Las Calaveritas Literarias (1792), o también conocidas como panteones literarios, son poemas un tanto breves y con humor, otras con amor, que propone situaciones imaginarás de la persona, cosa o situación a la que se le escribe y la muerte. Es una tradición muy conocida que se lleva a cabo el Día de Muertos en México.
Las calaveritas literarias son poemas originarios de México. Se remonta a finales de virreinato, cuando por allá en 1792, Fray Joaquín Bolaños escribe “La portentosa vida de la muerta”,
Los textos se empezaron a usar sobre los epitafios de los adinerados e importantes de la época. Se usaban principalmente como una crítica social.
Cabe aclarar que, desde el primer momento intentaron reprimir este tipo de expresión, especialmente el sacerdote José Antonio Alzate cuando se popularizó.
Las calaveritas ya habían ganado mucho reconocimiento y popularidad, pero para el siglo XIX, las calaveritas dieron un cambio gracias al señor José Guadalupe Posada, un grabador que decidió agregarle ilustraciones a sus Calaveritas. Él creó la Calavera Garbancera, canon que luego sería usado por el artista Diego Rivera para estilizarlo y nombrarla “Catrina”.
Su nombre Garbancera era una palabra utilizada por los mexicanos para catalogar a las personas que vendían garbanza y que aun siendo indígenas actuaban y se mostraban como europeos, renegando de su cultura nativa. La obra también denunciaba la pobreza de los mexicanos.