Poeta
Fernando de Herrera
Biografía de Fernando de Herrera
Fernando de Herrera (1534 – 1597) poeta, historiador y crítico. Fue conocido como el Divino. Fue uno de los exponentes de la escuela poética sevillana del siglo XVI, su obra es fiel muestra de la transición del clasicismo renacentista hacia la complejidad estilística barroca (que tiene como exponentes a Luis de Góngora y Francisco de Quevedo). Nació en una familia de condición humilde, su padre vendió candelas. Se educó en diversas escuelas de Sevilla, en las cuales aprendió lenguas contemporáneas y clásicas y aprendió sobre humanismo.
Posteriormente, cursó estudios eclesiásticos, pero no culminó su formación sacerdotal pues su intención era dedicarse al estudio y a sus ocupaciones eruditas. Desarrolló una pasión por la condesa de Gelves, doña Leonor de Millán, quien fue su musa poética, especialmente luego de la muerte de la condesa. Su estilo estuvo integrado por metáforas y simboliza la plena incorporación a la lírica española de elementos italianizantes. Su personalidad fue reservada, tanto que decidió no difundir la mayoría de sus versos, la cantidad de obras publicadas en vida fue mínima. Algunas de sus obras fueron de trasfondo histórico y patriótico.
El poeta mantuvo una cercanía con el pintor Francisco Pacheco (1599) en la ciudad andaluza. Durante su juventud se dedicó al cultivo de las letras y un selecto grupo de humanistas sevillanos (Juan de Mal Lara, Francisco de Medina, Francisco Pacheco Pablo de Céspedes, y los poetas Luis Barahona de Soto, Juan de la Cueva, y Cristóbal de Mesa) quienes motivaron su interés. Fue en ese momento en que lo nombraron Divino. Realizó varios ensayos literarios dentro de la épica renacentista.
Su juicio innovador, desde el punto de vista lingüístico se basa en el esfuerzo de contener el sentimiento en constante insatisfacción artística, por ello se convirtió en un claro antecesor del culteranismo. Durante su trayectoria se destacaron sus poemas de carácter amoroso, guiado por las influencias de Petrarca, también de Bembo y de otros petrarquistas italianos del siglo XVI, sin excluir a Ausiàs March. Los que narran temas heroicos y morales también fueron importantes. Fue creador de canciones que exaltaban hechos históricos, como la Canción a la Batalla de Lepanto, o Por la pérdida del rey Don Sebastián, la derrota portuguesa es el eje de la canción, expresado en un tono majestuoso.
También escribió algunas odas y sonetos: En la abdicación de Carlos o A Carlos V Emperador: prima un intenso sentimiento patriótico propio de la España imperial de la Contrarreforma. También practicó poesía de carácter elogioso a personajes y ciudades por ejemplo al duque de Medina-Sidonia, al marqués de Tarifa o a Sevilla. Murió en el año 1597 y fue admirado por su vida entregada a la literatura. Su contribución expone el camino del ideal de belleza renacentista a la realidad del barroco que tenía como protagonista el desencanto, y pretende perfeccionar la lengua y la imaginación literaria de tantos siglos previos.