Santa Ana (Siglo I a.C – Siglo I d.C) Madre de la Virgen María. Según cuenta la tradición cristiana, Ana dio a luz a la Virgen María a edad avanzada, a pesar de ser estéril. Este milagro concedido a Ana y su amable esposo Joaquín, le fue comunicado a través de un ángel, cual también le haría saber la importancia que tendría su única hija. Ana es considerada la patrona de las mujeres embarazadas, las trabajadoras y los mineros.
La poca información que se tiene sobre Ana y su esposo provienen de los textos apócrifos que han sido encontrados con el paso de los años. Según estos Ana provenía de Belén y su nombre significaba Graci a. Al llegar a la edad adulta se unió a Joaquín y con este se mudó poco después a Jerusalén. Allí tras veinte años de esterilidad tendría a su única hija, María. Se cuenta que entonces familia poseía varias cabezas de ganado y vastos rebaños.
Según cuenta el protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana, vivían en Nazaret, eran una pareja rica y piadosa, pero no tenían hijos; situación que acongojaba a ambos. Cierto día festivo, Joaquin se dirigió al templo, pero al llegar allí fue expulsado por un tal Rubén, el cual lo humilló prohibiéndole la entrada, ya que un varón que no tenía descendencia era poco digno.
Afectado por las palabras de Rubén, Joaquín se dirigió a las montañas y allí manifestó su dolor y frustración, pidiendo a Dios que intercediera en su favor. Lo mismo hizo Ana, al enterarse del terrible suceso. En su hogar lloró suplicante pidiendo a Dios que levantara la maldición de la esterilidad; entre suplicas prometió también, dedicar a aquel hijo a su servicio.
Las suplicas de la pareja fueron finalmente escuchadas; un ángel se les apareció simultáneamente y les comunicó el nacimiento de su hijo, el cual sería bendecido por todo el mundo, pues tendría una importante labor. Como lo prometió el ángel, Ana dio a luz nueve meses después a la madre de Jesús, la Virgen María. El feliz matrimonio cumplió con su promesa llevando a la pequeña al templo, donde vivió prestando servicio por doce años. Posteriormente fue entregada como esposa a José.
Con el paso de los años el culto de Ana se extendió por toda Europa y América. En la actualidad, Ana es la patrona de Bretaña (Francia) y de la provincia de Quebec en Canadá. En Francia se le rinde culto en la Basílica de Sainte-Anne d’Auray y en Canadá en el santuario de Santa Ana de Beaupré. Santa Ana es además la patrona de las mujeres embarazadas, las trabajadoras y los mineros.