Juan María Montalvo Fiallos (13 de abril de 1832 – 17 de enero de 1889) escritor y ensayista. Nació en Ambato, Ecuador. Su padre, don Marcos Montalvo, de ascendencia andaluz, se dedicaba a los negocios informales. Y su madre, doña Josefa Fiallos Villacrés, fue la encargada de darle todos los cuidados y consentimientos a los caprichos de su amado hijo Juan, aunque no fue el único hijo podemos decir que tuvo mayores privilegios. En su niñez transcurrió gran parte del tiempo en la quinta de Ficoa. En 1836 sufrió de viruelas y desde ese momento su rostro quedó marcado. Juan asistió a una escuela humilde, pobremente administrada y sostenida.
A los once años, su hermano Francisco fue arrestado, encarcelado y desterrado por enfrentarse políticamente a la dictadura de Juan José Flores. Esta situación impactó moral y emocionalmente en el ser de Juan, llevándole a sentir un inmenso odio por los regímenes dictatoriales. Cuando su hermano regresó del destierro, convenció a su hermano Juan de viajar a Quito para estudiar. De su hermano abrazó el gusto por las letras. En ese sentido, en 1846 empezó a estudiar gramática latina en el colegio San Fernando. Posteriormente estudió filosofía en el seminario San Luis, donde logró graduarse.
Después ingresó a la Universidad de Quito para estudiar Derecho, no por gusto sino por estrategia. En la capital conoció al poeta y político liberal Julio Zaldumbide, con quien trabó una amistad. También empezó a recibir frecuentes visitas de escritores principiantes como: Agustín Yerovi, José Modesto Espinosa y Miguel Riofrío. Pasaban mucho tiempo comentando a los grandes autores románticos europeos. En 1853 el presidente Urbina decretó una serie de leyes que afectaron negativamente las labores de Montalvo como secretario en el colegio San Fernando y además tuvo que abandonar su carrera de Derecho. Así, decidió volver a Ambato.
El ambiente de su casa se tornaba triste por la muerte de sus padres y su hermano mayor. Decidió centrarse en su formación autodidacta, acostumbrado a tomar notas de sus lecturas en cuadernos que aún se conservan. Estudiaba gramática española y tratados de carácter idiomático. Leía respetuosamente a Capmany y Clemencín, desde ese momento se convenció de la necesidad de fundar las originalidades estilísticas en la posesión de una forma correcta autorizada por los clásicos.
Comenzó a condenar los abusos de poder en publicaciones como El Iris y La Democracia. Estos artículos lo convirtieron en un escritor joven y célebre, por lo que fue nombrado embajador de Ecuador y Francia. Al regresó tuvo que experimentar la dura situación social y política de Ecuador debido al triunvirato con García Moreno a la cabeza. Su reacción no se hizo esperar, Montalvo comenzó a emitir correspondencia al gobierno nacional en donde expuso su resistencia y desaprobación de dicha situación. Esta situación luego sirvió de inspiración para muchas de sus obras.
A partir de 1866 empezó a publicar su libro más recordado titulado El Cosmopolita. Este trabajo que es una serie de ensayos, publicó varios números. Tenía un estilo literario, que condenaban a la política dictatorial de la época. Esta obra que fue juzgada como moralista logró representar no solo a Montalvo como escritor sino como filósofo y pensador. Definitivamente, un personaje que no estaba dispuesto a callarse ante las injusticias de la época.
Durante ese periodo contrajo matrimonio con su novia de muchos años María Guzmán Suarez con la que tuvo dos hijos. Pero también tuvo otros romances, por ejemplo, con la señora Hernández que conoció durante sus años de exilio, con la que también tuvo dos hijos. Su fama de hombre mujeriego fue muy amplia. Años después conoció en París, a Agustine Contoux con la que tuvo un niño y también tuvo un romance con Clotildína Cerda Bosch, una joven española.
Con mucho desaliento e indignación tuvo que asilarse en Colombia por temor a ser encarcelado por el gobierno de Gabriel García Moreno. En Colombia tuvo que afrontar grandes dificultades económicas. Durante estos tiempos siguió desarrollando su actividad intelectual, pero siempre dependió de préstamos y remesas enviados por sus amigos o sus hermanos. Su producción literaria aumentó, llevando adelante gran cantidad de publicaciones: Del orgullo y la mendicidad, Fortuna y Felicidad, Judas y La dictadura perpetua.
En el año 1870 regresó a Quito, donde no dudo en manifestar de nuevo su opinión, por medio de publicaciones como El regenerador. Pero esto no continuo debido a que su alianza con otros activistas en oposición al General Ignacio de Ventimilla fue descubierta, fue apresado y desterrado definitivamente de Ecuador. Montalvo se exilió en Panamá, desde allí creó las ediciones de las Catilinarias, que realizó desde en 1880.
Al año siguiente viajó a París para publicar sus obras en la editorial Garnier. Algunos años después devastado por su mala salud, murió en 1889 a raíz de una pleuresía.
Algunas obras de Juan Montalvo son: El Cosmopolita: revista política y literaria (1866 – 1869), El Regenerador (1876 – 1878), Las Catilinarias (1880 – 1882), Siete tratados (1882 – 1883), y una obra póstuma: Capítulos que se olvidaron de Cervantes (1895). Es una continuación de la famosa obra Don Quijote de la Mancha.