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Evangelista Torricelli

Biografía de Evangelista Torricelli

Evangelista Torricelli (1608-1647), fue un físico y matemático italiano que realizó grandes contribuciones en los campos de las matemáticas puras, el cálculo integral y el movimiento de proyectiles y fluidos. Evangelista Torricelli pensaba que las matemáticas eran el lenguaje que le permitía al hombre entender a la naturaleza.

Gracias a lo anterior, Torricelli fue el primero en reconocer que el aire tiene peso y que la presión atmosférica es variable. A partir de esta idea creó un artefacto que fue conocido como tubo de Torricelli y que dio lugar a la invención del barómetro. Por otra parte, en el campo de las matemáticas, desarrollo el teorema de Torricelli que permite calcular el flujo de un líquido por un orificio abierto a determinada profundidad.

Evangelista Torricelli nació el 15 de octubre de 1608 en Faenza, provincia de Ravena, Italia.

Creció en el seno de una familia humilde. Sus padres fueron Gaspare Torricelli, un obrero textil, y Caterina Angetti. Cuando sus padres se dieron cuenta de su potencial decidieron enviarlo a estudiar humanidades con el hermano del padre, Jacobo, quien era fraile Camaldulense.

En 1624, ingresó a un colegio de Jesuitas donde se instruyó en matemáticas y filosofía por dos años. Tras la muerte de su padre, entre 1626 y 1627 viajó a Roma con toda su familia (su madre y sus dos hermanos) para estudiar con el fraile Benedictino Benedetto Castelli.

Estando ahí adquirió el puesto de secretario particular de Castelli. Utilizaba el dinero obtenido con el trabajo para pagar sus estudios por lo que pudo mantenerse en el puesto y estudiando en el Colegio Universitario de Sapienza hasta 1632. Después, Castelli lo designó para que le sustituyera impartiendo las clases de matemáticas, mecánica, hidráulica y astronomía en el Colegio Universitario de Sapienza.

El 11 de septiembre de 1632 Torricelli recibió una carta de Galileo dirigida a Castelli. En su respuesta, además de explicar el motivo de la ausencia de su maestro, aprovechó para expresar su admiración por el texto Diálogo sobre los principales Sistemas del Mundo, ptolemaico y copernicano que fue escrito por Galileo seis meses antes, y presentó su apoyo a la teoría de Copérnico de que la tierra gira alrededor del sol.

Después de que se ordenara a Galileo comparecer en Roma por sus planteamientos en astronomía, Torricelli decidió trasladar su atención a terrenos menos peligrosos, por lo que se concentró en las matemáticas.

En De motu gravium, Torricelli consignó algunos desarrollos para los principios mecánicos expuestos por Galileo en sus Diálogos sobre la nueva ciencia (1638). Al poco tiempo, el 10 de abril de 1641, Castelli le entregó a Galileo una copia de este trabajo. Gracias a lo anterior Torricelli se convirtió en secretario de Galileo.

Lastimosamente, tras tres meses de convivencia con Galileo en Florencia, Galileo falleció.

A pesar de la muerte de Galileo, permaneció en Florencia como filósofo y matemático del gran duque Fernando II y profesor de matemáticas de la Academia. Y poco después consiguió dar respuesta a la pregunta que haba perseguido a Galileo: la pregunta por la veracidad de la teoría de Aristóteles, que decía que el vacío no existe en la naturaleza.

Lo logró por medio de un experimento que consistía en llenar un tuvo con mercurio (líquido que es 13,5 veces más denso que el agua) tapar una de los extremos del recipiente e introducirlo en otro contenedor con más mercurio. De esta forma se observaba que una parte del mercurio que llenaba el tubo se traslada al segundo contenedor creando un espacio para el vacío.  Además, su demostración de la existencia del vació incluyó la claridad de que no es posible encontrarlo en la naturaleza sino que es necesario generarlo artificialmente.

En 1643 hizo aquello por lo que se le recuerda con más frecuencia: demostró la existencia de la presión atmosférica y desarrollo las bases para el barómetro.

El barómetro no fue el único descubrimiento importante de Torricelli. Por ejemplo, gracias a él sabemos que las curvas geométricas no se limitan a su forma teórica

sino que son representaciones de movimientos físicos reales. A partir de esta idea se propuso estudiar las trayectorias parabólicas seguidas por los proyectiles al ser disparados y llegó a dos conclusiones; la primera fue que “la envolvente de todas estas parábolas es otra parábola”; y la segunda fue que “el lugar geométrico de los vértices de todas las parábolas es también otra parábola”. Aparte de esto, demostró que “la rotación de curvas de longitud infinita puede producir sólidos de volumen finito”. (Suma, 2009)

Sin lugar a dudas Torricelli fue uno de los matemáticos más productivos y prometedores del siglo XVII. Se cree que si no hubiese muerto tan joven (sólo tenía 39 años de edad en la  fecha de su defunción), hubiera formulado matemáticamente sus métodos y se habría acercado al concepto del  límite; incluso se cree que hubiera podido inventar el cálculo infinitesimal. Lastimosamente perdió la batalla contra una pleuresía en 1647, en la ciudad de Florencia.