Lázaro Cárdenas del Río fue un militar y político, que estuvo a cargo de la presidencia de México entre los años de 1934 y 1940. Nació el 21 de mayo de 1895 en Jiquilpan, Michoacán, México, y murió el 19 de octubre de 1970, a la edad de 75 años, víctima del cáncer. Su padre, Dámaso Cárdenas Pinedo, y su madre, Felicitas del Río Amezcua, eran oriundos de Michoacán.
Nacido en una familia indígena humilde, Lázaro Cárdenas sólo curso la primaria (que en aquella época era lo mismo que cursar primaria y secundaria hoy en día). Su infancia fue dividida entre el mundo agrario y la sociedad artesana y comercial.
Cuando tenía 18 años fue socio propietario de un taller de imprenta en Jiquilpan, el cual compró a crédito. Uno de los capitanes revolucionarios antihuertistas en aquella época, de apellido Lemus, le encargó la producción de millares de anuncios revolucionarios, los cuales llamaron mucho la atención del joven Lázaro Cárdenas quien tomó la decisión de cambiar su carrera como impresor por la de revolucionario.
En el año de 1914 inició su carrera militar cuando se unió a la Revolución mexicana, diez años después ya era general de brigada. Fue jefe de operaciones de Veracruz y Michoacán. Dio su salto a la política con el apoyo del presidente Plutarco Elías Calles (militar revolucionario). Este vio a Lázaro Cár denas como un hijo por lo que se encargó, con el tiempo, de formarlo a su imagen; lo ayudó a subir al puesto de gobernador de Michoacán en 1928, y lo impulsó a ganar simpatía política en todo el país creando escuelas, repartiendo tierras e impulsando las asociaciones sindicales y la democratización de la universidad.
Después fue ministro del interior desde 1930 a 1932 y ministro de guerra desde 1932 a 1934.
El 10 de diciembre de 1934 ganó las elecciones presidenciales, contando siempre con el apoyo de Plutarco Elías Calles, quien aún tenía gran influencia en la política mexicana. Una vez que estuvo en el poder, Lázaro Cárdenas tomo su propio rumbo político, el cual estaba más inclinado hacia la izquierda. Desde el principio de su campaña, Cárdenas tenía muy claro sus objetivos de gobierno, los cuales incluían, entre otros, una educación socialista y justicia social para los agraristas (la cual se conseguiría por medio de una reforma agraria). Entre 1937 y 1938, Cárdenas estuvo promoviendo el voto femenino, sin embargo, los legisladores y camarillas lograron que esta reforma a la constitución no se hiciera posible.
Cárdenas llegó a expulsar del país a su antiguo protector, quien tuvo que exiliarse en Estados Unidos en 1936. Creó el Partido Revolucionario Mexicano (antecedente del posterior PRI), en el cual se integraron un amplio espectro de reformistas y progresistas: comunistas y socialistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la Confederación Nacional de Campesinos.
El gobierno de Cárdenas organizó la repartición de más de dieciocho millones de hectáreas a aquellos usurpados mexicanos, lo cual fue casi el doble de lo que todos los gobiernos de sus predecesores juntos habían llegado a repartir. Pero, al distribuir tierras sin proporcionar los servicios de infraestructura necesarios condujo a una agricultura de inestabilidad en la cual el campesino es capaz de alimentar a su familia, pero no produce un excedente para poder vender al mercado.
Para evitar los problemas del abastecimiento de las ciudades y del mercado de exportación, Lázaro Cárdenas recurrió a un sistema comunal genuinamente mexicano, el ejido. Los ejidos incluían a cientos de familias a las que el Banco de Crédito Ejidal proporcionaba financiación, escuelas y hospitales.
Bajo el lema “México para los mexicanos”, Lázaro Cárdenas llevó adelante una política de nacionalizaciones, especialmente trascendente por lo que respecta al petróleo; ello le enfrentó con Estados Unidos y le obligó a buscar compradores en Alemania.
Las empresas petroleras se privatizaron el 18 de marzo de 1938 y eso lo informó Cárdenas a todo el país. Su gobierno aceptó pagar lo que se le había prestado del extranjero en un plazo de 10 años, punto señalado en una ley.
Es importante saber que unos de los países que se vieron afectados por la privatización petrolera fueron Gran Bretaña y el gobierno de los Estados Unidos; este último pidió que se devolviera lo tomado, pero Lázaro Cárdenas se negó rotundamente. Debido a eso los gobiernos británicos y estadounidenses bloquearon la expropiación por lo que Cárdenas dejó la presidencia de México y no se dio ningún arreglo con la mayoría de las empresas que fueron expropiadas.
Cuando Manuel Ávila Camacho fue el presidente de México, Cárdena fue Secretario de Guerra y Marina. Más tarde se fue a vivir cerca del Lago Pátzcuaro. Trabajó en diferentes proyectos de clínicas gratuitas, además de hacer llegar más educación a las personas de bajos recursos económicos.
Defendió y peleó por los derechos humanos, por una mejor política nacional e internacional y fortaleció la democracia en Latinoamérica, hasta el momento de su muerte en 1970.
Su legado fue el haber creado más ciudades, pueblos, comunidades, calles y carreteras; debido a eso muchos de las anteriores llevan el nombre de Lázaro Cárdenas, en honor a su lucha por la integración y avance de su país.