El militar y político Rafael José Urdaneta Farías nació el 24 de octubre del año 1788 en la costa oeste del lago Maracaibo, en el municipio de La cañada de Urdaneta, Provincia de Maracaibo, perteneciente a la entonces Capitanía general de Venezuela, y murió el 23 de agosto del año 1845 en la ciudad de París, Francia. En vida se distinguió por ser una de las figuras ilustres que abogaba por la independencia de Venezuela, además de ser una de las personas más leales a las causas de Simón Bolívar. Luego del resultado favorable que obtuvo el movimiento independentista se desempeñó como ministro de defensa mientras que Simón Bolívar era presidente de la Gran Colombia entre los años 1819 a 1830, luego entre los 1830 a 1831, Rafael Urdaneta figuraría como el último presidente que tendría la Gran Colombia, pues el territorio pasaría a ser República de la Nueva Granada.
Nació como uno de los diez hijos en total que tendría el segundo matrimonio de Miguel Jerónimo Urdaneta Barrenechea y Troconis con María Alejandrina Farías Jiménez, ambos eran pertenecientes a destacadas familias descendientes de españoles. Sus estudios se llevaron a cabo en el Seminario de Caracas; realizando estudios de latín, el Convento Franciscano de Maracaibo; aprendiendo sobre filosofía, la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá; ayudando en labores de contador a su tío, y el Colegio de San Bartolomé; siendo el responsable de los pagos a las tropas y aprendiendo sobre su administración. Su tiempo como miembro militar activo empezó en el año de 1810 con declaración de la independencia de Santa Fe de Bogotá, ingresando para entonces a un grupo conocido como el Batallón de voluntarios de la guardia nacional.
Inicialmente comenzó con el cargo de teniente y al transcurrir dos años, debido a sus logros es ascendido al nivel de coronel. Al ser un gran conocedor de la organización militar termina siendo parte de muchos planes y acciones que realiza Simón bolívar, el cual termina por considerarlo el hombre más fiel a sus convicciones, además de aquel en el que más se puede confiar de todos los que le rodean. A lo largo de los años 1813 a 1821 participó en numerosas batallas, entre éstas: la batalla de Bárbula, la Retirada hacia el oriente, el Asedio de Santa Fe de Bogotá, la Toma de Maracaibo, entre muchas otras en que por su excelente actuación le llevaron a ganarse el ascenso de rango al de general en jefe. El 31 de agosto del año 1822 se une en matrimonio con Dolores Vargas París, la cual era una simpatizante de la independencia e hija del mártir Ignacio de Vargas Tavera, con la que posteriormente tendría un total de once hijos.
Para el año de 1824 se le designa como intendente del Estado de Zulia. En 1828 acusa a Francisco de Paula Santander como uno de los principales responsables de la Conspiración septembrina, la cual buscaba la muerte del entonces presidente Simón Bolívar. Aunque Urdaneta severamente sentenció a Francisco de Paula Santander a recibir la pena de ejecución, Bolívar terminó por cambiar su castigo por las hazañas que realizó con anterioridad; brindándole como nueva sentencia un exilio permanente. Debido a esta decisión los simpatizantes de Santander empezaron a ponerse en contra del gobierno, buscando la desintegración de la Gran Colombia, por lo que Urdaneta se encarga de tomar la presidencia, derrocando a Joaquín Mosquera, para mantener la unión del territorio.
Las acciones de Urdaneta no pudieron frenar a los simpatizantes de Santander y en el año de 1831 renuncia a su cargo, siendo su gobierno de apenas dos años, permitiendo que las gentes decidan su nueva forma de gobierno y huyendo a la ciudad de Santa Marta para evitar cualquier perjuicio con él. No obstante un ejército reunido por el general Juan Nepomuceno le persigue e instiga para que abandone el país y logra garantizar el regreso de Francisco de Paula Santander al país. Tras el exilio intentó regresar a su tierra natal, pero debido a que se sabía su labor como uno de los hombres más fieles a Simón Bolívar y que sus convicciones chocarían con las del General José Antonio Páez, se le prohibió el ingreso.
Trasladándose constantemente de lugar en lugar gastó por completo su fortuna, hasta el momento en que llegó a la provincia de Coro, donde se repuso participando en el congreso, sirviendo en labores de comisionado y como ministro. Hacia 1839 se ve afectado por una ceguera leve, por lo que se siente obligado de abandonar su cargo como ministro y solicitar una pensión por invalidez. En 1842 se le nombra Gobernador de la provincia de Guayana y tres años después se le encarga la responsabilidad de entregar ante el gobierno de España la ratificación de los acuerdos de independencia. Sin embargo durante el trayecto enfermó gravemente y pese a someterse a revisión médica falleció en Paris.