Antonio Amador José de Nariño y Álvarez del Casal, conocido como Antonio Nariño, fue dirigente de la independencia de Colombia. Nació en Bogotá en 1765 y murió en Villa de Leyva en 1823. Descendiente de los españoles en América, es decir un criollo, su acomodada familia le permitió estudiar filosofía y derecho. Sus primeros años de vida la pasó como un criollo dentro de la administración colonial, aprendiendo a manejar su tierra y su escaso valor político. Se casó con doña Magdalena Ortega en 1785, fue alcalde, tuvo muy bueno negocios comerciales, fue tesorero de diezmos y tuvo un centro literario además de fundar el periódico La bagatela.
En 1794 causó una gran reacción al publicar “Los derechos del hombre” en su imprenta y esto lo lleva a convertir su vida en una constante incógnita pues rápidamente fue procesado por conspirador, le confiscaron los bienes, y se le condenó a diez años de presidio en África. Antonio Nariño logró escaparse y se fue a Europa donde intentó, en Inglaterra y Francia, obtener recursos para independizar Sudamérica. Pareciese que allí tomó contacto con la revolución y le marcó el centralismo político y administrativo. Pero por alguna razón vuelve a Bogotá donde es apresado y recluido durante seis años donde su salud decae considerablemente y es obligado a irse al campo para mejorar.
“Mientras más impunemente me digan que soy tirano, menos lo soy”. Antonio Nariño
Dice un artículo en honor a Antonio Nariño del Banco de la república: “No duran mucho, sin embargo, los inconscientes aleteos de una república que, sin saberlo, pretendió nacer de la revuelta de los comuneros del Socorro y de la publicación de los “Derechos del Hombre”; como el propio impresor, ella desmaya y casi muere durante diez largos años en que parece esfumarse de la historia, cual parecía esfumarse la vida del gran bogotano”.
Recobró la libertad después del 20 de julio de 1810 sirviendo en el nacimiento de la república como secretario del congreso y después como presidente de Cundinamarca.
Un poco después en las confrontaciones políticas que degeneraron en una guerra civil, Nariño fue el que presentó la opción centralista frente a los federalistas, que eran más en el congreso de las “Provincias Unidas de Nueva Granada”.
Fue presidente del estado de Cundinamarca, que es lo que hoy conocemos como Colombia, autónomo desde 1811; pero lo perdió en 1812 para recuperarlo el año siguiente y proclamarse independiente. Aun así, dejó la presidencia para liderar el ejército que intentaba enfrentar a los españoles desde el sur; los realistas lo derrotaron en 1814. Apoyando así la república tuvo que enfrentarse contra España en la reconquista, en la cual cae prisionero otra vez y dura otros seis años de presidio en El Callao, Lima y Cádiz.
En 1820 el pronunciamiento liberal del general Riego le devolvió la libertad. Volvió a América esperanzado con la república donde Simón Bolívar lo nombró vicepresidente de la recién creada “Gran Colombi a”
“Venero solo los gobiernos libres y extiendo mi atención, mi cortesía y urbanidad aún a mis mayores enemigos”. Antonio Nariño
En su honor el ministerio de la ley Primera creó el Departamento de Nariño el 6 de agosto de 1904. Es ahora una de las regiones segregadas del antiguo departamento del Cauca, con Pasto como su capital, esa ley fue sancionada por el presidente José Manuel Marroquín en el último día de gobierno. Otro homenaje a tener en cuenta es el nombre que se le da a la residencia oficial del presidente de Colombia pues se le llama Casa (o palacio) de Nariño. Se encuentra ubicado en el centro histórico de Bogotá y fue inaugurado el 20 de julio de 1908, se le llama no solo como homenaje, sino que los predios fueron los de la casa natal de Antonio Nariño.