Lucio Marineo Sículo (c.1444-1533) fue humanista, educador e historiador siciliano del renacimiento. Formado en su natal Italia, tras dar clases en Palermo, aceptó mudarse a España y por doce años enseñó en la Universidad de Salamanca. En 1497 entró al servició del rey Fernando V el Católico siendo cronista y capellán en la corte española. Fue tutor de los hijos del rey, así como de otros señores. Con su afán por los estudios humanísticos contribuyó grandemente al renacimiento español Su obra más célebre, la crónica De rebus Hispaniae memorabilibus, se publicó por primera vez en 1530.
Nacido en Bidino, Sicilia, en una familia ajena a la cultura, su nombre de nacimiento era Lucas di Marinis. Desde muy temprana edad mostró gran predisposición para los estudios, pero no comenzó su formación hasta los veinticinco años, debido a la reticencia inicial de su padre. Aprendió leer y escribir con la ayuda de uno de sus sobrinos, y ayudado por Federico Manuel, vicario de Vizzini, más tarde comenzó estudios en esa localidad. En 1475 fue discípulo de Pietro Anguessa en Catania, y de 1476 a 1477, estudió griego y otras materias, como el Latín, con Giacomo Mirabella y Giovanni Naso en Palermo.
Tras sus años en Palermo, continuó estudios en Roma en la Academia de Pomponio Leto; como era costumbre en esa época, durante su estancia, latinizó su nombre al de Lucius Marineus Siculus
Durante esos años, como erudito, Marineo se granjeó la amistad y el apoyo de nobles y personajes influyentes. En ese contexto le fue fácil intimar con Fadrique Enríquez, el hijo del almirante de Castilla, quien lo invitara a formar parte de su séquito y regresar con él a España en 1484. Marineo dejaba así su Sicilia natal.
Ya en España, Marineo pasó enseñar en la Universidad de Salamanca. Durante doce años, entre 1485 y 1497, ocupó las cátedras de Oratoria y Poesía . En las aulas salmantinas, coincidió con algunos de los personajes más notables de la sociedad de la época; sin embargo, tuvo una difícil relación con el maestro Antonio de Nebrija.
Requerido en varias ocasiones por los Reyes Católicos, en 1497 aceptó finalmente su invitación y se unió a la corte. Abandonó pues para siempre el estudio salmantino y hasta el final de sus días sirvió en la Corte. En ella desempeñó los cargos de capellán real (nombrado por la reina), maestro de los capellanes y cronista de los reyes. Como tal, en el año 1500, el rey Fernando el Católico le encargó la redacción de la historia de su padre Juan II, siendo este el primer proyecto histórico que escribiría para los reyes. Un año después, en 1501, fue elegido maestro de los capellanes y de los pajes de Palacio.
Desde su ingreso a la Corte, Marineo llevó una vida itinerante al igual que los propios Reyes, lo que en cierto grado y para disgusto suyo, entorpeció sus deseos de consagrarse al estudio y a la vida religiosa. Pese a su posición privilegiada y diversas ocupaciones cortesanas, siempre se vio agobiado por la estrechez económica. Esto lo forzó a buscar frecuentemente el apoyo de otros personajes influyentes y a ejercer como profesor particular. Le fueron de gran ayuda los distintos beneficios eclesiásticos que comenzó a recibir en el año 1505 . Ese año, el rey Fernando lo nombró abad de Santa María de Bordonaro en Messina; un año después se le otorgó una pensión por la abadía de Santa María Terrana, la cual nunca llegó a ser efectiva.
Tras la muerte del rey Fernando en 1516, Marineo pasó a estar bajo las ordenes de su sucesor el rey Carlos I. Conservó todos sus cargos y las prebendas otorgadas hasta entonces por el Católico
Otras obras suyas fueron De Aragoniae Regibus et eorum rebus gestis libri V (1509) y el epistolario Epistolarum familiarum libri XV.
Marineo falleció en Valladolid, España, en el año 1533.