Alberto Magno (c. 1193 – 1280) Filósofo y teólogo alemán, doctor de la Iglesia y figura prominente de la química del siglo XIII. Estudió matemáticas, filosofía y medicina en París y Padua y teología en Bolonia. Perteneció a la orden de los dominicos y fue maestro de Tomás de Aquino en Colonia. Entre sus obras sobresalen los Comentarios a la obra de Aristóteles y su Suma teológica.
Nació en Lauingen (Baviera) y cursó estudios en Italia y Francia. Fue ordenado en su tierra natal, donde luego se inició como docente. En 1246 recibió el magister en teología y paso ocupar la cátedra de esta área en la universidad de París. Mas tarde se trasladó a Colonia para enseñar en los colegios de orden dominicana. Tuvo entonces entre sus discípulos a Tomás de Aquino.
Fue rector de la Universidad de Colonia en 1249 y provincial de los dominicos de Alemania entre 1254 y 1257. Al surgir las disputas en torno a las órdenes mendicantes, se trasladó a Anagni, para defenderlas a capa y espada, frente a sus adversarios. El éxito que tuvo en esta tarea y el reconocimiento que esto trajo, le llevo a ser nombrado obispo de Ratisbona por el papa Alejandro IV, en 1260.
Renunció a su sede en 1262, tras la llegada del papa Urbano VI. Un año después fue nombrado predicador de las cruzadas y representante del papa en los países de habla alemana. Predicó por ese entonces la cruzada de Gregorio X en Alemania y Bohemia, y asistió en 1274, al II Concilio de Lyón, donde se continuó deliberando la conquista de la Tierra Santa y lo que esto representaba.
Sin sus escritos enciclopédicos, la empresa de Tomás de Aquino, habría sido imposible. Entre sus obras filosóficas sobresalen sus Comentarios a las obras de Aristóteles y Boecio y su De animalibus. En cuanto a la teología, destacan Suma de criaturas, Tratado acerca de la naturaleza del bien y Suma teológica.
Fue un gran investigador, sobre todo en el campo de la química.
Falleció en Colonia en 1280. Sus restos reposan en la iglesia de San Andrés de Colonia.
Fue declarado santo y doctor de la Iglesia en 1931 por el papa Pio XI. Su festividad se celebra el 15 de noviembre.
Es el patrón de los que estudian las ciencias naturales.