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Esteban Laureano Maradona

Biografía de Esteban Laureano Maradona
Créditos: Administración Nacional de la Seguridad Social Seguir / CC BY-SA 2.0

Biografía de Esteban Laureano Maradona

Esteban Laureano Maradona, fue un médico rural argentino conocido por su filantropía y famosa modestia. Pasó a la historia como una gran figura en tanto su abnegación como médico y su buena relación con las personas, su vida entera fue un ejemplo de altruismo. Él pensaba que “Si algún asomo de mérito me asiste en el desempeño de mi profesión, este es bien limitado, yo no he hecho más que cumplir con el clásico juramento hipocrático de hacer el bien a mis semejantes”, pero el hizo mucho más que cumplir un juramento, dio su vida y comodidad por la de los demás, pues renunció a los honorarios y colaboró con su dinero a los necesitados.

Nació en la ciudad de Esperanza, en la provincia de Santa fe, el 4 de julio de 1895. Su padre fue Waldino Maradona y su madre Petrona de la Encarnación Villalba. Esteban Laureano Maradona creció en una gran familia compuesta de 13 hermanos. Aunque su familia le tenía mucho cariño a la localidad, tuvieron que trasladarse a Buenos Aires donde pasó su adolescencia y en donde se graduó como médico en 1928.

Por esa época viajó a Resistencia en la provincia del Chacho y por ello vivió el golpe Estado Cívico-militar de 1930 del general Uriburu a Hipólito Yrigoyen. Después de esto, el pueblo estaba inestable y Laureano Maradona decidió dar conferencias en las plazas públicas para abogar por la democracia y el gobierno institucional, pero eso mismo hizo que lo persiguieran y lo convirtió en un enemigo del gobierno.

A pesar de esto y de haber sido candidato del Partido Unitario, Laureano Maradona no quiso unirse a la política, ni le otorgo gran importancia, pues tenía una imagen muy mala de los políticos.  Perseguido por la “restauración conservadora” se exilió a Paraguay que también estaba en guerra. No gastó mucho tiempo antes de comenzar a ayudar a los soldados: “humano y cristiano de restañar las heridas de los pobres soldados que caen en el campo de batalla por desinteligencias de los que gobiernan”. Por el rechazo a ser parte de la causa política pasó un tiempo en la cárcel y al salir trabajó como camillero en el Hospital Naval.

Tres años después, ya era el director del hospital donde atendieron a miles de soldados de ambos bandos. Allí conoció a Aurora Ebaly, una muchacha de 20 años, sobrina del presidente paraguayo. Ese fue el amor de su vida y llegaron a comprometerse, pero ella murió en 1934 de fiebre tifoidea. Nunca se volvió a comprometer y nunca se casó.

Después de la tragedia volvió a Argentina, pero antes donó sus sueldos a los soldados y a la cruz roja, además no recibió los honores que hicieron en su nombre.

En Argentina Esteban Laureano Maradona llegó al monte formoseño donde encontró un lugar idóneo. Los habitantes le pidieron que se quedara pues no había un doctor en muchos kilómetros y así decidió quedarse. “Había que tomar una decisión y la tomé… quedarme donde me necesitaban. Y me quedé 53 años de mi vida”. Es en éste momento que pierde las comodidades de un trabajo en Buenos Aires para ayudar a ésta población habitada por indios, criollos e inmigrantes.

Así, terminó por vivir en el Paraje Guaycurri que no tenía agua, gas, luz o teléfono. En éste lugar comenzó a relacionarse con los aborígenes tobas y pilagás que, desnutridos intentaban hacer intercambios en los mercados. Maradona entonces se puso la meta de ayudarlos, comprenderlos y hacer parte de su cultura. Se dice que: “logró erradicar de ese olvidado rincón del país los flagelos de la lepra, el mal de Chagas, la tuberculosis, el cólera, el paludismo y hasta la sífilis. Incluso, llevó a cabo gestiones ante el Gobierno del Territorio Nacional de Formosa, hasta que logró que se les adjudicara una fracción de tierras fiscales”.

Además, les enseño a cultivar ciertas plantas y a construir edificios, de su dinero sacó todo lo necesario para las labores agrícolas. Fue considerado el primer maestro de la Escuela de la colonia, aunque tres años después llegó uno nombrado por el gobierno. Gracias a ésta experiencia escribió sobre etnografía, lingüística, historia, sociología, mitología indígena, zoología, etc. Él prefirió dedicarse totalmente a la salud y bienestar del pueblo a pesar de que le ofrecieron varios puestos en el gobierno, distinciones y honores. Aun así, lo distinguieron con el premio al “Médico Rural Iberoamericano”, aunque no recibió el dinero que venía con el premio y lo convirtió en una beca para estudiantes aspirantes a médicos.

Rechazó una pensión que intentó darle el gobierno cuando ya estaba anciano. Fue postulado tres veces al Premio Nobel y recibió premios como el Premio Estrella de la Medicina para la Paz que le entregó la ONU en 1987. Al parecer su rechazo a la fama era porque no lo consideraba importante en su vida.

“Yo soy sólo un médico de monte, que es menos aún que un médico de barrio (…) Cómo voy a ser un hombre ilustre si de chico fui retraído, taciturno; fui mal alumno, desordenado, rebelde, solitario y de carácter fuerte. Era medio desobediente y a veces prefería quedarme pintando abajo de un ombú antes que leer libros”. Esteban Laureano Maradona

Finalmente, enfermó a los 91 años en 1986 por lo que se vio obligado a volver con su familia. Hubo de morir de vejez el 14 de enero de 1995 a unos meses de cumplir un centenar de años. No está de más decir que, el 4 de julio, día de su nacimiento, ha sido declarado por ley Día Nacional del Médico Rural. Aquí una de sus frases que resume su vida:

“Estoy satisfecho de haber hecho el bien en lo posible a nuestro prójimo, sobre todo al más necesitado y lo continuaré haciendo hasta que Dios diga basta”. Esteban Laureano Maradona

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