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San Antonio de Padua

Biografía de San Antonio de Padua
Antonio de Pereda [Public domain]

Biografía de San Antonio de Padua

San Antonio de Padua (1195 – 13 de junio de 1231) sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo. Nació en Lisboa, Portugal. Su nombre de nacimiento era Fernando Martins. Su padre Martín de Alfonso, fue un caballero portugués descendiente de nobles franceses, y su madre María Taveira. Se educó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa. Allí fue educado por hombres muy cultos como Pedro, y Petrus Petri. En primera medida, sus parientes y amigos trataron de hacerle abandonar su vocación. Ofuscado, decidió renunciar a la herencia familiar y trasladarse en 1212 al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, importante centro de enseñanza religiosa.

Duraba varias horas del día en la biblioteca leyendo libros de teología. Lamentablemente, tampoco encontró un estado de calma y tranquilidad pues el monasterio se vio afectado por el enfrentamiento entre el rey Alfonso II de Portugal y el papa Inocencio III: fue testigo de varias excomulgaciones cometidas a sus profesores porque muchos apoyaron abiertamente al monarca portugués. En el año 1219, ya sacerdote, y fue enviado a la pequeña comunidad franciscana de Coimbra, se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza. Luego, decidió ser parte de una nueva orden que para el momento era nueva y tenía poco prestigio y reconocimiento.

Fray Juan Parenti, provincial de España, presidió la sencilla ceremonia de toma de hábito franciscano, allí recibió el nombre Antonio. Realizó un breve noviciado, e impulsado por el ejemplo de los mártires franciscanos, se embarcó hacia Marruecos junto con otro hermano de orden, fray Felipe de Castilla. Sin embargo, al poco de desembarcar contrajo la malaria, enfermedad que le dejaría secuelas para toda la vida; para recuperarse se vio obligado a abandonar el país. Permaneció algún tiempo en Milazzo, donde había una comunidad franciscana. Luego de restablecerse, conoció a San Francisco de Asís y se puso al servicio de fray Gracián.

Fray Gracián lo envió durante un año al eremitorio de Montepaolo. A mediados de 1222, Antonio de Padua predicó en la catedral de Forli en el marco de unas ordenaciones de franciscanos y dominicos. Fue nombrado predicador por su provincial y ejerció su ministerio por todo el norte de Italia, donde se extendía por muchos lugares el catarismo. Dio enseñanza de catequesis en Rímini. Estuvo también en Bolonia, enseñando teología a otros frailes franciscanos en el convento de Santa María de la Pugliola; fue el primer maestro de la orden. Fue trasladado al sur de Francia, donde los albigenses tenían más fuerza. Su método para combatir la herejía consistió en dar ejemplo con su vida, en charlas con los no creyentes y en catequesis para fortalecer la fe de los cristianos.

Prosiguió su enseñanza teológica en Montpellier y Tolosa. Uno de los grandes aportes de este hombre fue el establecimiento de la residencia de los franciscanos de la ciudad en una antigua ermita benedictina y fundó un convento cerca de Brieve. Fue participe del sínodo de Bourges. Antonio de Padua señaló a los prelados la necesidad de vivir en sencillez para dar ejemplo. Con la muerte de San Francisco el 3 de octubre de 1226 viajó a Asís, como custodio de Limoges, fray Juan Parenti. Buen conocedor de la valía de Antonio, le nombró provincial de Romaña. Entonces, Antonio de Padua recorrió los lugares de su provincia donde había conventos franciscanos; predicó en la catedral con gran impacto y conoció al teólogo y canónigo regular Tomás Galo.

Estando en Padua fundó una escuela de franciscanos y comenzó a escribir una serie de sermones. Gracias a él aumentaron las misiones de predicación y la fundación de conventos. Pidió su renuncia por su mal estado de salud, se aceptó su renuncia a cambio de formar parte de una comisión que debía presentar al papa Gregorio IX varias cuestiones sobre la regla franciscana que el pontífice debía estudiar y aprobar. Se dice que colaboro en la redacción de la bula Quo elongati, respuesta a los problemas planteados por la orden al pontífice. Después marchó al que sería su último destino, Padua, en la que se entregó con tal ardor, por ello fue llamado San Antonio de Padua. Se instaló primero en la capilla de la Arcella para predicar en el convento franciscano de Santa María, extramuros de la ciudad.

Fue el autor de una serie de sermones según las fiestas del año litúrgico y predicó hasta el agotamiento la Cuaresma de 1231, por petición del cardenal Rinaldo Conti. En mayo, su salud era peor, se retiró al cercano lugar de Camposampiero para descansar y terminar de escribir los Sermones. Pero la gente tuvo conocimiento del lugar en que estaba y acudió en masa para pedirle consejo. Muy enfermo pidió que le trasladasen a Padua. Así se hizo, esa misma tarde murió San Antonio de Padua. Es venerado por ser el fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y hombre de gobierno, su legado fueron varios tratados de mística y de ascética; también sus sermones. Un año después de su muerte fue canonizado, y su culto, se popularizó a partir del siglo XV. Es representando por Goya en los frescos de la Ermita de San Antonio de la Florida. Fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1946 por el papa Pio XII; y su fiesta se celebra el 13 de junio.

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