Juan Bautista (I a.C. – 31 d.C) profeta itinerante judío. Nació en Ain Karim, oeste de Jerusalén. Es venerado en el cristianismo, el islam y la fe bahá’í. su padre Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, ella no podía tener hijos porque era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba Zacarías en el Templo, se le apareció un ángel a la derecha del altar. El ángel le expresó que venía de parte de Dios y que su esposa concebirá un hijo que será llamado Juan, quien estará lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios. Al principio este no le creyó por la avanzada edad de la pareja.
Seis meses después, el mismo ángel Gabriel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios. De la vida de Juan se conoce muy poco y la mayoría de la información se conoce por los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Nació seis meses antes de Jesucristo. A falta de una escuela su padre y su madre le enseñaron las cuestiones básicas; a leer y escribir, y para instruirle en las actividades regulares. Cuando creció hizo un ritual conocido como el voto Nazareo que incluye abstenerse de bebidas alcohólicas, se dejó crecer el pelo, y no tocar a los muertos. Las ofertas que eran parte del ritual se entregaron en frente del templo de Jerusalén.
Cuando quedó su padre murió quedó a cargo de su madre a quien cuidó y mantuvo gracias al pastoreo. Luego cuando ella murió y quedó huérfano huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios asegurando que el contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración. Estuvo acompañado de una piel de camello, y se alimentó de frutas silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Se dice que Juan bautizó a Jesús y lo reconoció como Mesías, cuando el Espíritu Santo descendió sobre él. La tradición asegura que llegó el verdadero Mesías a la orilla del Jordán; venía de la lejana Galilea.
Antes de iniciar su predicación, Jesús quiso ir al encuentro del que le había preparado el camino, y se colocó entre los que esperaban el bautismo de Juan. A lo largo de las orillas del Jordán, la gente se aglomeraba y escuchaba en gran silencio las predicas y enseñanzas de Juan. Él no prometía honores y riquezas. Solo hacer penitencia para estar más cerca del reino de los cielos. Para ese momento, quien gobernaba Palestina era Heredes Antipas, hijo de Herodes, tenían la intención de suprimir al pequeño Jesús, había ordenado la matanza de los inocentes. Herodes Antipas y su mujer, Herodías, llevaban una vida licenciosa.
Así que, rápidamente Juan se propuso actuar, los invito a tomar el camino recto y arrepentirse por sus actos, pero Antipas y Herodías lo tomaron de mal modo, y quisieron eliminarlo. Juan, actuó de modo severo con estos hombres. Entonces, siempre y cuando le fue posible denunció los malos actos de los dirigentes, afirmando que no era válido que un gobernante se comportarse indignamente generando mal ejemplo para su pueblo. Herodías cada día se sintió más ofuscado y quiso eliminarlo. Y la ocasión se presentó durante un suntuoso banquete. Herodías tenía una hija de nombre Salomé que era una habilísima bailarina.
Por el final del banquete, Antipas, le dijo a Salomé que alegrara la fiesta con sus hermosas danzas, y le daría lo que quisiera. Aconsejada por Herodías la bella joven pidió la cabeza de Juan en una bandeja. Antipas, accedió al horroroso pedido de Salomé. Y he ahí el horrendo espectáculo: mientras la fiesta sigue, un guardia lleva sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista
A mediados del siglo IV el sepulcro de San Juan Bautista era venerado cerca de Naplusa en Samaria. Su tumba fue profanada en tiempos del emperador juliano, aproximadamente en el 361. Para el siglo VI se erigió una basílica. Su importancia para la iglesia es tal que su festividad se celebra el 24 de junio, este es el único santo al cual se le celebra la fiesta el día de su nacimiento. Juan es en ocasiones identificado con Elías, como uno que prepara el camino. Debemos indicar que, algunos de los seguidores de Juan más tarde se convirtieron en discípulos de Jesús, aunque otros continuaron siguieron siguiendo las enseñanzas de Juan. Juan el Bautista simboliza para la iglesia católica y los creyentes en general la transición del Antiguo Testamento y el comienzo del Nuevo Testamento. Juan el Bautista, fue considerado el último administrador legal del pacto Mosaico.