Caterine Ibargüen Mena es una Atleta colombiana de salto triple, salto largo y salto de altura, reconocida por su habilidad en esa disciplina, tanto así que es llamada “La reina del salto triple”. Nació en Apartadó, Antioquia el 12 de febrero de 1984, y es hija de Francisca Mena y William Ibargüen Rivas. Fue criada por su abuela Ayola Rivas, y de niña inicialmente comenzó a jugar voleibol antes de practicar atletismo.
A la edad de 12 años, mientras estudiaba en el colegio San Francisco de Asís, llegó una visita de la Liga de Atletismo de Antioquia, donde citaron a todos los alumnos para realizar unas pruebas. El entrador Wilder Zapata fue el primero en analizar a Caterine, quien al ver su potencial le propuso trasladarse a la Villa Deportiva Antonio Roldán Betancourt en Medellín, donde posteriormente inició su entrenamiento de salto alto en el año 1996.
Cuanto tenía 15 años, Caterine ganó su primera presea a nivel internacional al ubicarse en el tercer puesto del Campeonato Sudamericano de Atletismo de 1999 en la modalidad de salto alto, tras registrar una marca de 1,76 m.
En el año 2000 comenzó a ser dirigida por la entrenadora cubana Regla Sandrino con quien fortaleció su desempeño en esa misma prueba, y como resultado de todos los entrenamientos, ganó su primera medalla dorada en los Juegos Bolivarianos de Ambato.
En ese tiempo, comenzó a competir en las especialidades del triple salto y salto de longitud en campeonatos de categoría junior. Precisamente en el año 2002, en el triple salto logró un récord nacional con un registro de 13,28 m. Participó en el Campeonato Mundial Junior de Kingston, pero no logró superar la fase de clasificación.
En el 2004 con la modalidad del salto de altura pudo asistir a sus primeros Juegos Olímpicos en Atenas y aunque no pasó de la etapa preliminar, empezó a ser reconocida en Sudamérica como la mejor atleta de la región en esa especialidad, ya que en el año 2005 implantó su mejor marca personal con un salto de 1,93 m. Con este precedente debutó en el Campeonato Mundial, el cual tuvo lugar en Helsinki, pero nuevamente falló en alcanzar la final de la competición.
Para el año 2006, Caterine Ibargüen compitió en el campeonato mundial en pista cubierta de Moscú, no logró obtener buenos resultados, por lo que pensó en su retirarse del atletismo. En ese entonces se trasladó a Puerto Rico para estudiar enfermería en la Universidad Metropolitana e inició una nueva etapa deportiva bajo la dirección del entrenador cubano Ubaldo Duany. Él le recomendó a Caterine que se enfocara en el salto de longitud y el triple salto.
Fue esta modalidad la que le comenzó a darle los mejores resultados, cuando en el año 2010 ganó dos medallas de plata: la primera obtenida en el Campeonato Iberoamericano con nueva marca nacional de 14,29 m, y la otra en los XXI Juegos Centroamericanos y del Caribe.
El 13 de agosto de 2011 en durante el Gran Prix Internacional de Bogotá, tuvo un notable progreso de 14,30 m a 14,99 m, igualando con este último registro el mejor salto del año de Yargelis Savigne. Con estas marcas se presentó al Campeonato Mundial de Daegu, donde se colgó la medalla de bronce con un registro de 14,84 m. A finales de ese mismo año, en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, logró ganar la medalla de bronce en el salto de longitud con marca de 6,63 m y la de oro en triple salto con nuevo récord de la justa de 14,92 m.
El siguiente paso para Caterine eran los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la antioqueña se presentó en las reuniones de Mónaco y el Grand Prix de Londres en el mes de julio por la Liga de Diamante, donde obtuvo en ambas competencias la victoria, con marcas de 14,85 m y 14,66 m respectivamente.
Caterine Ibargüen no era favorita para ocupar el podio, pero por haber superado la fase preliminar, el 5 de agosto consiguió la medalla de plata con un registro de 14,80 m, la primera para Colombia en la historia del atletismo olímpico. Su desempeño fue reconocido el 19 de agosto con la Cruz de Boyacá, por el presidente Santos, y el periódico El Espectador la designó como la “Deportista del año”.
Desde ese momento de gloria en Londres, Caterine logró 33 victorias consecutivas en la alta competencia. Se hizo campeona de las Ligas de Diamante en los años: 2013, 2014 y 2015. Fue campeona mundial en Moscú 2013 y Pekín 2015.
El 8 de julio de 2014, en la válida de la Liga de Diamante de Mónaco, saltó 15, 31m, logrando su mejor registro y récord para Suramérica; La IAAF lo consideró como el mejor salto en seis años. Para cerrar la temporada, se alzó con la victoria en la segunda edición de la Copa Continental con registro de 14,52 m como parte del equipo de las Américas y también en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe con nuevo récord de la competencia de 14,57 m.
En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, a Caterine, le bastó un salto de 14,52 m en la fase de clasificación para pasar a la final. En la disputa por las medallas, comenzó la serie de saltos con una marca de 14,65 m, y en su segundo intento sobrepasó por 3 cm los 15 m. En la cuarta ronda marcó 15,17 m que fueron suficientes para mantener el primer puesto, pues ninguna de las otras competidoras logró superar los 15 m. De esa manera Caterine Ibargüen logró ganar su primera medalla de oro olímpica, que se sumó a la plata del 2012. Además, fue el primer triunfo en el atletismo para Colombia en la historia de los Juegos Olímpicos. La Prensa Latina la nombró la “Mejor atleta femenina de Latinoamérica y el Caribe”.
Caterine Ibargüen empezó a proyectar cómo será su vida después del atletismo, ya que se ha lanzó como empresaria con una línea de complementos y optó por un máster sobre gestión deportiva.