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Santo Tomás de Aquino

Biografía de Santo Tomás de Aquino
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Biografía de Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino (1224 – 7 de marzo de 1274) teólogo y filósofo. Nació en Roccaseca, actual Italia. Sus padres hacían parte de la aristocracia de la Italia meridional, fue enviado a Montecassino para iniciar sus estudios generales en gramática, latín, música, moral y religión, la intención de sus padres al enviarlo a este monasterio benedictino era para que realizara la carrera eclesiástica. Posteriormente se trasladó a Nápoles, donde estudió artes y teología, para ese momento Tomás de Aquino entró en contacto con la Orden de los Hermanos Predicadores.

En 1243 decidió ingresar en dicha Orden, pero su familia se opuso firmemente, e incluso su madre envió dos hermanos, miembros del ejército imperial, para que detuvieran a Tomás. En mayo de 1244, Tomás de Aquino permaneció retenido en el castillo de Santo Giovanni durante un año.  Luego de la intercesión de Juan el Teutónico, Federico II, accedió a dejar en libertad a Tomás. Luego se le permitió trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, durante este tiempo se preparó como maestro en teología.

Estando en París conoció a San Alberto Magno, con quien entabló una duradera amistad. Los dos eran parte de la Orden dominica y se entendían esplendorosamente, compartían una visión crítica pero flexible sobre el nuevo saber grecoárabe, que por aquel entonces era difundido a las universidades y centros de cultura occidentales. San Alberto Magno se sentía atraído por las grandes posibilidades intelectuales de su discípulo. En 1248 acompañó a San Alberto a Colonia, para colaborar en la fundación de una casa de estudios para la orden.

Fue el encargado de dictar varias cátedras reservadas a los dominicos, tarea que compaginó con la redacción de sus primeras obras, a partir de ese momento, Tomás de Aquino mostró un alejamiento de la corriente teológica mayoritaria, proveniente de las enseñanzas de San Agustín de Hipona. Estuvo en Italia durante tres años hasta 1268 al servicio de la corte pontificia en calidad de instructor y consultor del Papa, su labor principal era acompañarlo a sus viajes. Debido a sus responsabilidades tuvo que residir en varias ciudades italianas, tales como Anagni, Orvieto, Roma y Viterbo, gracias al renombre que tenía fue invitado a dar conferencias en las universidades de Nápoles y Bolonia.

En estos periplos del conocimiento conoció a personajes ilustres, como Guillermo de Moerbeke, el famoso traductor de las obras de Aristóteles, quien le dio el privilegio de leer varias de sus traducciones, entre ellas algunas que se encontraba prohibidas en la época: De Anima, De Sensu et Sensato y De Memoria et Reminiscentia y que Sto. Esto fue muy importante para Tomás porque luego comentará, junto con otras obras de Aristóteles como la Física y la Metafísica.

Durante estos años redactó varios comentarios al Pseudo-Dionisio y a Aristóteles, y también redactó la Suma contra los gentiles, en dicha obra realizó varias críticas de las filosofías y teologías presentes a lo largo de la historia. Posteriormente inició la redacción de su obra capital, la Suma Teológica, en la que trabajo entre 1267 y 1274, esta obra es realmente importante porque representa el compendio final de todo su pensamiento. Impartió su magisterio en París hasta 1272, siempre estuvo en medio de numerosas polémicas suscitadas por las órdenes religiosas, que lo atacaban, y también por los averroistas latinos, encabezados por Siger de Brabante, ellos habían modificado sustancialmente las enseñanzas aristotélicas que San Alberto y el mismo Tomás habían anteriormente introducido en la facultad de filosofía.

Este personaje logró comprender y dar una explicación sobre el averroísmo, interpretación del pensamiento aristotélico basada en los pensamientos de filósofo árabe Averroes, este resaltaba la independencia del entendimiento guiado por los sentidos y planteaba el problema de la contradicción de las verdades del entendimiento y las de la revelación. Lo anterior produjo una suerte de crisis en el pensamiento cristiano.

Tomás de Aquino afirmó la necesidad de que ambos pensamientos fueran compatibles, pues, procediendo de Dios, no podrían entrar en contradicción; ambas verdades debían ser complementarias, en otras palabras las de orden sobrenatural debían ser conocidas por revelación, mientras tanto las de orden natural serían posibles por el entendimiento; filosofía y teología. Tomás de Aquino fue conocido por la defensa de un realismo moderado. En último término, encontró una vía para conciliar la revalorización del mundo material que se vivía en Occidente con los dogmas del cristianismo, gracias a una interesante interpretación de Aristóteles.

Luego regresó a Nápoles con la tarea de establecer una casa de estudios, donde se encuentra con experiencias místicas que le absorben por completo, abandonando su actividad docente y de autor. Permanecerá allí hasta 1274. Luego, emprendió un viaje para dirigirse de Nápoles a Lyon, donde iba a celebrarse un concilio convocado por el papa Gregorio X, se trataba del Concilio de Lyon II. Pero Tomás de Aquino no pudo llegar porque enfermó repentinamente y fue acogido en la abadía de Fossanova. Finalmente, Tomás murió el 7 de marzo de 1274, cerca de Terracina. Posteriormente, sus restos mortales fueron trasladados a Tolosa de Languedoc el 28 de enero de 1369, fecha en la que la Iglesia católica lo celebra.

Muchos aseguran que por su activo papel en la religión católica y en la filosofía pudo ser víctima de envenenamiento por orden del rey de Sicilia, Carlos de Anjou. Luego de muchos años se afirmó que surgieron varios milagros y profecías cumplidas por Tomás de Aquino, por ello fue canonizado el 18 de enero de 1323. Tomás de Aquino ha sido uno de los intelectuales más profundos, sistemáticos y fecundos de la Historia. Considerado el máximo representante de la filosofía escolástica medieval, por su impecable trabajo en la reformulación de la teología cristiana, que apenas había progresado un poco desde los tiempos de San Agustín de Hipona, es decir, ocho siglos atrás.

 

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