El jardín de las delicias es una de las obras más emblemáticas del reconocido y enigmático pintor holandés Jheronimus van Aken, El Bosco. Es un tríptico al óleo pintado sobre madera hacia el 1500, en el que se aborda la creación, el paraíso, el infierno y la vida terrenal (también entendida como el jardín de las delicias). Cuando está cerrado puede apreciar el tercer día de la creación y una vez se abre encontramos de izquierda a derecha el paraíso, la vida terrenal y el infierno. La obra es considerada una de las piezas más representativas de su época, además encierra grandes misterios pues la gran cantidad de escenas y personajes retratada en ella la hace difícil de comprender a totalidad.
Cuando el tríptico se encuentra cerrado se puede apreciar la representación del tercer día de la creación en tonos opacos estilo grisalla. Como se comenta en la escritura sagrada en el tercer día Dios creó la vegetación por lo que pintor da cuenta de este proceso dotando al mundo de una exuberante vegetación. Cabe mencionarse que el pintor como la mayoría de las personas de la época concebía al mundo como una tierra plana rodeada de agua, por lo que así lo pinto. No obstante, en la pintura la Tierra está encerrada en un estilo de esfera de cristal, modelo que se acerca al mundo tal y como lo conocemos.
En la pintura Dios observa desde lo alto, en la esquina superior izquierda, en su mano lleva un libro abierto y tiene corona. Los dos tableros de la pintura tienen inscrito en latín el salmo 128, versículo 5. Además en el lado izquierdo puede leerse “El mismo lo dijo y todo fue hecho” (Ipse dixit et facta sunt) y en el derecho “El mismo lo ordenó y todo fue creado” (Ipse mandavit et creata sunt).
Al abrir la obra, nos enfrentamos a una viva explosión de colores y figuras, lo cual contrasta con la cubierta monocromática que la encierra. La obra se divide en tres partes y en cada una se aborda una temática diferente, no obstante, todas contiene un gran número de figuras y criaturas extrañas salidas de la gran imaginación del pintor, por lo que para acercarse a entenderla debe ser divida y estudiada panel por panel con detenimiento. Ya que la obra fue pensada para ser exhibida en la corte, se le considera una obra de conversación, del tipo moralizante.
En su representación del paraíso se puede observar al creador con los rasgos dados a su hijo, Jesús sosteniendo a Eva de la mano y en señal de entrega a Adán, quien yace en el suelo. Al lado de Adán se encuentra un drago, árbol exótico que vendría a representar el árbol de la vida. Hacia el centro del panel se encuentra sobre una roca de perfil humano el árbol del conocimiento del bien y del mal rodeado por la serpiente. Bajo la roca surgen una serie de reptiles que toman formas extrañas, muchos ha comentado que se trata de la evolución de los reptiles.
Cerca del árbol se encuentra una fuente representando a los cuatro ríos d el Edén y en su base hay búho observando la escena. En medio del árbol y la fuente puede apreciarse un pequeño cisne símbolo de la fraternidad. La escena también muestra toda serie de animales voladores, terrestres y marítimos y algunos seres fantásticos como el hipocampo y el unicornio.
Este panel aborda la vida humana y los diferentes placeres o entretenimientos de los que goza el ser humano. En el panel puede verse a decenas de humanos de todas las etnias desnudos, disfrutando de diversos placeres, especialmente los sexuales. La mayoría se encuentra en grupos comiendo, charlando u observando. La escena también incluye animales comunes y exóticos de tamaños anormales. Hay frutos gigantes como el madroño, la cereza, las fresas y las manzanas, todas ligadas a la tentación y el erotismo.
En la parte superior se encuentra una fuente similar a la del paraíso ahora desquebrajada representando lo efímero y mundano de los placeres humanos. En el centro del panel hay una piscina llena de mujeres, rodeadas por jinetes montando diferentes cuadrúpedos, símbolo de los pecados capitales como la lujuria.
Este panel muestra a los humanos siendo castigados por los pecados cometidos en el jardín de las delicias. Son torturados con los elementos con los que gozaban en su vida terrenal. El Bosco con su visión moralizante condena en este panel al juego, la lujuria, la avaricia, la hipocresía, la música profana, el alcoholismo, la codicias, etc.
La mayoría de los instrumentos musicales encontrados en el panel son usados como armas de tortura, hecho que le valió el nombre de “infierno musical”. Su infierno tiene diferentes temperaturas y un hombre árbol, al cual se identifica con el mismo demonio. En la parte superior se ven diversos incendios y almas en desgracia en lo que parece un enfrentamiento bélico.
Debajo del hombre árbol, se encuentra un lago congelado en el danzan algunos unos patinadores, al final uno cae al agua helada y termina luchando por salir. Más abajo puede apreciarse a diferentes animales de estilo demoníaco castigando a varias almas en pena, rodeados de grandes instrumentos musicales.
Su obra rompió con la estructura renacentista alejándose de la idea de un solo punto focal para dar cuenta a múltiples escenas relacionadas sin un orden específico. La gran variedad de escenas, figuras y personajes cuentan su propia historia, la cual se suma a lo planteado en cada panel. Son un mundo dentro de otro. Con un fin moralizante y social la obra nos muestra no solo el punto de vista del autor si no también el pensamiento de todo una época.
Recientemente una joven estudiante estadounidense encontró en el tercer panel dedicado al infierno, una partitura que comienza en un libro y termina en el trasero de un joven aplastado por un enorme instrumento de color amarillo. Ya que la partitura estaba escrita en neumas y otros símbolos de la época, la joven se dio a la tarea de actualizar la obra al actual pentagrama, obteniendo como resultado una pieza de 29 segundos. Tras ser publicado su hallazgo, la noticia y la pieza se volvieron virales.