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Historia

Historia de la Bomba Atómica

Historia de la Bomba Atómica
Dominio Público

Historia de la Bomba Atómica

La creación de la bomba atómica tiene como antecedente el descubrimiento de la fisión nuclear, un proceso físico descubierto a finales de 1938, por un grupo de científicos conformado por Leo Szilard, Eugene Paul Wigner, Albert Einstein y otros. Estos estudios se basaron en los avances obtenidos por el matrimonio Juliot-Curie. Este grupo de científicos fueron apoyados económicamente por el gobierno norteamericano para hacer una investigación profunda de la energía nuclear en el marco del desarrollo de la bomba atómica.

Una de las motivaciones del país norteamericano era iniciar su intervención en la Segunda Guerra Mundial. El 2 de diciembre de 1942 consiguieron poner en marcha el primer reactor nuclear, con intervención directa de Enrico Fermi, este físico había descubierto que las sustancias hidrogenadas y en general los elementos ligeros podían reducir la velocidad de los neutrones después de choques elásticos. Y así, estudió las propiedades de absorción y difusión de los neutrones lentos. Los estudios de Fermi fueron la base de los primeros cálculos serios de la energía que se podía liberar en una bomba nuclear.

Posteriormente, el 16 de julio de 1945 los trabajos para la consecución de la primera bomba nuclear de fisión estaban en avance, este proyecto recibió el nombre de proyecto Manhattan y fue dirigido por Robert Oppenheimer, se desarrolló en varios centros, pero los ensayos finales fueron llevados a cabo en Alamogordo (Nuevo México), el combustible empleado fue plutonio-239. Luego de 2 años y 3 meses y una inversión de 2.000 millones de dólares, Estados Unidos consiguió su objetivo de construir la primera bomba atómica.

Poco tiempo después, el presidente Harry S. Truman, el 26 de julio de 1945 en actitud de venganza por los atentados de Pearl Harbor, instó al pueblo japonés a rendirse, por medio de la Declaración de Potsdam, de lo contrario advirtió que sufrirían una devastadora destrucción. Ante la negativa de Japón, Truman ordenó el 6 de agosto de ese año el lanzamiento de la primera bomba atómica, un artefacto nuclear cargado de Uranio-235 bautizado como “Little Boy”, fue lanzado en la ciudad de Hiroshima.

El presidente estadounidense se jactaba de dicha situación, catalogándola como una hazaña científica lograda por grandes cerebros como, Robert Oppenheimer, Niels Böhr y Enrico Fermi. Desde ese momento, Estados Unidos fue un país activo en la Segunda Guerra Mundial. Luego se ejecutó el 9 de agosto el lanzamiento del Fat Man, otra bomba atómica esta vez de constituida de plutonio-239 que arrasó la población de Nagasaki en Japón.

Inglaterra decidió unir concentrar los esfuerzos con el país norteamericano, esta decisión fue tomada por el presidente Clement Attlee, pero secretamente formaron un comité secreto sobre la energía atómica llamado GEN-75, dirigido por el físico William G. Penney, que había tenido una importante participación en el Proyecto Manhattan. El nombre del proyecto era “Basic High Explosive Research” y estuvo localizado en el Arsenal de Woolwich. La primera bomba atómica británica, se llamó Hurricane, una versión sólo ligeramente mejorada de la bomba de Nagasaki, fue ensayada el 3 de octubre de 1952.

Alemania se unió a la tendencia en la búsqueda de crear armas atómicas, pero este país enfrentó varios problemas; carecía de acceso a fuentes de uranio, el enfoque de los científicos alemanes no era el indicado para la ejecución del proyecto, tuvieron ciertos problemas por contaminación de nitrógeno del carbono usado en las pruebas dirigidas por el profesor Walther Bothe de Heidelberg. Más adelante, El programa nuclear alemán inició estudios en pequeños laboratorios, pero se trató de una serie de esfuerzos científicos aislados que algo a escala industrial.

Otro de los motivos por los que el programa nuclear alemán no avanzó rápidamente fue por las políticas antisemitas que obstaculizó el desarrollo intelectual de varios científicos eminentes de raíces judías, se vieran obligados a abandonar el país, se destacan Leo Szilard, Lise Meitner, Hans Bethe y Albert Einstein. Muchos de ellos aportaron a los proyectos de investigación anglo-norteamericano. La única manera por la cual Alemania gozó de armamento nuclear fue en 1958 en los acuerdos con la OTAN.

En el caso de la Unión Soviética, antes de la invasión de la URSS se habían realizado varios estudios muy bien documentados sobre la posibilidad de construir armas atómicas por parte de los físicos Yakov Zeldovitch y Yuri Khariton.  Como resultado, el primer reactor nuclear soviético comenzó a operar en la Navidad de 1946, en el Instituto Kurchátov de Moscú. Fue bautizado F-1, y estaba hecho a base de grafito. También surgió el Pu-239 fundamental para las primeras bombas atómicas soviéticas.

De largo años de estudios surgieron dos bombas, la RDS-1 una imitación de la bomba lanzada sobre Nagasaki y la la RDS-2. La primera fue ensayada el 29 de agosto de 1949 en el polígono de Semipalatinsk (Kazajistán). A partir de este momento Estados Unidos dejó de ser la única potencia nuclear del mundo. Dos años después crearon una bomba atómica más refinada tecnológicamente, fue ensayada el 24 de septiembre de 1951, liberando 38 Kt.

Para esta época las naciones europeas y también asiáticas estaban todas en miras a generar sus armas atómicas, así como las mencionadas anteriormente, países como Francia, que detonó su primera bomba atómica, Gerboise Blue, el 13 de febrero de 1960 en Reganne. Era una bomba “tipo Nagasaki” mucho más sofisticada, que liberó una potencia de 65 kt. Ningún país ha logrado una cifra tan alta en su primera prueba. Esta arma fue militarizada durante los primeros años 60. Finalmente, a este proyecto armamentista siguieron países como: China, Israel, India, Pakistány Corea del Norte.

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