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Historia de la fotografía

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Pixabay

Historia de la Fotografía

La historia de la fotografía comenzó el 19 de agosto de 1839, cuando Dominique François Arago expuso ante las Academias de Ciencias y Bellas Artes de París cómo Loius-Jacques-Mandé Daguerre pudo obtener unas extrañas imágenes de la naturaleza. Y lo asombroso no eran las imágenes en sí, sino su método de obtención, dado que Daguerre no se había valido de pinceles, sino de la luz del sol. El resultado que obtuvo fue una serie de copias de extraordinaria fidelidad.

Debido a su inventor, las primeras fotografías fueron conocidas como daguerrotipos. Las palabras que Arago pronunció ante las Academias de Ciencias fueron:

“Francia ha adoptado este descubrimiento y se enorgullece de poder donarlo generosamente al mundo entero”…

Curiosamente, esta no era del todo la idea de Daguerre, pues había asegurado la patente de su descubrimiento sólo cinco días antes. Un invento que, por otra parte, sólo legalmente pertenecía a Daguerre.

 

Antecedentes de la fotografía

La historia de la fotografía nace como síntesis de dos experiencias muy antiguas. La primera es el descubrimiento de que algunas sustancias son sensibles a la luz, y la segunda fue el descubrimiento de la cámara oscura.

Respecto a la cámara oscura, basta decir que, al parecer, fue conocida por los chinos y que durante mucho tiempo la utilizaron diversos pintores que trataban de conseguir con ella una mayor fidelidad en el trazado de sus obras. La cámara oscura se basa en los principios propuestos por Aristóteles en los que afirmaba que si se practicaba un pequeño orificio sobre la pared de una habitación oscura, un haz luminoso dibujaría sobre la pared opuesta la imagen invertida del exterior.

Cuando hallamos la cámara oscura ya en manos de Nicéforo Niepce, dotada de una lente de menisco, fuelle y diafragma iris (inventado por él mismo), esta es ya un instrumento para fijar la imagen óptica en una superficie destinada a matriz litográfica. El invento de Niepce, empezó reproduciendo grabados sobre peltre sensibilizado con betún (1818 – 25) y hasta 1826 no realizó la primera fotografía de la naturaleza. A pesar de haber tenido éxito, las heliografías (fotografías obtenidas por la luz del sol) de Niepce fueron rechazadas por la Royal Society de Londres, por no querer explicar cómo las había seguido.

Ante las dificultades económicas que afrontaba Niepce, este se asoció con Daguerre. El contrato de asociación entre los dos pioneros de la fotografía fue firmado el 14 de diciembre de 1829. Niepce pactaba aportar las bases fundamentales del procedimiento; Daguerre por su lado, una cuantiosa experiencia como pintor, inventor y explotador del espectáculo llamado Diorama. A partir de entonces, Daguerre introdujo el nuevo invento en los más suntuosos salones de la burguesía parisina.

El daguerrotipo iba a jugar entre la burguesía europea el mismo papel que siglos antes habían desempeñado los retratos de los pintores de corte. En 1833 Niepce muere, Daguerre entonces renueva la asociación con el hijo de aquel, sin embargo, poco a poco lo va desplazando, tanto así que logra que la firma original del invento no sea, como en un principio, Niepce-Daguerre- Sólo el nombre de Daguerre figuraría en adelante.

 

Evolución de la fotografía

El procedimiento de Daguerre consistía en la obtención directa de su imagen positiva, esta evidentemente resultaba invertida, tal como se obtiene mediante cámara oscura y sólo se obtenía un ejemplar de cada toma, que realizado sobre una plancha metálica, resultaba muy frágil, además, este no era nada fácil de reproducir. El inglés Fox Talbot realizó sus experiencias casi simultáneamente con Daguerre y Niepce, llegando a obtener imágenes negativas, es decir, con los tonos del claroscuro invertidos sobre el papel. Luego, por contacto y nueva exposición, daban lugar a imágenes positivas indefinidamente reproducibles. De esta forma se hacía posible por primera vez en la historia, la obtención de copias fotográficas.

El procedimiento ideado por Talbot, llamado calotipo o talbotipo, apuntaba con mayor acierto que el daguerrotipo hacía una de las más importantes características del medio fotográfico: sus posibilidades de reproducción ilimitada. Por tal razón, Talbot, con su obra Pencil of the Nature , puede considerarse como el primer editor fotográfico de la historia.

En 1840, el matemático vienés Josef Petzval presentaba un objetivo de apertura diafragmática f/3,6, es decir, trece veces más luminoso, y por lo tanto más rápidos que los objetivos que Chevalier construía para Daguerre. Con este gran avance disminuían los tiempos de exposición, tiempos que en un principio fueron ocho horas de Niepce, luego minutos de Daguerre y Talbot, pero aun así, seguía siendo imposible la fotografía instantánea. La solución al problema de la rapidez de exposición habría de encontarse en un papel para el negativo, lo suficientemente sensible como para ser rápidamente impresionado por la luz.

En 1851 se da un gran avance en la historia de la fotografía, pues el inglés Scott Archer publicaba en Chimist su procedimiento llamado colodion húmedo, solucionando el problema de la rapidez de exposición. Todo consistía en que la placa de vidrio se utilizara recién preparada y húmeda aún. Este era el procedimiento más “sensible” de todos los conocidos hasta entonces. Su uso se prolongaría por varios años, coexistiendo con el uso de la gelatina inventada por Maddox (1871) y perfeccionada por Charles Harper Bennett. Según este otro método, las placas emulsionadas con gelatina a una temperatura de 32° C, debían conservarse sin impresionar durante varios días. De esta manera llegaban a conseguirse exposiciones de 1/25 seg, velocidad sorprendente por esa época, hablándose por primera vez en la historia de instantánea fotográfica.

A partir de entonces, los fabricantes pudieron facilitar placas ya preparadas para su uso inmediato, con lo cual aumentó muchísimo el número de aficionados, al mismo tiempo mejorabas los materiales.

“Apriete usted el botón; nosotros haremos el resto”. Este fue el lema que inició a la fotografía como medio de expresión popular, este se debe a George Eastman, un fabricante americano que pensó que ni siquiera las placas ya preparadas eran necesarias. Había que poner la gelatina sobre un soporte flexible. Al principio utilizó papel, del que había que separar la gelatina, pero en 1889 Eastman introdujo la película de nitrocelulosa. Su cámara de cajón portátil, iba cargada con un rollo de papel emulsionado a la gelatina que permitía unos 100 negativos circulares. Luego aparecieron las cámaras detective, disimuladas en sombreros, libros, corbatas, etc. La película flexible hizo posible el cine.

La fotografía así, se puso al alcance de todos. Por lo demás, siempre ha habido un gran interés por conseguir una cámara con pocos más mecanismos que el obturador; el mercado masivo siempre ha ayudado a la industria y sin él muchas mejoras no se habrían producido.

Vale la pena recordar un punto clave en la historia de la fotografía, y es la introducción del Kodachrome en el año 1935. Dos estudiantes de música neoyorquinos, Mannes y Godowsky, intuyeron las posibilidades de la película en color, que podía ser de tan fácil utilización por el aficionado como las películas en blanco y negro. Llegado el momento, estos estudiantes llegaron a formar parte del equipo técnico de Kodak, el resultado, la película Kodachrome, luego muy perfeccionada, es hoy por hoy la película inversa más popular.

Desde la perspectiva artística los pasos dados por la fotografía han sido sumamente gigantescos, pues íconos como Alfred Stieglitz, Jacob Riis, Lewis Hine, Man Ray, Moholy Nagy, David Hamilton, entre otros, con diversos fines han hecho de ella, un medio de explotación de lo familiar, revelación de injusticias e historias documentales.

Son espectaculares los efectos conseguidos por las nuevas técnicas fotográficas. Se destacan entre estas el dye-transfer o transferencia de tintes, tan usado, entre otros, por el suizo René Groebli; las aplicaciones de colorantes diazo, que al reaccionar con amoniaco, dan colores muy puros; y la posterización, que, también con gelatinas de diazo, permite introducir colores en fotos de blanco y negro; etc. Merecen también ser citadas como asombrosas las películas en color infrarrojas, usadas, entre otros, por el fotógrafo americano Pete Turner; las fotos estroboscópicas, que descomponen el movimiento; y por último las holografías, resultado de la aplicación de láser a la fotografía.

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