Realeza
Luis XIV de Francia
Biografía de Luis XIV de Francia
Luis XIV (5 de septiembre de 1638 – 1 de septiembre de 1715) Rey de Francia y de Navarra. Nació en Saint-Germain-en-Laye, París, Francia. Muy conocido como el Rey Sol. Su padre, Luis XIII, y su madre, Ana de Austria, presagiaron un gran futuro para Luis desde que nació, ya que nació con dos dientes cuestión que fue considerada como una señal de buen augurio. Su padre murió en el año 1643, como Luis era tan solo un niño, Ana de Austria asumió la regencia y confió el gobierno del Estado y la educación del niño al cardenal Mazarino, sucesor en el favor real del cardenal Richelieu. Debemos indicar que, Mazarino inculcó al heredero el sentido de la realeza. Además, Mazarino siempre fue consciente de las habilidades de Luis para gobernar.
Luis fue testigo de las luchas civiles de la Fronda. Lo anterior se dio por la mala administración de Mazarino y la instauración de nuevos impuestos que generaron las protestas de los llamados parlamentarios de París: prestigiosos abogados que registraban, autorizaban y vigilaban las leyes. Mazarino dio la orden para que detuvieran a Broussel, uno de sus líderes, provocando con ello la sublevación de la capital y la huida de la familia real ante la furia de las multitudes. Entonces, el primer ministro llamó a las tropas de Luis II de Borbón-Condé, Gran Maestre de Francia y héroe nacional; pero su mal actuar hizo que surgiera una nueva confrontación: la segunda Fronda, la de los príncipes.
La familia real regresó al palacio del Louvre, pero una noche, las turbas invadiesen sus aposentos y cuando llegaron al cuarto de Luis sorprendentemente la cólera del pueblo desapareció. Luego, como buenos súbditos abandonaron el palacio, pidiendo la protección divina para el joven príncipe. Ahora bien, Luis XIV fue coronado rey de Francia en la catedral de Reims el 7 de junio de 1654, una vez pasado el huracán de las Frondas. A partir de ese momento, se tomó muy enserio los asuntos de Estado. Además, realizó varios movimientos estratégicos para el bien de Francia, ejemplo: casarse con la infanta española María Teresa de Austria, hija de Felipe IV de España.
Luis XIV fundó la monarquía absoluta en Francia, según un concepto cuya difusión aseguraría: el del despotismo por derecho divino. Esto comenzó a erigirse con Richelieu y Mazarino. El monarca creó una tríada ministerial formada por Jean-Baptiste Colbert, François-Michel Le Tellier, marqués de Louvais, y Hugues de Lionne, ellos eran los únicos que asistían a las reuniones de los consejos de Estado. Luis XIV fue un rey bastante estricto, ordenó el arresto de Nicolas Fouquet, superintendente de Finanzas de Mazarino, bajo la acusación de malversar fondos públicos. Condenado a prisión perpetua en la fortaleza de Pinerolo, Fouquet desde ese momento todos los que servían al rey lo tomaron como una advertencia.
De esta forma la autoridad real se elevó más aún: el rey se asumió como un representante de Dios sobre la tierra y como un ser infalible, puesto que su poder le venía de Dios. Luis XIV se propuso encarnar a Francia en su sola persona, gracias a la centralización absoluta, la obediencia pasiva y el culto a la personalidad real. Desde ese momento los servidores del rey dejarían de ser un factor esencial en la política francesa para cristalizar en una clase social parasitaria, egoísta y proclive al esnobismo. Debemos indicar que durante el reinado de Luis XIV la nobleza desarrolló una estrecha dependencia moral y económica con la figura del rey.
El rey tuvo varias amantes, la primera fue poco tiempo de su casamiento, con su cuñada madame Enriqueta, duquesa de Orleans, y, luego, tomó por amante a una dama de honor de ésta, Louise de La Vallière. Ella le dio tres hijos ilegítimos que serían criados por la esposa de Colbert. En 1667 tuvo un amorío con François-Athénaïs de Rochechuart, la espléndida marquesa de Montespan, de siete hijos legitimó cuatro. Para Luis XIV la guerra estaba ligada con la economía nacional, con el objetivo final de imponer la supremacía francesa en Occidente. La revolución económica que llevó a cabo permitió un ejército capaz de hacer de Francia el estado más poderoso de Europa. Luego de 1665, Luis emprendió una batalla jurídica para reclamar los Países Bajos españoles en nombre de su mujer. Años después, invadió los territorios flamencos, apoderándose de las plazas más importantes de la frontera.
Se firmó la Paz de Aquisgrán de 1668, por la que España recuperaba Besançon y Francia se apoderaba de Flandes. Desde ese momento se desataron varias confrontaciones. La larga guerra terminó con el Tratado de Nimega, por el cual el Rey Sol renunciaba a Flandes, pero consolidaba las fronteras del norte y del este, y obtenía el Franco Condado español. Entrada su adultez podemos decir que este hombre ya había asegurado la fortuna política y militar. Se dio una nueva etapa en la vida de Luis XIV cuando se casó secretamente con madame de Maintenon.
La influencia de madame de Maintenon, fue fundamental en la devoción del rey, porque quiso imponer en el reino la unidad de la fe católica y consideró al protestantismo como una ofensa. Se desató entonces una ola de conversiones en masa, algunas con el uso de la violencia, las escuelas calvinistas fueron cerradas, los templos demolidos y los pastores desterrados. En pocas palabras, Luis XIV sumó así a sus enemigos naturales el mundo de La Reforma. Ante esto, Inglaterra, Alemania y Austria se unieron en contra del expansionismo francés. La guerra resultante tuvo una larga duración. Esta terminó con La Paz de Ryswick, esto significó el primer retroceso en el camino imperial de Luis XIV. Países como Austria, Inglaterra y Holanda se levantaron contra la hegemonía francesa. Humillado en el campo de batalla, el rey aceptó el Tratado de Utrecht.
Lo anterior fue un duro golpe para el Estado francés y el régimen absolutista de Luis XIV, ya desgastado por la crisis social y económica. A pesar de ello, el orgullo y egoísmo del monarca continuaba inmutable. Tuvo que refugiarse en los brazos de su esposa y ser testigo de las innumerables revueltas del pueblo francés. Luis XIV se transformó en un hombre derrotado, melancólico y enfermo. En agosto de 1715 contrajo gangrena. Finalmente, su vida terminó el 1 de septiembre de 1715. Su reinado, posibilitó un extraordinario florecimiento de las letras, que abarcó los más diversos campos. Su inclinación por la geometría decorativa se vio reflejada en los parques y jardines; la nueva arquitectura encontró su máxima expresión en Versalles.