El Renacimiento (1300 – 1600) es un movimiento cultural que nació en Europa y se extendió por varios países de dicho continente. Durante el Renacimiento se experimentó un esplendor en las artes y ciencias nunca igualado, por ello se le denominó a este periodo Siglo de Oro. Principalmente se observar un renovado interés en el mundo grecolatino, y también por el Humanismo. Surge el antropocentrismo en contraste con el teocentrismo de la Edad Media. Cambian los valores y los ideales de los hombres de este momento: predomina el optimismo, la secularización, la curiosidad científica, la confianza en la razón y la exaltación de la naturaleza.
Ahora bien, cada movimiento cultural afecta todas las capas de la sociedad, la música, el arte, la pintura, la arquitectura, la literatura, el teatro, entre otros. Así que existieron ciertas características que nos permiten definir su pertenencia a este periodo y movimiento cultural. Por ejemplo, la estética renacentista utilizó las formas equilibradas y armónicas, y creó una idealización de la realidad. Además, surge un nuevo prototipo del caballero, este no solo es experto en las armas, algo común en la Edad Media, sino también en las letras y artes. Un claro ejemplo de ello es Garcilaso de la Vega.
Durante este periodo surgió una expansión imperial tras el descubrimiento de las Américas, la Reconquista, y la unificación política y religiosa de España por los Reyes Católicos. En ese sentido, el imperio español creció bajo el reinado de Carlos V. Sin embargo, cuando el poder estuvo en manos de Felipe II
En cuanto a la narrativa nacieron varios subgéneros narrativos: la novela pastoril, la novela bizantina, la novela morisca y el libro de caballerías. Don Quijote de la Mancha es la primera novela moderna y un claro ejemplo del Humanismo renacentista, aunque con rasgos barrocos. De este periodo, también destaca Lazarillo de Tormes, la primera novela picaresca. En cuanto a la poesía, la poesía ascética y mística surgió en el periodo renacentista. Sus exponentes principales son Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y Fray Luis de León.
La Celestina (1499) de Fernando de Rojas es una de las obras más importantes de la literatura española. La mencionada obra es el reflejo de la transición de la Edad Media
Está orientada hacia los valores de la naturaleza y, con ello creció el espíritu aventurero de los seres lo que motivó mayores campañas de exploración. Como todo movimiento cultural tiene sus máximos exponentes el artista renacentista por excelencia fue Leonardo Da Vinci. En un primer momento comenzó trabajando para la iglesia, pero luego empezó a realizar pinturas con simbolismos eróticos. Otro importante artista del Renacimiento es Miguel Ángel Bounarotti, realizó el reconocido David, este joven de mármol es el mejor himno de admiración a la belleza del ser humano. Además, esculpió La Piedad, escultura que representa a la virgen con el cuerpo de Jesús en sus brazos.
La Capilla Sixtina es otra de las creaciones ejemplares de esta época, un imponente fresco en la pared tras el altar mayor, en el cual se representa El Juicio Final. La expresividad y perfección de los cuerpos, han maravillado a la gente por siglos. Por otro lado, nació una gran atención por parte del hombre hacia el conocimiento. La observación tuvo un papel fundamental, gracias a ella se obtuvo una idea más clara del funcionamiento de nuestro planeta.
A partir de ahí, nacieron algunas de las ciencias más relevantes de la actualidad, como la física, la biología o la anatomía. El pensamiento racional se desprende de este momento porque se le dio más valor a las explicaciones lógicas y científicas para cualquier suceso o fenómeno. El hombre del Renacimiento entiende que la existencia es corta y por ello es necesario aprovecharla bajo ciertos valores que se implantaron tales como la libertad, el amor o la justicia. En tal sentido, la sociedad empezó a mirar hacia el progreso: nacieron los primeros bancos para realizar préstamos a los mercaderes.
La exploración y el comercio vivieron su época de mayor esplendor. Los marineros ensancharon sus rutas de comercio, mejorando la economía mediante la importación y exportación de productos locales. Un poder monetario que terminó por impulsar el crecimiento de la burguesía. El Renacimiento fue un fenómeno diverso y amplio en cuanto a tiempo y espacio: es tanto así que la cultura del Renacimiento llegó a los territorios americanos, aunque de manera tardía.