Noé (en árabe Noaẖ) es un personaje bíblico encontrado también en el Corán. Según las escrituras fue la persona elegida por Dios para perpetuar la humanidad tras el gran diluvio. Fue el último de los patriarcas superlongevos anteluvianos (vivió 950 años) y en las religiones abrahámicas es considerado el padre de la humanidad. Noé aparece retratado en el Génesis, libro en el que Dios le ordena construir un arca en la cual albergaría a dos ejemplares de cada una de las especies, junto a su familia. Una vez terminado el Gran diluvio, su familia dio origen a todas razas del mundo.
Perteneciente a la novena generación tras Adán, según el Génesis Noé era hijo de Lamek
Una vez construida el arca y con una pareja de cada especie en esta, Noé, su esposa, sus tres hijos Sem, Cam y Jafet y sus mujeres, se embarcaron. Sobrevino entonces el diluvio, que duraría 40 días. Después de que dejó llover, Dios estableció un pacto con Noé y su familia para que no se repitiera ya ningún diluvio.
«Yo establezco mi pacto con vosotros, y nunca más volverá a ser exterminada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra» (Gn. 9:11)
Tras establecer el pacto, Dios renovó además los preceptos dados en la creación, incluyendo dos variaciones: el hombre podía matar y comer animales, y el hombre que matara a otro hombre sería castigado a partir de entonces por sus semejantes.
Más adelante Noé, padre de la humanidad y primer agricultor, descubriría causalmente el vino. Después de probarlo, se embriagó y quedó desnudo. Mientras que Jafet y Sem, lo cubrieron respetuosos, Cam se burló del padre. Por lo que Noé maldijo entonces al hijo de este, Canaán, a ser sirviente de la estirpe de Sem (los semitas), de cuya descendencia nacería el pueblo de Israel. Es sobre esta base que los israelitas reivindican su derecho sobre la tierra de Canaán (Fenicia y Palestina).
En el Corán, también aparece la figura de Noé, quien es considerado por Islam como uno de sus profetas.