlandia y mejoró sus relaciones con Gran Bretaña. Posteriormente, condujo con éxito las hostilidades contra Prusia en la Guerra de los Siete Años
Tras su llegada al trono, Isabel hizo llamar a Pedro III, su sobrino y el único hijo de su hermana Ana y de Carlos Federico, a la corte y lo nombró su sucesor. Cuando en 1754 Pedro y su esposa Catalina II tuvieron a su hijo, Pablo, y ambos se desentendieron del él, Isabel paso a ocuparse de su educación. Ese mismo año (1754), Isabel encargó a Carlo Bartolomeo Rastrelli la construcción del nuevo Palacio de Invierno. No obstante, al morir la emperatriz, Rastrelli fue despedido.
Isabel falleció el 5 de enero de 1762, víctima de una hemorragia antes de poder completar la victoria contra Prusia. Le sucedió en el trono su sobrino Pedro III.