Historia
Historia del judío errante
Historia del judío errante
La historia del judío errante se difundió a partir del siglo XVI en Europa, esta leyenda gira en torno al eterno vagar de uno de los testigos de la Crucifixión de Jesucristo, que durante este suceso humilló o renegó del mismo Jesús, por lo cual fue condenado a vagar como medio de expiación por sus acciones; según el relato este continuara su largo viaje hasta el regreso de Jesús. Este mito está basado en el Evangelio de Juan, en donde este mencionó que uno de los testigos del suplicio de Jesús fue poco compasivo, incluso se mofó y le degradó, lo que en última instancia provocó que se le condenara, este sujeto ha sido llamado Cartáfilo, aunque, con el paso del tiempo la leyenda ha mutado y el nombre de este ha variado, cabe resaltar que la leyenda fue atribuida a un judío a partir del siglo XVI, momento en el que se extendieron los relatos sobre este personaje. Leyendas como la del judío errante existen en diversas religiones, como es el caso de Caín en el Judaísmo y de al-Sameri en el Islam.
Nacimiento de la leyenda
La leyenda sobre este condenado está inspirada en el Evangelio de Juan, en el que se mencionan las acciones de ciertos testigos del suplicio sufrido por Jesucristo en el camino a su muerte, durante este acontecimiento algunos le hirieron, humillaron y rieron, siendo evidentemente poco compasivos con Jesús, en base a lo escrito por Juan, Mateo París, un benedictino ingles escribió para comienzos del siglo XIII, la primera versión de la leyenda, en esta el religioso señaló como condenado a Cartáfilo, miembro del pretorio romano el cual estaba encargado de ejecutar la condena contra Jesús.
En varios momentos el guardia romano fue extremadamente duro con el prisionero, llegando a golpearlo cuando este cayó en el camino y apresurándole para que continuara caminando, es en ese momento en el que Jesús le mencionó su castigo, explicándole que caminaría sin descanso hasta que llegara el momento del juicio final. Tras la muerte de Jesús, el guardia romano quedó conmovido y apenado por su actuar, motivo que lo inspiró a convertirse al cristianismo y cambiar su nombre, para luego iniciar su eterno vagar como manera de expiar sus pecados.
Después de la publicación del religioso se difundieron diferentes versiones de la leyenda por todo el continente europeo; en Italia el nombre de este fue cambiado a Juan de Espera en Dios, en otras ocasiones fue llamado Buttadeus o Giovanni Servo di Dio, asimismo, aparecieron las leyendas en las que el condenado no era Cartáfilo, sino otro testigo de la crucifixión, el cual también había humillado o atacado a Jesús en su camino a la muerte, como es el caso de Ashevero, zapatero que durante uno de los momentos en los que Jesús necesitaba descansar le negó espacio en su tienda, echándole a empujones, motivo por el cual fue condenado a vagar eternamente con su apariencia de anciano, sufriendo la mayoría de su viaje. Además de estas versiones se han difundido otros relatos en los que se menciona a el Profeta Elías, condenado a vivir hasta el regresó de Jesús, y a Samar, personaje bíblico quien fue condenado por idolatría.
El judío errante Siglo XVI
A partir del siglo XVI la leyenda toma un matiz diferente ligado al contexto anti-judaísmo del momento, desde entonces el personaje condenado a vagar era un judío. Este cambio fue propiciado por la mala percepción que se tenía de las personas judías en la Europa del Siglo XV – XVI y el naciente antisemitismo. Se culpaba a estos de todos los males y desgracias ocurridas en los últimos siglos, lo que pronto se convirtió en represión, aislamiento y expulsiones. Por el mismo periodo empezaron a realizarse representaciones del viacrucis, en las que se recreaba el sufrimiento de Jesús y se culpaba de este al pueblo judío, fue de esta manera en la que la leyenda fue mutando hasta establecerse con el nombre de judío errante, lo que hace referencia no solo al castigo del personaje sino también a la experiencia del pueblo judío, el cual se ha visto forzado a trasladarse en diversas ocasiones.
Desde entonces han aparecido numerosos relatos sobre las apariciones del mítico personaje, al que se ha llamado Ahasvero o Ashevero, el zapatero que se negó a brindarle un momento de descanso a Jesús. Según diversos relatos este podría ser visto durante su paso por Jerusalén y Palestina, como fue relatado por Carlo Soranzo, quien a su paso por la ciudad santa tuvo un breve momento con el condenado; un siglo después fue visto por dos jóvenes a su paso por Francia y posteriormente apareció ante dos jóvenes de Brabante. Los relatos sobre este hacen énfasis en el sufrimiento del anciano zapatero, que recorre el mundo arrepintiéndose por sus acciones y llorando por su triste destino. Esta leyenda ha sido tomada en cuentan en los libros El Judío errante (1845) de Eugène Sue y El judío errante (2008) de César Vidal, asimismo ha sido representada en la película de Georges Méliès, Le Juif errant (1905).